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La
proyección internacional de la Editorial
de la Universidad Veracruzana
Mario Muñoz
Doctor Honoris Causa e investigador
del IIL-L (UV) |
El
año pasado se efectuó la celebración del cincuentenario
de la fundación de la Editorial de la Universidad Veracruzana
y, por extensión, de la revista emblemática de esta
casa de estudios: La Palabra y el Hombre. Ambos proyectos fueron iniciativa
de varios ilustres humanistas, lidereados en principio por el doctor
Gonzalo Aguirre Beltrán y el escritor xalapeño Sergio
Galindo, cuyo interés por difundir la cultura dentro y más
allá del ámbito académico propició en
pocos años la consolidación de una empresa educativa
con alcance nacional e internacional de la que podemos estar orgullosos
los veracruzanos por el lugar que ocupa en el campo de la literatura,
las ciencias y las humanidades, y por la dedicación puesta
en esta encomiable labor en el transcurso de cinco décadas
de existencia ininterrumpida.
La solidez de sus cimientos, erigidos con la buena voluntad de quienes
la fundaron y la continúan, ha permitido que la editorial universitaria
avance por encima de toda clase de obstáculos e impedimentos
hasta reafirmar en la actualidad el objetivo que la impulsó
desde el inicio: fomentar el pensamiento crítico como instrumento
de conocimiento y liberación.
Los enterados sabemos que La Palabra y el Hombre es la revista de
provincia más antigua en su género en la que han participado
desde el primer número, aparecido en el trimestre enero-marzo
1957, escritores, investigadores, artistas e intelectuales de renombre,
ya sea aportando colaboraciones en directo o a través de la
traducción de sus textos en otras lenguas. La nómina
es demasiado extensa para intentar siquiera una mínima enumeración
de los autores registrados hasta la fecha, tanto en la revista como
en las distintas colecciones que integran el acervo de nuestra editorial.
A guisa de ejemplo cito a Octavio Paz y Gabriel García Márquez,
ambos Premio Nobel, a Carlos Fuentes, Álvaro Mutis y Sergio
Pitol, los tres galardonados con el Premio Cervantes, y a Ryszard
Kapuscinski, Premio Príncipe de Asturias en periodismo. ¿Puede
otra editorial del interior del país preciarse de contar en
sus títulos con nombres tan destacados en las letras hispánicas
y en el documento de actualidad?
Resulta estimulante consultar el índice onomástico de
La Palabra y el Hombre y el catálogo de los libros impresos
con el sello de la Universidad, para comprobar con objetividad el
papel tan importante que ha tenido el desempeño de la publicación
en la divulgación del saber, el descubrimiento de jóvenes
talentos y el fomento del gusto por la lectura. Prueba de esto último
es la Biblioteca del Universitario, dirigida por Sergio Pitol, que
pone a disposición de los estudiantes las obras de mayor relevancia
de la literatura mexicana y universal en libros económicos
y de atractivo formato.
En el transcurso de medio siglo la gestión editorial de la
Universidad Veracruzana ha seguido el ritmo de los tiempos, transformándose
los procesos de edición y publicación conforme lo demandan
las exigencias del mercado en que está involucrada la producción
de los medios impresos. La apertura, desafío que debe encarar
toda institución pública, so pena de perecer, ha permitido
la aceptación de todas las corrientes de pensamiento al igual
que las tendencias literarias y artísticas de avanzada, solicitando
los editores como único requisito la calidad de los materiales
destinados a la imprenta.
El apego a la modernidad, entendida ésta en el mejor sentido
del término, ha permitido renovar continuamente el diseño
y el contenido de las publicaciones, y de igual modo ha propiciado
la creación de nuevas colecciones, como las cinco surgidas
en ocasión del pasado aniversario: la Serie Conmemorativa Sergio
Galindo, orientada a reeditar aquellos títulos agotados del
propio acervo que son imprescindibles para la formación del
gusto literario; la colección titulada Sergio Pitol, traductor,
dedicada a recuperar las traducciones poco conocidas de las obras
de diferentes literaturas, que el “Premio Cervantes” vertió
con maestría al castellano como una importante faceta de su
actividad de escritor; los Cuadernos de La Palabra, concebidos en
términos antológicos, recogen los textos más
sobresalientes publicados en la revista desde su origen y que comprenden
poesía, cuento, ensayo, teatro, entrevista; la Biblioteca del
Universitario, dirigida a los estudiantes, cumple con el cometido
de divulgar las obras notables del patrimonio literario universal
con la garantía de tener a Sergio Pitol como editor y fundador
de la colección; la serie Entremares orientada a difundir a
los escritores latinoamericanos de las recientes generaciones. A esta
notable producción hay que sumar el cambio radical de La Palabra
y el Hombre en la imagen gráfica, el diseño y la concepción
del contenido para atraer a un número más amplio de
lectores interesados en los problemas de la cultura contemporánea.
Tradición y modernidad son términos complementarios,
pues la segunda no se explica sin la primera. Las publicaciones surgidas
bajo el sello universitario son la conjunción de ambos términos.
Y este equilibrio ha sido posible merced a la visión progresista
de quienes han ocupado la dirección editorial desde 1957, procurando,
por una parte, mantener viva la cultura del pasado mediante el rescate
de obras que han sido hitos en sus respectivos campos; y por otra,
dando a conocer los productos posmodernos que están a la orden
del día. Esta dinámica es el factor determinante para
que nuestros libros y revistas sean conocidos en universidades y centros
de investigación de México y otros países, propiciando
un permanente intercambio de publicaciones y un continuo flujo de
textos para la edición; además de generar suscripciones
y ventas de libros.
Es entonces alentador constatar la continuidad de un proyecto que
nació hace 50 años y que ha alcanzado la mayoría
de edad gozando de cabal salud. |
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