Año 8  • No. 291 • Noviembre 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Y no para exportar
El Proceso de Bolonia es un modelo para compartir: Guy Haug

Alma Espinosa

Lo que debe servir de inspiración para universidades externas a la UE es la calidad del debate en torno a la transformación educativa
El Proceso de Bolonia y todo lo que se ha desarrollado en torno a la transformación de la educación superior en la Unión Europea (UE) es una experiencia para compartir y no un modelo para exportar, aseguró Guy Haug, uno de los principales impulsores del Proceso, durante su participación en el II Simposio Veracruzano de Otoño organizado por la Universidad Veracruzana (UV).

Lo que sí podría servir de inspiración para otros sistemas educativos fuera de Europa es la calidad del debate, cuyo sustento está basado en datos reales, fidedignos y plenamente analizados por los propios interesados en materia educativa, señaló el experto universitario internacional.

Guy Haug, experto universitario internacional, durante su participación en el II Simposio Veracruzano de Otoño organizado por la UV

La serie de discusiones que se llevan a cabo entre los integrantes de universidades que forman parte del Proceso de Bolonia tienen como temas principales: el papel de la universidad en la sociedad, la afirmación de que las instituciones de educación superior no son de los profesores, la necesidad de estar en constante movimiento, de trabajar en cooperación con distintos órganos y de cambiar su estructura interna, comentó.

Durante su conferencia, el creador del Espacio Europeo de Educación Superior explicó que el Proceso de Bolonia tiene su origen en la década de los noventa del siglo pasado cuando fue evidente el gran crecimiento de la educación superior pero en sistemas distintos, cada uno con sus propias reglas, lo que impedía o dificultaba acciones como la movilidad estudiantil y, peor aún, disminuyó el interés de jóvenes extranjeros por estudiar en alguna institución europea.

Una medida para hacer más eficiente la movilidad estudiantil fue la creación del programa Erasmus, que a la fecha ha beneficiado a millón y medio de jóvenes; este programa fue justamente el punto de partida para una nueva organización en Europa en cuanto a educación superior. Guy Haug informó que el apoyo de la UE llegó posteriormente, en 2001, y fue benéfico porque ahora todos los países integrantes están involucrados con la transformación educativa y participan activamente.

A partir del Espacio Europeo surgieron dos aspectos trascendentales; uno fue el Proceso de Bolonia que plantea estructuras compatibles entre todas las instituciones, no necesariamente uniformes, como en el caso de la titulación y del sistema de créditos que antes era poco usado en las universidades.

Al igual que la UV, comentó, las universidades europeas crearán mecanismos de certificación y acreditación de la calidad, ya que hasta el momento estos reconocimientos son otorgados por los gobiernos a los que están adscritas las instituciones, lo que impide que haya objetividad. Otros factores que han unido a las universidades es la falta de oportunidades de empleo al egresar y los altos índices de deserción.

El otro aspecto que surgió con el Espacio Europeo, detalló el ponente ante académicos y estudiantes de todos los campus de la UV conectados por videoconferencia desde la USBI Xalapa, es la Estrategia de Lisboa de la UE, cuya agenda está enfocada a los temas político y social de las universidades.

Explicó que ambos se combinan para buscar la renovación curricular, que destaca el papel de los estudiantes por encima de los académicos, del aprendizaje encima de la enseñanza y del impacto social de la universidad más allá de una torre de marfil. Asimismo, agregó, se insiste en que el paradigma educativo sea de por vida y no sólo un proceso de unos cuantos años.