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Desde
una visión crítica
Hacer documentales: necesidad personal
de contar historias de la realidad
Gina Sotelo
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Por
más malo que sea un documental, cubre una información
útil: Alejandra Islas, egresada del CUEC de la UNAM |
Hacer
documentales obedece a una necesidad personal de contar historias
de la realidad desde una visión crítica, aseguró
Alejandra Islas, egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
(CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), durante su participación en la charla “El documental,
arte e investigación social”, el pasado 19 de octubre
en el Salón Azul de Humanidades de la Universidad Veracruzana
(UV).
Alejandra Islas, quien también estudió sociología
en la misma UNAM, señaló que tiene muchas inquietudes
a la vez, como el arte y la literatura. Ha hecho películas
de ficción, pero más documentales y dijo: “Todo
cineasta pasa por un proceso enriquecedor de investigación
para saber qué decir, qué contar y hasta dónde
llegar con el documental”.
Opinó que por más malo que sea un documental, cubre
una información útil, aunque –como en todo tipo
de película– hay calidades muy desiguales: “Cuando
estudié cine, ya había interés en el documental,
pero hoy, después de una caída, el documental tiene
nuevo aliento y estímulos. Hay por ejemplo muchas mujeres documentalistas.
Hay ahora festivales y becas que no había”.
Añadió que tanto el documentalista como el guionista
de ficción tienen que ser observadores muy profundos de la
realidad y también trabajar con cómplices y aliados,
investigadores, historiadores, sociólogos, antropólogos,
les permite ahorrar mucho tiempo, porque sería muy tardado
hacer la investigación solos.
Sobre el porqué hacer documentales, Alejandra Islas mencionó
que es un pasaporte privilegiado a otras realidades, historias de
vida, a personas que luego serán afectos y amistades: “Se
debe tener mucha curiosidad por el mundo en que vivimos. Las personas
nos dan su confianza, nos abren las puertas de su corazón,
de sus casas, de sus vidas. Nos permite asomarnos a la historia de
nuestro país, de un México profundo, como decía
Bonfil Batalla. Y permite devolver las historias a los protagonistas
y llevarlas a públicos muy variados”.
Agregó que México es un país con muchos temas
en todas partes y regiones para documentar, por ello incluso han venido
muchos de fuera para hacer, con diversas fortunas, documentales.
Islas ha hecho decenas de documentales tanto independientes como para
la televisión cultural, entre ellos Iztacalco, El caso Molinet,
La banda del automóvil gris, Muxes, ganador del premio “Documenta”
en Bolivia, y Los demonios del Edén, sobre el libro de Lydia
Cacho, video prohibido en Puebla.
Para hacer Muxes, contó con la ayuda de la antropóloga
M. Damiano, quien la puso en contacto con los participantes en el
video. Para hacer el documental sobre La banda del carro gris, contó
con historiadores del cine, incluso del cine mudo. El libro de Lydia
Cacho fue muy útil, así como las opiniones, editoriales
de muchos periodistas y analistas.
Y expresó: “Tener la alianza con expertos en esos temas
es vital. Me considero una contadora de historias de la realidad en
documental. Para muchos investigadores es una aventura acompañar
la construcción de un documental, de cualquier género:
arte, ambiental, social”.
Alejandra Islas se mostró preocupada por la distribución
y ejemplificó diciendo que proyectos como Ambulante de Gael
García y Diego Luna tienen criterios poco entendibles, por
qué eligen unas películas y no otras; además,
las denuncias más fuertes que difunden son sobre problemas
en otros países: “Por ello es necesario fortalecer las
redes y grupos e instituciones independientes”.
Para concluir su participación mencionó que en Tepoztlán,
Morelos, están impulsando el Festival de la Memoria, que en
su primera edición fue sobre todo de documentales mexicanos,
pero en la próxima edición tendrán participación
también otros países. |
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