El
desarrollo sostenible en las universidades debe impulsarse desde
las ingenierías, destacó Andy Johnston, analista de
la OCDE
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La
visión de lo que debe ser una universidad involucra ganar el
respeto de las generaciones futuras y convertirse en una herramienta
de transformación a nivel local y nacional, destacó
Andy Johnston, investigador de la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económico (OCDE), durante el II Simposio Veracruzano
de Otoño.
Durante la presentación de su ponencia “La organización
y gestión para el desarrollo en las universidades latinoamericanas.
Una visión internacional”, Johnston sostuvo que para
lograr tales objetivos se debe realizar un trabajo entre pares, sus
procesos de evaluación deben ser más rigurosos, debe
incluirse la sustentabilidad en los sistemas administrativos y los
estudiantes tendrán que ser valorados como agentes de cambio,
dando relevancia a la generación de una conciencia en pro del
desarrollo sostenible. |
Johnston
fue también coordinador educativo del proyecto Forum For
The Future, instancia promovida por el gobierno británico
en colaboración con más de 40 empresas que buscaba
aprender nuevas formas de trabajo y colaboración de las universidades
alrededor del mundo; el proyecto pretendía captar las nuevas
propuestas para el desarrollo sostenible en diversos ámbitos,
cuestionando a las instituciones sobre el desarrollo sostenible
y el tema ambiental.
El proyecto partió de las siguientes preguntas: ¿Cuál
es la contribución de las universidades para la obtención
de recursos y la protección de especies? ¿Qué
hace la universidad a favor del aprendizaje en las comunidades donde
reside, más allá de proveer la educación superior?
Con base en estas preguntas se entrevistaron a miembros de universidades
alrededor del mundo, desde Australia hasta España, contemplando
también tres universidades mexicanas, entre ellas la Universidad
Veracruzana, donde además se impartió un taller acerca
del desarrollo sostenible.
“Lo importante es saber qué puede hacer una universidad
para contribuir e incidir en el desarrollo local, regional, nacional
y mundial”, señaló; entre los aportes que las
instituciones mexicanas dieron al proyecto, Andy Johnston destacó
el grado de vinculación y solidaridad entre las instituciones,
un contacto entre académicos aunado a la movilidad estudiantil
que manifestaron algunos de los programas evaluados, entre ellos
el de la Veracruzana.
Se encontró una enorme consistencia en los programas de trabajo
institucionales a nivel mundial, en el aspecto del cuidado ambiental
y la creación de nuevas disciplinas, así como también
la innovación en otras que son consideradas tradicionales,
concluyendo que no existe un modelo sino varios posibles para el
desarrollo sostenible”, precisó el investigador.
Los campus universitarios deben convertiste en laboratorios de la
sustentabilidad, como lugares que inspiren hacia el desarrollo,
incorporando el aporte de la comunidad local; así, las instituciones
de educación superior deben convertirse en líderes
estratégicos a favor del desarrollo sostenible, colaborando
con los gobiernos, cuyo papel consistirá en brindar autonomía
y recursos para las universidades.
La sustentabilidad debe ser una aspiración dentro de las
universidades, desarrollando las habilidades en la innovación
como una de sus mayores fortalezas; un medio fundamental que puede
apoyar esta innovación radica en orientar las ciencias aplicadas
y las ingenierías que imparten hacia un modelo que incorpore
la sustentabilidad dentro de los programas educativos, aseguró
el académico. |