Año 8 • No. 289 • Noviembre 12 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Está considerada entre las 100 mejores películas nacionales
Sigue vivo Macario en el
imaginario del mexicano
Gina Sotelo
El hambre del pueblo de México, sus conflictos morales y religiosos, el amor devoto de una esposa, una afrenta directa contra el diablo, rechazo a ayudar al propio Dios y una relación de conveniencia con la muerte, son los ingredientes que conforman una gran historia: Macario, película filmada en 1959 que ha sido considerada entre las 100 mejores dentro del cine mexicano.

Como parte del ciclo Pina Pellicer en la pantalla y de las festividades de Todos Santos, el Cine Club de la Universidad Veracruzana (UV) exhibió una vez más el pasado 7 de noviembre esta fascinante historia para deleite de un gran público que se dio cita en el Aula Clavijero.

La proyección de la cinta tuvo una gran respuesta por parte del público que desde hace años sigue el Cine Club, además de jóvenes e incluso niños que por vez primera apreciaron este clásico que fue la primera película nominada por Hollywood al Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera.

La historia
Ubicada dentro del género del drama fantástico, presenta la historia del campesino Macario, quien vive obsesionado por su pobreza y por la idea de la muerte. Obstinado, decide aguantarse el hambre hasta no encontrar un guajolote que se pueda comer él solo. Su mujer roba uno y Macario sale al bosque a comérselo. Allí se niega a compartirlo con Dios y con el Diablo y sólo lo hace cuando se le aparece la Muerte. Agradecida, la Muerte entrega a Macario un agua curativa con la que el campesino comenzará a hacer milagros.

Dirigida por Roberto Gavaldón, el guión es de Emilio Carballido y la fotografía de Gabriel Figueroa. Las actuaciones son de Ignacio López Tarso (Macario), Pina Pellicer (esposa de Macario), Enrique Lucero (la Muerte), Mario Alberto Rodríguez (don Ramiro), Enrique García Álvarez (inquisidor), Eduardo Fajardo (virrey), José Gálvez (el Diablo), Consuelo Frank (virreina), José Luis Jiménez (Dios), Sonia Infante (esposa de don Ramiro), Miguel Arenas (inquisidor) y Luis Aceves Castañeda (verdugo).

Macario o la gran pastorela
Sin lugar a dudas, Macario es la película que mejor representa la época de Todos Santos en México, así lo explica Lorenzo Arduengo, jefe del Departamento de Cinematografía de la UV, quien explica que la cinta se ha convertido en una parte esencial de esta celebración porque ya el pueblo la adoptó y se identificó con ella a tal grado con la cinta que es parte de su esencia y sus festejos:
“No puede haber una fiesta dedicada a los fieles difuntos sin que se exhiba la película o sin que el maestro Ignacio López Tarso represente algún monologo alusivo a la cinta. ¡Anda vivo Macario!, y ¿cómo es que nace? Pues gracias a la inteligencia del gran seductor del teatro que es Emilio Carballido, quien siempre tiene una visión muy acertada de nuestra idiosincrasia. Él tiene la visión de adaptar un cuento de Bruno Traven, que a su vez está basado en un cuento de los hermanos Grimm, a nuestra realidad mexicana”.

Para Arduengo ésta bien podría ser perfectamente la gran pastorela, porque aparecen personajes como Dios, el Diablo, la Muerte, los pastores: “Y convierte Emilio esta historia en un icono del pueblo, arraigada en el gusto popular como son las calaveras de Posada o las representaciones de los Don Juan Tenorio”.

El público del Cine Club
María Elena Cerdán, maestra jubilada, externó: “Yo vengo regularmente; a veces por enfermedad no. Todos los ciclos son muy bonitos, los italianos y el de animación japonesa, me gustó mucho el movimiento. Macario ya la vi, pero me gusta porque trae un mensaje acerca de la muerte y de que a veces somos egoístas y queremos todo para nosotros y no sabemos que tenemos que compartir, incluso con la muerte”.

Antonio Ruiz también es jubilado, dijo: “A mí me han gustado mucho todas las películas que pasan, son muy interesantes, como las de Tarzán y las de chinos. Macario es una película muy buena de un hombre con mucha familia que no la podía mantener y su sueño era comerse un guajolote el solo, es muy bonita historia”.

Laura Palacios es ama de casa: “De vez en cuando vengo. De este ciclo es la primera que asisto y prefiero venir aquí cuando veo las películas anunciadas en el periódico, aunque a veces se me olvida. Aquí las veo tranquila porque en la casa luego luego le hablan a uno y se distrae”.

Manuel Sánchez Morales también es jubilado y fiel seguidor del Cine Club: “De las películas que más me gustaron son las de Tarzán, que es cuando más gente hubo, se llenaban las funciones. También las de suspenso de Alfred Hitchcock estuvieron bonitas. Macario es muy apropiada para estos días y a mí me gusta venir porque se la pasa uno a gusto un buen rato”.