Año 7 • No. 287 • Octubre 29 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Fuerte presión de ocho municipios
para la conservación en Los Tuxtlas
Edith Escalón

Según el INEGI, en 2001 vivían en la Reserva 31 mil 660 personas

Promover criaderos de fauna y organizaciones de aprovechamiento sustentable, trabajo de la UV

Catemaco, Ver.- Con la caza de animales, la extracción de madera y de otros recursos naturales para subsistir, ocho municipios con más de 330 mil habitantes ejercen una fuerte presión en la Reserva de la Biósfera de Los Tuxtlas, una de las selvas más biodiversas de Veracruz, aseguró Edith Carrera, coordinadora del programa Técnico Superior Universitario (TSU) en Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Veracruzana (UV).

“Según el reporte del INEGI en 2001, el total de personas que vivían en la Reserva es de 31 mil 660, pero la población entera de los ocho municipios cuya superficie, cuando menos en parte, pertenece a la Reserva de Los Tuxtlas es de 335 mil 315 habitantes, lo que nos da una idea de la presión a la que está sometida esta área natural”, comentó.

La selva de Los Tuxtlas es una de las pocas que quedan en el país

Dijo que debido a esas presiones, el ecosistema de Los Tuxtlas se ha ido reduciendo a fragmentos de vegetación o “manchones” situados en los sitios más inaccesibles (como cerros y cañadas): “Las tasas de deforestación a principios de los noventa eran de 4.3 por ciento, por eso los potreros sin árboles ya están pegados a los bordes de la selva y bosques”.

Y es que en Los Tuxtlas no sólo sobreviven animales salvajes, cientos de especies de aves, pequeños mamíferos, anfibios e insectos en alguna categoría de riesgo o en peligro de extinción, sino que se conservan miles de especies vegetales de importancia económica, cultural, medicinal o biológica mundial, además de ser una de las pocas selvas que quedan en el país.

No obstante, la coordinadora del TSU en Manejo de Vida Silvestre
–carrera técnica de la UV de la que han egresado ya dos generaciones– reconoció que la población tiene necesidades que cubrir y muy pocas alternativas para hacerlo a partir de proyectos sustentables.

“El reto de la dirección de la Reserva y una de las metas a cumplir por el proyecto Manejo Integral de Ecosistemas (del que la UV forma parte), está en mostrar a la gente la convivencia armónica con su medio, así como aprovechar la vida silvestre de manera sustentable y respetuosa”.

Aceptó, sin embargo, que ésta no es una tarea fácil: “Se deben considerar las necesidades de las personas y ofrecer alternativas para satisfacerlas”. Explicó entonces que la alternativa para usar la vida silvestre de manera regulada es el establecimiento de Unidades de Manejo para la conservación y aprovechamiento de la vida silvestre (UMA), es decir, organizaciones de aprovechamiento sustentable.

Aseguró que la UV ha impulsado acciones para promover estas alternativas entre la población, pues aunque reconoció que la riqueza biológica y la importancia de su conservación es innegable, “no debemos olvidar que es una región ocupada desde hace mucho por grupos humanos”.

Expresó que para fortalecer las capacidades locales, la casa de estudios ha organizado tres talleres sobre el tema. El primero en Costa de Oro, San Andrés Tuxtla, enfocado al cuidado y crianza en cautiverio de la iguana verde (Iguana iguana).

El segundo, denominado “Avances y perspectivas de las UMAS en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas y su zona de influencia”, se realizó en la comunidad López Mateos de Catemaco, y el tercero, durante el cual se realizó un intercambio de experiencias en la UMA Bellreguart de Sochiapa en Tenampa, Veracruz, un criadero de fauna silvestre con más de 640 hectáreas.

Edith Carrera subrayó que en estas acciones han participado investigadores, académicos y estudiantes de distintas dependencias y regiones de la UV, entre los que destacó a los del programa técnico en Manejo de Vida Silvestre, quienes han dedicado sus esfuerzos a promover en las comunidades las alternativas sustentables para la conservación.