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Al
contrario, es fuente de vitamina del complejo B y minerales
Desmiente experta que carne
de cerdo cause cisticercosis
Carolina Cruz |
Es
adquirida por el animal porque anteriormente se utilizaban aguas
negras para regar los vegetales |
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En
el marco del XVII Congreso Bienal de la Asociación Mexicana
de Especialistas en Nutrición Animal, que tiene como anfitriona
a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad
Veracruzana (UV), María del Socorro Correa Noyola, presidenta
de la Asociación, desmiente el mito de que el consumo de carne
de cerdo produce cisticercosis en el ser humano.
La especialista en porcinos, explica que la cisticercosis era hace
años una de las enfermedades comunes “pero no es la carne
de cerdo la que la produce, sino que es adquirida por el animal porque
anteriormente se utilizaban aguas negras para regar los vegetales”.
Según la investigadora, con las medidas higiénicas y
de sanidad que han tomado los productores porcícolas, el cisticerco
–aunque no erradicado totalmente en nuestro país–
es cada vez menos frecuente en el cerdo.
“Es en las aguas negras donde habita el cisticerco, que efectivamente
se reproduce en el cerdo, pero realmente son las heces del animal
y no la carne las que transportan al parasito”.
Médico Veterinaria con maestría en Nutrición
Animal, Correa Noyola afirma que actualmente con los rastros Tipo
Inspección Federal (TIF) los productores tienen un gran control
sobre dicho parasito. Respecto de las enfermedades que actualmente
atacan al cerdo sobresalen problemas infecciosos que atacan el sistema
digestivo y respiratorio, para las cuales existen diversos tratamientos.
Asegura que el costo más importante en la producción
de especies animales es la alimentación, pues si el animal
enferma y no aprovecha los alimentos causa una fuerte pérdida
económica al productor: “La nutrición de un animal
enfermo es diferente a un animal sano. El animal enfermo deja de comer,
por lo que requiere de nutrientes especiales para que los aproveche
y no se detengan los ciclos productivos, y así los animales
salgan en el tiempo correcto al mercado y la gente tenga alimento
a un buen precio”.
Recomienda que los cerdos sean sacrificados cuando pesan entre 115
y 120 kilos, aunque esto depende mucho de la región, pues hay
zonas donde los sacrifican a los 105 ó 110. En cuanto a la
edad, normalmente el promedio desde que nace al momento en que está
saliendo a mercado es de 160 días.
Otro mito es que la carne de cerdo contiene mucha grasa y esto se
debe a una mala información, ya que tiene menos incluso que
la del bovino: “Es una carne muy magra, rica en proteína
de origen animal y aminoácidos que el ser humano necesita”.
Señala que la grasa que porta el animal ha disminuido en los
últimos años como resultado del intenso trabajo de mejoría
elaborado por técnicos y criadores, lo cual es un factor que
las personas desconocen. De 1980 para acá, el cerdo perdió
31 por ciento de su nivel de grasa, 14 por ciento de calorías
y 10 por ciento de colesterol, todo eso como fruto de los avances
en la genética, a través del cruce y selección
de animales.
Del cerdo se aprovecha casi todo: la piel, la cabeza, las orejas,
el buche y ocupa una elevada preferencia en el consumo de los mexicanos,
destaca la también nutrióloga de Granjas Carrol de México.
Además, revela que la carne de cerdo es un alimento rico y
nutritivo, además de sabros: “La carne de cerdo es también
excelente fuente de vitamina del complejo B (tiamina, riboflavina,
vitamina B6 y B12) y minerales (calcio, fósforo, hierro y zinc).
Una de las virtudes de la carne de cerdo es su contenido de potasio.
Las personas con hipertensión deben disminuir el consumo de
sal para rebajar los niveles de sodio del organismo, por eso la carne
de cerdo es más indicada para personas que tienen alta presión
sanguínea, ya que el potasio ayuda a regular los niveles de
sodio que aumentan la retención de líquidos en el cuerpo”.
Dijo también que Sonora y Yucatán exportan a Japón
carne de cerdo; los demás estados contribuyen de manera importante
al consumo nacional, aunque de Estados Unidos importamos algunas piezas.
La investigadora reconoció que el principal problema se da
en la crianza de traspatio, pero aun así sostiene que estas
familias, la mayoría de escasos recursos, ya no alimentan a
sus animales con los desperdicios de las comidas: “Se han hecho
campañas intensivas para pequeños productores y cada
vez usan más el alimento balanceado, porque obtienen mayores
beneficios en la engorda”.
México aún importa carne de cerdo, “estamos lejos
de ser autosuficientes, lo que tenemos que hacer en la nutrición
animal es usar alimento balanceado para que los animales puedan crecer
con una dieta adecuada de acuerdo con su edad y peso”.
Como recomendación la académica sugiere que cuando se
compre carne de cerdo se verifique que proviene de rastros TIF: “Es
común encontrarla tanto en los supermercados, centros comerciales
y hasta en las carnicerías”; se reconocen por el sello
TIF que certifica que la carne cumple con las normas de calidad. Desafortunadamente,
reconoce, siempre existirán los rastros clandestinos. |
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