Profesionales
de la nutrición deben apoyar a la industria alimentaria en
las evaluaciones para conocer las preferencias de los consumidores
potenciales de sus productos, aseguró Ofelia Angulo, profesora
de la Unidad de Investigación y Desarrollo en Alimentos del
Instituto Tecnológico de Veracruz (ITV).
Al participar en el XIII Congreso de la Nutrición Clínica,
que tiene como sede a la Universidad Veracruzana (UV), Angulo aseguró
que la coordinación entre nutriólogos y mercadólogos
puede hacer más eficaz la comercialización.
Explicó que hay dos grandes ramas en las evaluaciones de
la industria alimentaria: las mediciones sensoriales, que involucran
aspectos de sabor, preferencia y aceptabilidad de los productos,
y las pruebas de mercado, que implican precio, imagen, empaque e
intento de compra, entre otros puntos.
“Generalmente le compete a los nutriólogos la primera
y a los mercadólogos la segunda; el problema es que en gran
parte de la industria los profesionistas de ambos campos no colaboran
entre sí, aunque al final, las decisiones se toman considerando
ambos puntos de vista.”
Aseguró que se puede llegar a mejores resultados cuando los
criterios de nutriólogos se consideran en la evaluación
final del producto, pues “sólo los controles de las
características sensoriales del producto pueden colocarlo
mejor en el mercado”.
Por otra parte, dijo que es necesario actualizar las pruebas de
nivel de agrado que realiza la industria para conocer por anticipado
las preferencias y aceptación de su producto: “La que
usan frecuentemente es la prueba hedonista de nueve puntos, una
escala de aceptación que va de extremadamente agradable a
extremadamente desagradable”.
De acuerdo con la investigadora, esa prueba fue diseñada
hace más de 50 años conforme a parámetros extranjeros
que únicamente fueron traducidos al español en la
misma escala, que muchas veces no refleja el sentir de los consumidores
en México.
“En nuestro país nadie dice que un alimento es extremadamente
rico o extremadamente desagradable, por eso las mediciones no resultan
con la precisión que deberían tener.”
De hecho, comentó que la escala requiere una investigación
más profunda que precise la metodología y la adapte
para ser utilizada en evaluaciones de preferencia de consumo, tarea
en la que el papel del nutriólogo resulta fundamental. |