Año 8 • No. 302 • Marzo 10 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Universidad
y sustentabilidad (parte II)
José Othón Flores Consejo
¡Pero claro! Lo que pasa es que no he terminado, la semana anterior hablaba de sustentabilidad y me dejé llevar por la emoción y dejé fuera algunos aspectos inherentes al tema. Alejandro Contreras, director de Proyectos, Construcciones y Mantenimiento de nuestra Universidad y asiduo lector de esta columna, me exigió (ya ven cómo es) que fuera más preciso y que tratara el tema de manera integral.

Decíamos, pues, que la sustentabilidad tiene que ver con el sostenimiento y con el mantener, dar alimento, fortalecer y esto tiene entonces diversas aristas. En primer lugar, el concepto tiene que ver con lo económico, nada se puede sostener si no cuenta con los recursos necesarios para ello.

Una organización sustentable empieza por ser una organización que cuenta con los recursos necesarios para su “sostenimiento”, claro, ustedes ya inquietos pensando en la Universidad podrían pensar que eso nos viene del Estado (uso la palabra “Estado” en su acepción de “gobierno” y me estoy refiriendo aquí a los distintos niveles federal y estatal en nuestro caso), pero no debemos olvidar que también esos recursos son limitados y se ocupan de muy diversas maneras (pero de eso no estamos hablando).

Entonces el primer compromiso para hacer sustentable a nuestra institución es encontrar con creatividad y esmero nuevas fuentes de financiamiento; veamos el caso de las universidades europeas: Hace poco tuve la oportunidad de visitar la Universidad de Glasgow, en Escocia, y sus funcionarios me explicaban que la mayor parte de sus recursos los obtienen de los fondos que las fundaciones les otorgan para la realización de investigaciones y la preparación de personas con perfiles determinados, que pronto habrán de incorporarse a la fuerza laboral o establecer mejoras sociales.

Lo que hacen ellos es realizar trabajos de investigación de excelencia y llevar sus resultados a las aulas, las fundaciones miden la eficacia de esos procesos y con base en ello les otorgan o no los recursos. Me decían que las universidades públicas del Reino Unido concursan por esos apoyos con los resultados de su trabajo, con indicadores como cuántos premios Nobel han obtenido, qué nuevos descubrimientos y aportaciones a la ciencia han realizado y nimiedades por el estilo.

Nosotros no estamos en el Reino Unido y no estaremos en el corto plazo concursando por esos recursos, pero este tipo de evaluación ya llegó a nuestro país y ya lo vivimos recientemente con la visita del CAGI (a quienes sí impresionamos, por cierto) y ya es tiempo de echar a volar la imaginación todos y proponer nuevas y mejores formas de allegarnos recursos.

Bueno, la pondremos más fácil, ¡vamos a ahorrar! Ya la maestra Garibay lo decía, apaguemos esa luz, abramos esa ventana y apaguemos el clima. Miren, fácil, si usamos las cosas como es debido y nos acostumbramos a ponerlas en su lugar nos ahorraríamos una gran cantidad de dinero.

Una metodología japonesa llamada “House keeping” mejor conocida en español como 5 S’s, habla de la importancia de mantener las cosas ordenadas, en su lugar y señaladas de tal forma que cualquiera las pueda encontrar y los resultados que la simple aplicación de este paso del método han ofrecido a quienes lo implementan resultan ser “económicamente” redituables.

Hagan un pequeño ejercicio, calculen en dinero el tiempo que perdieron la última vez, buscando ese papel que “estoy seguro que aquí lo deje”.
La sustentabilidad también tiene que ver con lo social, David Barkin, profesor de la UAM Xochimilco escribió: “La conservación de los ecosistemas de una región depende, más que de un reconocimiento político, de la importancia del problema. También requiere del fortalecimiento y reconstrucción de la capacidad económica y social de la población con el conocimiento y las habilidades necesarios para emplearse en las actividades productivas requeridas para proteger y enriquecer los sistemas naturales en los que estos recursos existen”.

Fíjense, la capacitación y la identificación e integración con la organización son también elemento indispensable para su sostenibilidad.

En este medio hemos hablado ya de la administración del conocimiento, hemos dicho lo importante que es acumular la sabiduría organizacional para su implementación en la mejora continua; es decir, en la generación de nuevas ideas y metodologías. Las organizaciones de hoy se están planteando la nueva concepción del saber que no corresponde a la simple acumulación del conocimiento, sino en la necesidad de contar con gente que, aprovechando ese conocimiento acumulado, pueda ver las cosas desde otra perspectiva.

Y ahí está el detalle (diría el célebre humorista mexicano, Mario Moreno), acumulando capital intelectual estaremos en posibilidad de obtener nuevos recursos y nos encontramos con lo que se llama un círculo virtuoso.

Aquí debo agregar, me lo hacían ver el maestro Agustín Aguirre Pitalúa, director General del Área Académica de Ciencias de la Salud y Alfonso Pérez Morales, director de la Facultad de Medicina, campus Veracruz, en un reciente encuentro en el que participamos, la salud.

No es posible alcanzar la sostenibilidad en un ambiente enfermo y esto es por demás claro, todo lo que hemos explicado no se puede dar si quienes pertenecen a la organización no tienen prácticas de vida saludable, mejorar la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad universitaria es un elemento indispensable para su desarrollo sustentable, hagamos pues caso de esta nueva ley y busquemos juntos ser la primera universidad en México libre de humo. Sería padre, ¿no?
Veamos que por supuesto no se trata de tener el más caro servicio médico del mundo, se trata de mantenernos saludables con buenas costumbres de vida.

Otro elemento fundamental también, en la vida de toda organización es lo político. Barkin dice también: “Una estrategia de desarrollo sustentable debe contribuir al surgimiento de un nuevo pacto social, cimentado en el reconocimiento de que son esenciales la erradicación de la pobreza y la incorporación democrática de los desamparados dentro de una estructura productiva más diversificada.”

Y esto pasa también por la multiculturalidad donde todos seamos respetados e incorporados independientemente a nuestra raza, estatus, ideologías y preferencias.

En la misma reunión que refería líneas arriba, José Blanco Mejía, coordinador de asesores del rector Raúl Arias Lovillo, nos decía que la Universidad debe ser sustentable hacia adentro, pero fue enfático al decir que es nuestra responsabilidad hacer que Veracruz sea también un estado sustentable, y fue más adelante el propio Rector quien nos invitaba a no esperar más e iniciar esta transformación que, partiendo de lo individual, se convierta en una nueva forma de vernos a nosotros mismos, a nuestra familia, a nuestra universidad, a nuestro estado, a nuestro país y a nuestro mundo.

Mucho, pero mucho más tiene este tema que seguramente seguiremos abordando, por cierto que el artículo de Barkyn que he venido refiriendo, se puede encontrar y consultar en la dirección electrónica http://168.96.200.17/ar/libros/rural/barkin.pdf.

Yo ahora debo apurarme a terminar éste porque me voy a participar en la carrera del FESAPAUV Xalapa. A ver si llego. ¿Ustedes hacen ejercicio? ¿Comen adecuadamente?

Hasta aquí por ahora y ya saben que sigo esperando sus comentarios en el correo electrónico otflores@uv.mx.