Año 8 • No. 289 • Noviembre 12 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Al contrario, es fuente de vitamina del complejo B y minerales
Desmiente experta que carne
de cerdo cause cisticercosis
Carolina Cruz
Es adquirida por el animal porque anteriormente se utilizaban aguas negras para regar los vegetales
En el marco del XVII Congreso Bienal de la Asociación Mexicana de Especialistas en Nutrición Animal, que tiene como anfitriona a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Veracruzana (UV), María del Socorro Correa Noyola, presidenta de la Asociación, desmiente el mito de que el consumo de carne de cerdo produce cisticercosis en el ser humano.

La especialista en porcinos, explica que la cisticercosis era hace años una de las enfermedades comunes “pero no es la carne de cerdo la que la produce, sino que es adquirida por el animal porque anteriormente se utilizaban aguas negras para regar los vegetales”.

Según la investigadora, con las medidas higiénicas y de sanidad que han tomado los productores porcícolas, el cisticerco –aunque no erradicado totalmente en nuestro país– es cada vez menos frecuente en el cerdo.

“Es en las aguas negras donde habita el cisticerco, que efectivamente se reproduce en el cerdo, pero realmente son las heces del animal y no la carne las que transportan al parasito”.

Médico Veterinaria con maestría en Nutrición Animal, Correa Noyola afirma que actualmente con los rastros Tipo Inspección Federal (TIF) los productores tienen un gran control sobre dicho parasito. Respecto de las enfermedades que actualmente atacan al cerdo sobresalen problemas infecciosos que atacan el sistema digestivo y respiratorio, para las cuales existen diversos tratamientos.

Asegura que el costo más importante en la producción de especies animales es la alimentación, pues si el animal enferma y no aprovecha los alimentos causa una fuerte pérdida económica al productor: “La nutrición de un animal enfermo es diferente a un animal sano. El animal enfermo deja de comer, por lo que requiere de nutrientes especiales para que los aproveche y no se detengan los ciclos productivos, y así los animales salgan en el tiempo correcto al mercado y la gente tenga alimento a un buen precio”.

Recomienda que los cerdos sean sacrificados cuando pesan entre 115 y 120 kilos, aunque esto depende mucho de la región, pues hay zonas donde los sacrifican a los 105 ó 110. En cuanto a la edad, normalmente el promedio desde que nace al momento en que está saliendo a mercado es de 160 días.

Otro mito es que la carne de cerdo contiene mucha grasa y esto se debe a una mala información, ya que tiene menos incluso que la del bovino: “Es una carne muy magra, rica en proteína de origen animal y aminoácidos que el ser humano necesita”.

Señala que la grasa que porta el animal ha disminuido en los últimos años como resultado del intenso trabajo de mejoría elaborado por técnicos y criadores, lo cual es un factor que las personas desconocen. De 1980 para acá, el cerdo perdió 31 por ciento de su nivel de grasa, 14 por ciento de calorías y 10 por ciento de colesterol, todo eso como fruto de los avances en la genética, a través del cruce y selección de animales.

Del cerdo se aprovecha casi todo: la piel, la cabeza, las orejas, el buche y ocupa una elevada preferencia en el consumo de los mexicanos, destaca la también nutrióloga de Granjas Carrol de México.

Además, revela que la carne de cerdo es un alimento rico y nutritivo, además de sabros: “La carne de cerdo es también excelente fuente de vitamina del complejo B (tiamina, riboflavina, vitamina B6 y B12) y minerales (calcio, fósforo, hierro y zinc).

Una de las virtudes de la carne de cerdo es su contenido de potasio. Las personas con hipertensión deben disminuir el consumo de sal para rebajar los niveles de sodio del organismo, por eso la carne de cerdo es más indicada para personas que tienen alta presión sanguínea, ya que el potasio ayuda a regular los niveles de sodio que aumentan la retención de líquidos en el cuerpo”.

Dijo también que Sonora y Yucatán exportan a Japón carne de cerdo; los demás estados contribuyen de manera importante al consumo nacional, aunque de Estados Unidos importamos algunas piezas.

La investigadora reconoció que el principal problema se da en la crianza de traspatio, pero aun así sostiene que estas familias, la mayoría de escasos recursos, ya no alimentan a sus animales con los desperdicios de las comidas: “Se han hecho campañas intensivas para pequeños productores y cada vez usan más el alimento balanceado, porque obtienen mayores beneficios en la engorda”.

México aún importa carne de cerdo, “estamos lejos de ser autosuficientes, lo que tenemos que hacer en la nutrición animal es usar alimento balanceado para que los animales puedan crecer con una dieta adecuada de acuerdo con su edad y peso”.
Como recomendación la académica sugiere que cuando se compre carne de cerdo se verifique que proviene de rastros TIF: “Es común encontrarla tanto en los supermercados, centros comerciales y hasta en las carnicerías”; se reconocen por el sello TIF que certifica que la carne cumple con las normas de calidad. Desafortunadamente, reconoce, siempre existirán los rastros clandestinos.