Año 8 • No. 299 • Febrero 18 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Aunque resulte contradictorio
El miedo a tener cáncer detiene a las
mujeres para hacerse el papanicolaou
Alma Espinosa
Si al cáncer se le considera una enfermedad dolorosa, del tratamiento se dice que es mortal
Ni el tiempo de espera, el costo o la prohibición por parte de los esposos son causales de peso para que las mujeres no acudan a su centro de salud para que les realicen el papanicolaou; por el contrario, la razón más poderosa para que no asistan es el miedo a que los resultados indiquen que padecen cáncer cervicouterino, cuyo tratamiento consideran mortal.


 Yamilet Ehrenzweig Sánchez
De acuerdo con Yamilet Ehrenzweig Sánchez del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana (UV), ahora el miedo a padecer cáncer es el enemigo a combatir, pues ya quedó atrás la falta de información o que las parejas veían mal que las mujeres mostraran sus genitales a otros varones.

Como parte de su línea de generación del conocimiento, la académica desarrolla una investigación que involucra a mujeres de Pacho Viejo y
Las Lomas, donde la característica común es que son comunidades semi-rurales y que la mayor parte de los varones jóvenes y adultos emigran hacia Estados Unidos y las mujeres se emplean en Xalapa para trabajo doméstico, principalmente.
De las primeras conclusiones a las que ha llegado la investigadora, es que mientras las mujeres tengan una percepción de autoeficacia alta, existen más posibilidades de que acudan con el ginecólogo; es decir, las mujeres se sienten más capaces de desarrollar diferentes actividades, ya sea por la opinión de los demás o porque su estado fisiológico le permite hacer las cosas bien, lo cual las hace sentir tranquilas y seguras.

Del universo de estudio, 55 por ciento se practicaba cada año –o un poco más– el papanicolau y casi todas mostraban una percepción
de autoeficacia alta. Esto se debe también a que son ellas quienes tienen que solucionar constantemente problemas económicos para mantener la casa y alimentar a los miembros de la familia, que en muchos casos llega a ser de más de siete integrantes.

Otro factor que interviene en que las mujeres no se realicen el papanicolau es que anteponen a su salud la de su familia, incluso acompañan a sus hijos, esposo, padres o suegros a los centros de salud, pero ellas no asisten a una revisión; esto a pesar que muchas de ellas tienen la obligación de acudir porque forman parte del programa Oportunidades.

La investigadora explicó que existe una serie de modelos sociocognitivos o modelos de cognición social mediante los cuales los psicólogos tratan de analizar el comportamiento de las personas saludables, lo cual también tiene que ver con las creencias del grupo de procedencia y las normas; por ejemplo, “si en tu grupo social escuchas que dicen ‘al hacerse el papanicolaou queda una adolorida’, entonces ya tienes una predisposición para írtelo a hacer. Todo ese tipo de cosas que se dan en el grupo social te van haciendo que tú tengas una percepción de lo que involucra una enfermedad”.

Agregó que el cáncer siempre ha sido una enfermedad muy temida porque generalmente se conoce a alguien, ya sea familiar, vecino o amigo que padece cáncer actualmente y la creencia es que es muy doloroso y el tratamiento mortal. Esto causa que las mujeres le teman a un diagnóstico positivo.