Convocados
por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV),
expertos en arquitectura bioclimática conversaron con académicos
y estudiantes acerca de la importancia de incluir esta temática
en la enseñanza universitaria y la posibilidad de constituir
una red académica entre instituciones.
Filiberto Medina del Hoyo, académico de la Facultad, expresó
que se tiene el interés de crear un laboratorio de arquitectura
bioclimática en la UV y por ello se invitó a Víctor
Fuentes y Aníbal Figueroa, académicos del laboratorio
de arquitectura bioclimática de la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM), y a Jorge Rojas, investigador del Centro de
Investigación en Energía (CIE) de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), para abordar temas como
el uso y ahorro de energía en edificios.
“Si vemos el número de normas que se aplican en el
mundo respecto del ahorro de energía en edificaciones, nos
encontramos con que países como Australia, Japón,
la Unión Europea en su conjunto, han estado implementando
cada vez más medidas para lograr un mejor desempeño
de los edificios”, señaló Aníbal Figueroa.
El académico subrayó: “En América Latina
prácticamente no hay normatividad, hay una parte muy grande
por hacer. La reducción del uso de la energía en las
edificaciones en México creo que está en cero, en
realidad es uno que otro ejemplo aislado”.
Los constructores ven solamente el costo inicial y no se está
pensando en lo global ni en el largo plazo; si los arquitectos incluyen
este tipo de medidas en la construcción todo es mucho más
fácil, precisó Jorge Rojas, y dijo que el CIE se ha
enfocado en buscar nuevas alternativas tanto en la generación
como el ahorro de energía.
“El laboratorio de (arquitectura) bioclimática que
tenemos en la Universidad es una especie de detonador de este cambio
de concepción –que es el nuevo rol que tiene que jugar
un arquitecto– e involucra las condiciones ambientales y la
sustentabilidad”, manifestó Víctor Fuentes.
El académico resaltó lo importante que es crear en
toda la comunidad universitaria ese cambio conceptual, “ya
no podemos seguir haciendo las cosas de manera irresponsable”.
Aníbal Figueroa, catedrático de la UAM, planteó
que no existe una conciencia al respecto en arquitectos, promotores
ni gobiernos, por lo que la labor es enorme: “Estamos ante
un reto muy grande; el verdadero problema es que no podemos sembrar
a largo plazo porque los problemas que vamos a tener de energía
serán a corto plazo”.
Se ha considerado realizar un convenio de asesoría a la Facultad
en la creación de su propio laboratorio de arquitectura bioclimática,
señalaron los académicos; “no es sólo
el espacio físico o la instrumentación, sino que hay
que apoyarlo a través de programas académicos y de
investigación interdisciplinarios, con objetivos comunes
que generen a su vez las prácticas de laboratorio”,
precisó Víctor Fuentes.
“Creemos importante que si se va a crear un nuevo laboratorio,
la gente debe estar preparada para que ese laboratorio tenga verdaderamente
una línea de investigación y futuro; estamos interesados
en el intercambio con diferentes universidades, creo que es una
manera en que podemos interactuar”, opinó Jorge Rojas.
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