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Sobre
todo en medio de las convulsiones sociales que vive el país
Es cada vez más relevante
el documental en México
Gina Sotelo
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Los
realizadores nos encontramos en la encrucijada de vernos como proyecto
propio o ser consumidores de una cultura dominante: Francesco Taboada |
El
documental en México es cada vez más relevante, especialmente
en medio de las convulsiones sociales que se viven en el país,
sostuvo Francesco Taboada Tabone, maestro por la Universidad Autónoma
del Estado de Morelos pero ante todo documentalista, en la charla
“El documental, arte e investigación social”, que
se llevó a cabo el pasado 19 de octubre en el Salón
Azul de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV).
Francesco habló de manera amena, e incluso chusca, sobre el
cómo los realizadores –como él– se encuentran
en la encrucijada de verse a sí mismos como proyecto propio
o ser simple consumidor de una cultura dominante, como ocurre sobre
todo en la ciudad de México y en el norte del país. |
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“No
existen alternativas de modos de comunicación que muestren
otras realidades. El modelo estadounidense es de consumo, y lo preocupante,
para quienes no estamos de acuerdo con el modelo dominante, es que
los medios de comunicación son la mayor arma del sistema para
perpetuar el modelo económico y social de consumo. De ahí
la necesidad de crear una alternativa a los medios de comunicación
monopólicos”. |
Los medios son del pueblo, señaló, y se les da una concesión
a empresas que no los desarrollan en beneficio del pueblo: “Vivimos
en un país donde reina la ilegalidad, las leyes no son respetadas,
y las que se legislan se hacen para el beneficio de la oligarquía
dueña de los medios. Es necesario un medio visual para enfrentar
a la cultura visual dominada por la televisión”.
En ese contexto, el documentalista es una opción para relatar
la otra parte del país, y quienes tenemos la oportunidad de
documentar, tenemos que contraer un compromiso social. Es muy difícil
crecer imitando los modelos estadounidenses y europeos, porque aquí
la situación requiere una acción inmediata en el país,
presionar a la oligarquía y abrirle una oportunidad a la democracia:
“Los medios materiales para hacer cine, como las cámaras
digitales y las computadoras para editar y difundir imágenes,
han revolucionado la manera de entender el cine documental en México.
Adoptados sobre todo por los jóvenes, hacen posible lo que
antes era impensable”.
Francesco Taboada está explorando las figuras históricas
de Zapata y Villa como guías morales del pueblo de México,
quienes influyen en los movimientos sociales en nuestro país
hoy: “No como héroes pétreos o letras muertas
en libros de texto. Estas realidades las pueden compartir muchos mexicanos
gracias a los documentalistas”.
Expresó que hay problemas graves de distribución, porque
hay una monopolización, y estas temáticas hacen muy
difícil que coloquen estos documentales en un cine y añadió
que cuando llegan a ponerlos están si acaso tres días
y los quitan. De por sí hay muy poco espacio para el cine mexicano
y especialmente para el documental: “Hay una campaña
para evitar que estos trabajos sean vistos por el público.
Los documentalistas no han podido exhibir su trabajo en el cine ni
en la televisión. Ya ese espacio se lo han dado a Enrique Krauze,
y le hacen homenajes y todo. Se ha acomodado con espacios de publicidad
y se ha convertido en un negocio”.
Los últimos trabajos de Taboada son Los últimos zapatistas
y Pancho Villa, la Revolución no ha terminado; del primero
hizo una versión en DVD, lo mandó a festivales en Alemania,
Estados Unidos, Brasil, Cuba, y después de ganar premios en
el extranjero lo invitaron a los Arieles en México. Además,
por la Internet ha despertado interés en otros públicos.
Hacia el final de su participación, el documentalista relató
a los asistentes que Los últimos zapatistas llegó a
manos Hugo Chávez, quien lo invitó a participar en su
programa Aló presidente. El documental pasó en televisión
y tuvo muchas llamadas del público; se estrenó en 18
salas de cine en Caracas además de que será distribuido
en las escuelas para usarse como material didáctico y concluyó:
“En Venezuela, el proyecto de identidad cultural se ha arraigado
en gran parte gracias a la cultura de la imagen alternativa al proyecto
dominante. La mayoría de la gente en Venezuela, especialmente
los estratos bajos, apoya a Chávez, quien ha hecho cosas como
oficializar las lenguas indígenas. Los documentalistas hacen
un esfuerzo muy grande por esa cultura visual alternativa, pero siguen
teniendo problemas de distribución”. |
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