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Capacita
UV a
inspectores de pesca
Carolina
Cruz
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Combatir
las malas artes de pesca y la diversidad de nombres de las especies,
los objetivos |
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Boca
del Río, Ver.- Las malas artes de pesca y la
diversidad de nombres en las especies según la región,
son dos de los principales problemas que afectan la pesca ribereña;
por ello, la Universidad Veracruzana (UV), a petición de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación, impartió a los inspectores de
pesca el curso “Bases biológicas y pesqueras para la
inspección y vigilancia de los recursos pesqueros”.
La pesca es una actividad de la cual viven más de 67 mil personas
tan sólo en el estado de Veracruz, indicaron Ahimé Álvarez
Vela, del Centro de Ecología y Pesquerías, y Virgilio
Arenas, director del Centro, quienes impartieron el curso.
Uno de los objetivos del curso es lograr estandarizar los nombres
de las especies para su identificación y promover la normatividad
a través de los inspectores, que son quienes están en
contacto con la población que subsiste de este recurso.
Alrededor de 60 por ciento de la producción pesquera nacional
proviene de la pesca ribereña obtenida de litorales costeros,
sistemas lagunares estuarinos y comunidades marinas, y da empleo directo
a aproximadamente 247 mil 765 personas en el país.
En el estado de Veracruz hay únicamente 11 inspectores para
vigilar a los pescadores y cooperativas en cuanto a la extracción
del recurso y el cumplimiento de la normatividad establecida, donde
las infracciones más comunes se dan en pesca furtiva, malas
artes de pesca, no respeto a las vedas ni tallas permitidas.
“Uno de los problemas que más afecta la posibilidad de
estudios científicos es la variedad de nombres que los pescadores
aplican a la misma especie porque impide cuantificar su extracción
o medir las poblaciones”, aseguró Ahimé Álvarez.
Son alrededor de 50 las especies comerciales más comunes tanto
de mar como de laguna, con nombres como pajarito, palometa, jurel,
rubia, bautizados así por los mismos pescadores, pero estos
nombres comunes van cambiando de especie dependiendo de la región,
aclara la académica.
Lo ideal es que todos los pescadores se rigieran por la Carta Nacional
Pesquera y la Ley General de Pesca, pero ante la dificultad de que
lo hagan, está el trabajo de los inspectores de pesca, depende
de ellos la aplicación de las infracciones y en cierta medida
las actividades educativas.
La caracterización de las especies es el primer paso importante
“se logra mediante el aprendizaje de los nombres científicos
y las características fenotípicas, morfométricas
y merísticas de las especies, que tienen que ver con la coloración
y división de las aletas, posición de los dientes, tipo
de escamas, tamaño, talla, entre otras particularidades”,
explica la bióloga.
En cuanto a las artes de pesca, en su mayoría artesanales,
son objeto de diversas modificaciones según las posibilidades
del pescador, pueden ir desde la colecta manual hasta diferentes tipos
de redes de captura, trampas de línea y anzuelos, “pero
la que mas daña el ecosistema es la pesca de arrastre porque
barre con todo lo que encuentra en el fondo, y es especialmente dañina
para los arrecifes”, comenta Álvarez Vela.
Con este curso también se busca combatir este tipo de pesca
“porque hay otros métodos de captura menos perjudiciales,
como la red pasiva, en la que el producto va directo a la red que
el pescador deja por la mañana y recoge por la noche; la activa,
donde la red es arrastrada; la línea, que consiste en alambres
que cubren distancias, sostenidos por pesas o bollas y están
hechos de ganchos y anzuelos donde se deposita el cebo”. |
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