Año 7 • No. 287 • Octubre 29 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Personificando el papel principal de Rigoletto
Éxito de Genaro Sulvarán
en el Festival de Macao
Jorge Vázquez Pacheco

La interpretación de Sulvarán, cuajada en poderío y emotiva expresividad, ha sido alabada sin reservas por la crítica de Macao

Genaro Sulvarán, al centro, como el bufón Rigoletto

Con gran éxito se presentó el barítono de Coatzacoalcos Genaro Sulvarán en el Festival de Macao, donde viajó llamado para personificar el rol principal de la ópera Rigoletto, del compositor italiano Giuseppe Verdi, en el Gran Auditorio del Centro Cultural de Macao.

En esta isla oriental de menos de un millón de habitantes –hasta 1999 colonia portuguesa y hoy territorio de la China continental– se lleva a efecto permanentemente una interesante actividad operística, de modo que para el arquitecto y cantante egresado de la Universidad Veracruzana (UV) resultó en una distinción más en su significativa carrera artística.

Sulvarán actuó en el papel del jorobado bufón para el drama derivado de la obra de Víctor Hugo Le roi s’amuse (El rey se divierte). Se trata de uno de los papeles mayormente complejos para la tesitura de barítono, y en el cual Genaro se ha establecido como un verdadero especialista. Recientemente cantó también esto mismo en San Juan de Puerto Rico y tiene en puerta compromisos para repetir en diversos teatros del mundo.

Sulvarán actuó en Macao al lado del tenor chileno José Luis Duval, quien personificó al Duque de Mantua; la soprano rumana Valentina Farcas como Gilda; el bajo alemán Víctor von Halem como Sparafucile; la mezzosoprano australiana Catriona Barr como Maddalena; el Coro de Cámara de Praga, y la Orquesta de Macao bajo la dirección del finlandés Jari Hämäläinen.

Los demás integrantes del elenco fueron la mezzosoprano Zhu Qiu Ling como la asistente de Gilda, el barítono Brian Jauhiainen como el conde Monterone, el barítono Guy Bonfliglio como el caballero Marullo, el tenor Henry Choo como el cortesano Borsa, el bajo Terence Murphy como el conde Ceprano y la mezzosoprano Yuki Ip como la condesa Ceprano.

La dirección escénica fue aportación de la australiana Julie Edwardson, con producción del Instituto Cultural de la Ópera de Australia.

En la puesta en escena llamó la atención el detallismo escenográfico de la producción, que ubica el desarrollo de la historia en alguna ciudad de la década de 1950 y no en el siglo XVI como lo indica el libreto.

La indumentaria y la decoración resultan de verdad sorprendentes, particularmente la presencia de un pequeño automóvil Fiat de la época, sobre el que el personaje de Sulvarán arriba a la casa del asesino a sueldo Sparafucile. Junto a este vehículo (movido desde su interior por un tramoyista, que acciona una manivela) se desarrollan dos escenas elementales en el tercer acto: el cuarteto Bella figlia dell’amore y el lamento final por la muerte de Gilda.

La interpretación de Sulvarán, cuajada en poderío y emotiva expresividad, ha sido alabada sin reservas por la crítica de Macao. Esto, combinado con el notable desempeño de los otros participantes de elenco y equipo técnico, ha hecho que los productores del Festival de Macao se decidan por su edición en DVD con fines comerciales, que será lanzada al mercado antes que finalice el año.