Es
indiscutible el liderazgo de la Universidad Veracruzana (UV) en
la protección y conservación de los humedales de Veracruz,
pues no sólo custodia tres de los seis de importancia internacional
que existen en Veracruz –Alvarado, Sontecompan y las lagunas
interdunarias de Veracruz–, sino que desde hace más
de una década realiza acciones de educación ambiental,
remediación, reforestación, investigación básica
y aplicada y formación de profesionistas para el estudio
y la conservación de estos ecosistemas.
De los humedales –pantanos, lagos, ríos, manglares,
lagunas y otros cuerpos de agua superficial– dependen peces,
aves y numerosas especies animales y vegetales, el equilibrio ecológico
del medio ambiente y, en muchas ocasiones, la salud y el bienestar
de la población.
Su valor biológico fue reconocido hace apenas tres décadas,
cuando más de 130 países firmaron en Ramsar, Irán,
un compromiso mundial por protegerlos, pues en nombre del desarrollo
miles de estos ecosistemas fueron dragados, talados y rellenados
durante años, lo que trajo como consecuencia
deforestación, inundaciones, escasez de recursos de pesca,
contaminación y enfermedades. Gracias a esta convención,
hoy existen mil 400 humedales en todo el mundo bajo la tutela de
algún organismo que se compromete a darles protección.
Para celebrar a la par del mundo el Día Internacional de
los Humedales –el próximo 2 de febrero– y fijar
en la agenda pública la importancia de conservar estos ecosistemas,
la UV, junto con instancias académicas de la talla del Instituto
de Ecología y la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
así como dependencias gubernamentales y organizaciones civiles,
ha preparado un programa de actividades que tendrá lugar
del primero al 15 de febrero en toda la entidad.
Así, la UV compartirá el conocimiento que ha generado,
fomentará en la sociedad el respeto por estos ecosistemas
y mostrará los resultados del trabajo académico, científico
y de vinculación que ha realizado en los últimos años
para su conservación, sobre todo en los tres humedales de
importancia internacional que custodia. Las acciones universitarias
en esta materia evidencian el grado de compromiso ecológico
y social de la institución.
Educación
ambiental en Alvarado
El humedal más grande está en el municipio de Alvarado,
en la zona costera del centro del estado, donde más de 200
especies de peces representan el sustento económico para
cientos de familias, pues la pesca es la actividad productiva número
uno en este sistema, que está integrado por 200 cuerpos de
agua, que cubren 270 mil hectáreas aproximadamente.
Ahí el manatí –una de las especies más
carismáticas de este ecosistema– se protege de la caza
ilegal que lo mantiene al borde de la extinción; se conserva
el bosque de manglar más extenso de Veracruz (en 19 mil hectáreas),
y sobreviven cuando menos 150 especies de anfibios, reptiles y mamíferos,
y otras tantas de aves.
La educación ambiental ha sido en este sitio uno de los ejes
del trabajo universitario. Estudiantes e investigadores –coordinados
por el Instituto de Investigaciones Biológicas– han
trabajado desde hace 10 años con las cooperativas de pescadores
y sus familias, con las escuelas y con los centros comunitarios
para explicar la importancia de la conservación, del desarrollo
de una pesca sustentable, y del respeto a especies en peligro de
extinción, información que han acompañado de
alternativas económicas y productivas.
Los niños, que han crecido al lado de los universitarios,
han asimilado con talleres, caricaturas, concursos de dibujo, historietas
y teatro guiñol la importancia de la protección ambiental,
y han hecho de ésta un compromiso personal. A ellos y a sus
padres se debe el rescate de cuatro de los manatíes que hoy
resguarda el Acuario de Veracruz, que fueron protegidos por las
comunidades que en otro tiempo los cazaban para su aprovechamiento
comercial. Éste ha sido uno de los éxitos más
evidentes de la presencia universitaria en la zona.
Sontecomapan
en reforestación
El otro humedal está enclavado en la laguna de Sontecomapan,
junto a uno de los últimos relictos de selva veracruzana
que quedan en el centro costero del estado. Ahí, más
de ocho mil hectáreas operan como refugio de especies en
peligro de extinción o bajo protección especial, como
el mono aullador, la aguililla negra, el pato real, la garza tigre,
así como nutrias, iguanas y 10 especies de tortugas marinas
y de agua dulce. Asimismo, se conservan más de 500 hectáreas
de manglares, 89 especies de peces y 400 de aves, pues el sitio
sirve de descanso y refugio a las migraciones de estas especies
que vienen desde Norteamérica.
El agua que puede almacenar la laguna y los humedales circundantes
permiten regular y mantener los mantos freáticos de los que
dependen las comunidades vegetales de la selva; además, los
manglares retienen los nutrientes de suelo y agua, y son capaces
de eliminar o “secuestrar” algunos metales pesados y
otros contaminantes.
De ahí que una de las principales acciones universitarias
en este sitio esté encaminada a la reforestación.
Desde 2005, miles de plantas de mangle fueron preparadas a partir
de semillas nativas en el vivero de la Facultad de Ingeniería
en Sistemas de Producción Agropecuaria (FISPA), en Acayucan,
para iniciar la reforestación de 60 hectáreas de riberas
en el río Coatzacoalcos y las lagunas de Sontecomapan y Ostión,
con lo que se recuperarán gradualmente las poblaciones de
manglar.
El equipo de investigadores, académicos y estudiantes de
la UV, además de recolectar y sembrar semilla, ha propagado
el mangle en vivero utilizando técnicas hortícolas
y monitoreado las comunidades de esta especie, completando la protección
con educación ambiental en las comunidades ribereñas,
donde existen ya dos grupos de pescadores que vigilan los manglares
permanentemente.
Mancha
urbana vs humedales de Veracruz
El tercer humedal está ubicado en la ciudad y Puerto de Veracruz,
y lo conforman 18 lagunas interdunarias que cubren en total 140
hectáreas. Ahí, entre las dunas propias de las zonas
costeras, los humedales que se establecen debido al afloramiento
del manto freático y las lluvias que lo recargan dan hogar
y sustento a las aves: casi las únicas sobrevivientes de
las presiones que la mancha urbana ejerce sobre los ecosistemas.
El pato zambullidor, la garza nevada, la focha americana, el pijije
ala blanca, el martín pescador y la cigüeña americana
(actualmente en peligro de extinción), son algunas de las
que hospeda, aunque forma parte del corredor migratorio de otras
especies.
Al igual que el resto de los humedales, las lagunas interdunarias
de Veracruz ayudan a mantener la calidad del agua de los mantos
freáticos de la zona, mantienen ambientes naturales donde
se reproducen plantas y animales y, precisamente por estar inmersas
en una ciudad de más de medio millón de habitantes,
sirven para abastecer agua para pavimentación de calles,
riego de camellones y áreas verdes, fomentando así
el ahorro de agua potable, esencial en una ciudad que supera los
30º C ocho meses al año.
La contaminación por descargas de aguas domésticas,
industriales, desechos de construcciones y la desecación
para aumentar el área de construcciones son sus principales
problemas. El trabajo de la UV consiste en gestionar y participar
en el desazolve, la construcción de drenajes, la reforestación
con especies nativas, la construcción de andadores con fines
recreativos y la promoción de programas de educación
ambiental que buscan revertir la presión que ejerce la mancha
urbana sobre los ecosistemas, haciendo a la sociedad corresponsable
de su protección.
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