Año 7 • No. 287 • Octubre 29 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 Reportaje

 Regiones

 Becas y oportunidades

 Arte

 
Deportes

 
Contraportada

 


 Números Anteriores


 Créditos

 
Más sobre planeación
José Othón Flores Consejo
La semana pasada les ofrecía presentar algunas premisas que el equipo directivo debe tener en cuenta para implementar el plan estratégico con éxito, y como soy hombre de palabra aquí están:

1. Se debe estar convencido de querer implementar el plan estratégico.
2. Deben establecerse reglas claras y equitativas para todos los que participen en el proceso.
3. Es importante que se difunda de manera inteligente el plan estratégico y las reglas de operación; para ello hay que tomar en cuenta tiempos y formas de hacer llegar la información, así como las partes de la misma que habrán de llegar a los distintos niveles, a través de diseñar estrategias de comunicación organizacional que se lleven a cabo de manera ordenada y sistemática.
4. El cumplimiento del plan estratégico debe ser por compromiso y no por imposición; para ello, es fundamental tener la disposición de establecer acuerdos entre el personal, lo cual conlleva tiempo, pero es más eficaz ya que conducirá a cada persona a adquirir un entendimiento claro de la aportación que se espera de ella a través de su función.
5. Los compromisos deben ser traducidos en términos de objetivos y metas, que sean medibles, que representen un reto alcanzable y que sean individuales, es decir, que tengan nombre y apellido, en el sector público existe una fuerte inclinación a establecer objetivos y metas a áreas, departamentos y, en el mejor de los casos, a puestos, lo que nunca se ha podido convertir en compromisos reales.
6. La implementación del plan estratégico es un proceso que requiere seguimiento, evaluación y retroalimentación de los resultados en forma permanente.
7. A partir de la implementación del plan estratégico, las decisiones que se tomen deben ser consecuencia de los resultados que se van obteniendo y siempre deben ir enfocadas hacia la mejora continua.
8. Idóneamente debe existir un esquema de reconocimiento por los resultados obtenidos.
9. Se debe estar consciente de que la implementación del plan estratégico, si es la primea vez, provocará un cambio organizacional importante.
10. Hay que entender que la implementación del plan estratégico es un proceso de largo plazo, algunas metodologías pueden establecer compromisos e indicadores rápidamente, pero el seguimiento de su cumplimiento conlleva muchos obstáculos y detalles que se van salvando y afinando sólo con el tiempo.

La esencia de la planeación estratégica es organizar, de una manera disciplinada y sistemática, las tareas que la administración tiene que ejecutar para guiar a la organización hacia un futuro estable. En este sentido, el propósito de la planeación estratégica es definir los objetivos a largo plazo de la organización y la manera de lograrlos. El asunto de la planeación estratégica no es predecir el futuro ni tomar decisiones futuras, eso es cosa de videntes y profetas, se trata de tomar decisiones con impacto en el futuro.

No hablamos de eliminar, ni siquiera de minimizar los riesgos, la cosa está en asegurar que se tomen los riesgos correctos en el momento oportuno.

Guillermo de León me decía en la semana, a propósito de la Serie Mundial de beisbol, que el trabajo de un mánager es sacar al pitcher en el momento adecuado, él me decía “ni un lanzamiento antes ni uno después” y el plan estratégico facilita estas decisiones.

La misión de la organización es la respuesta a la pregunta: en qué negocio estamos, (en términos sistémicos decimos qué entra y qué sale). Está expresada como una descripción de las necesidades que satisfacemos con qué productos. A partir de la misión se definen las unidades, líneas o ejes estratégicos sobre los que se construye todo el plan estratégico.

La visión es el concepto que marca el fin último de la organización en el largo plazo. Los norteamericanos en 2005 ya planearon su PIB para el 2045. Los japoneses saben qué quieren lograr dentro de 100 años. En contraste, en México la administración pública se reinventa cada tres años, cuando llega “el nuevo” desbarata todo lo anterior aludiendo que nada sirvió y se ufana de tener la solución y de ser el único, el grande, el mejor, convirtiéndose tarde o temprano, fatalmente, en el inútil anterior.

El sector privado no es la excepción, hay empresas que no se atreven a ver más allá de la próxima quincena o del proyecto en operación.

El proceso de elaboración del plan estratégico implica una profunda revisión de la situación que guarda la organización y de su entorno. El método de análisis de campos de fuerzas, oportunidades, debilidades y amenazas (conocido como FODA o bien como SWOT por sus siglas en inglés) es un instrumento de diagnóstico bastante práctico, del cual se desprenden las estrategias organizacionales que conducirán a la empresa durante los próximos meses (uno, dos o tres años), las cuales agrupadas en factores de éxito (o indicadores de gestión), pueden incluir el levantamiento de información de mercado, clientes, competencia, de la situación económica del país, el control del presupuesto de operación, la revisión de políticas y normas, la redefinición de los procesos, etc., según se requiera para lograr cada objetivo estratégico.

La formulación de la estrategia consiste en desarrollar una respuesta amplia a la pregunta de cómo la organización va a funcionar para, a partir de allí, definir cuáles deben ser los objetivos, metas y medios necesarios para alcanzar la visión.

La guía más amplia para este proceso está en términos de utilizar las fortalezas y minimizar las debilidades para aprovechar las oportunidades y contrarrestar las amenazas de su ambiente.

Una vez definidos los objetivos estratégicos anuales por parte de la alta dirección, éstos deben ser desplegados a toda la organización para que en cada departamento o sección se definan las acciones específicas con que cada uno contribuirá al logro de esos objetivos.

Hasta aquí con la planeación estratégica ahora les comento que en breve nos estarán visitando los auditores que habrán de recomendar o no a los procesos de la Secretaría de Administración y Finanzas para ser recertificados bajo los principios de la norma mexicana NMX-CC-9001-IMNC 2000 que corresponde a la internacional ISO 9001:2000.

En este proceso se ha empleado una nueva visión que se basa en su integración como subsistema reconocido del Sistema Universitario de Gestión por Calidad. Para la semana próxima, si las condiciones climáticas y las fiestas de los muertos nos lo permiten, hablaremos del enfoque sistémico, mientras tanto yo sigo esperando sus comentarios en otflores@uv.mx.