En dicho relato, que deliberadamente tomó su título
de la obra del ruso Nikolás Gogol y al que acompañan
en el volumen de título homónimo otros dos cuentos:
“La verdadera historia de Ah Q” y “La lámpara
eterna”, el escritor chino, quien destacó por sus ataques
a la cultura tradicional y su defensa de la necesidad de acometer
reformas profundas en la sociedad de su país, hace alusión
a la larga historia de la opresión feudal en China mediante
las divagaciones de un hombre que padece delirio de persecución.
Lu Hsun, quien abogó por la reforma lingüística,
siendo uno de los primeros escritores que utilizaron la lengua vernácula
en lugar del chino clásico –que pocos entendían–
como medio de expresión literaria, desnuda la realidad a
través de las observaciones de su paranoico personaje, quien
vive en la asechanza de un entorno, poblado por rostros con palidez
de acero y dientes afilados, que considera del todo propicio para
el canibalismo: “Quieren devorar a los otros y temen ser devorados
a su vez; por esto se estudian recíprocamente con miradas
cargadas de sospechas... Si abandonaran estos pensamientos se sentirían
a sus anchas en el trabajo, en el paseo, en la comida, en el sueño.
Para franquear este obstáculo sólo hay que dar un
paso... pero forman un clan, se aconsejan y se retienen mutuamente
para que a ningún precio alguien dé este paso... Comprendí
que todos eran devoradores de hombres... Algunos pensaban que el
hombre debe devorar al hombre porque así se ha hecho siempre.
Otros sabían que el hombre no debe devorar al hombre, pero
de todos modos lo hacían, temerosos de que sus crímenes
fueran denunciados”.
Metáfora
o alegoría
En lo que tal vez constituye una metáfora de “el hombre
es el lobo del hombre” o una alegoría del ser humano
y sus maldades, Hsun redunda en el tema mediante la obsesión
del desquiciado protagonista:
“Solamente hoy me doy cuenta de que he vivido años
en medio de un pueblo que desde hace cuatro milenios se devora a
sí mismo. Si tengo una historia que cuenta cuatro mil años
de canibalismo... ¡cómo podría esperar encontrar
a un hombre verdadero!”.
Aprovecha el autor para desnudar la realidad mediante las observaciones
del loco: “Estos hombres han sido engrillados por el magistrado,
abofeteados por el señor del lugar, han visto a sus mujeres
apresadas por los alguaciles de la Corte de Justicia y a sus padres
y madres suicidarse para escapar a los acreedores..., pero nunca
mostraron rostros tan espantosos, tan feroces como los que les vi
ayer... Cuando están contra alguien, no tienen dificultad
en declararlo malo...”.
E incluso aborda algunos mitos: “Cuando se ejecutaba a los
criminales en la ciudad, había un tuberculoso que iba a mojar
el pan en su sangre, para lamerla”. Hace aquí referencia
a una superstición antigua que dice que la sangre humana
es capaz de curar la tisis; por esa razón se solían
comprar a los verdugos panes mojados en la sangre de los condenados.
Lu Hsun, quien durante su vida atacó al confucionismo como
una moral opresiva e hipócrita que encubría la explotación,
la injusticia, la desigualdad, la pasividad y el conformismo, emite
claros mensajes a partir de la nebulosidad mental del personaje
paranoico: ¡Conviértanse en seguida! ¡Conviértanse
desde el fondo del corazón! ¡Sepan que en el futuro
no se permitirá que sobrevivan los devoradores de hombres!...”.
Y remata con uno contundente: “Tal vez existan niños
que aún no han comido carne de hombre. ¡Salven a los
niños!”.
Otros
relatos
Por lo que toca a “La verdadera historia de Ah Q”, el
escritor, considerado el padre de la literatura moderna en China,
critica algunos rasgos del carácter nacional por medio de
la narración de la azarosa vida de un campesino ignorante
que padece constantes humillaciones y finalmente es ejecutado durante
la revolución de 1911, poniendo de manifiesto el elitismo
de ésta y la necesidad de atenerse a las realidades concretas
que nos rodean para superarlas.
Por último, en “La lámpara eterna”, donde
la locura pasa a ser, de nuevo, una variante más de la realidad,
el poeta, cuentista, grabador en madera y líder revolucionario
en el campo de las artes Lu Hsun, quien manejaba con maestría
la sátira, la ironía y el humor para desenmascarar
a la vieja sociedad, pone a sus personajes en una situación
atemporal, inmersos en un mundo en el que coinciden la necesidad
de un futuro y el lastre de un pasado.
Los primeros títulos de la colección Sergio Pitol
Traductor: La vuelta de tuerca de Henry James, El ajuste de cuentas
del húngaro Tibor Déry (traducción realizada
a partir de la versión en italiano), El buen soldado de Ford
Madox Ford, Emma de Jane Austen y Diario de un loco de Lu Hsun,
auténticas gemas literarias, se pueden adquirir en el Servicio
Bibliográfico Universitario ubicado en Xalapeños Ilustres
37 o en la Feria Permanente del Libro Universitario, en Hidalgo
9.
La
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