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Es
50 por ciento biológica, asegura científico de la
UV
Tendencia homosexual
inicia antes de nacer
Edith Escalón |
La
homosexualidad no es sólo un comportamiento que se “aprende”
socialmente |
El
50 por ciento de la tendencia homosexual depende de factores biológicos
–genéticos, hormonales y cerebrales– que se definen
antes de nacer, así lo demuestran estudios científicos
desarrollados en el área de neurociencias, aseguró Genaro
Coria, investigador del Instituto de Neuroetología de la Universidad
Veracruzana (UV), en conferencia de divulgación sobre el tema
que ofreció en el Jardín de las Esculturas.
“La homosexualidad no es sólo un comportamiento que se
‘aprende’ socialmente”, afirmó el especialista,
quien realiza en este instituto trabajos científicos a partir
de experimentos con animales de laboratorio, tanto para conocer el
funcionamiento biológico del cerebro como para saber cómo
se expresa éste en el comportamiento.
El investigador aseguró que la preferencia sexual inicia desde
las primeras semanas de gestación, cuando el espermatozoide
y el óvulo transmiten la información genética
de sus células al nuevo ser en formación.
Explicó que sólo el espermatozoide puede transmitir
el gen llamado TDF, que lleva consigo la información masculina
y es fundamental para el desarrollo de los testículos y órgano
reproductor masculino en el feto, pero no lo transmite siempre; cuando
este gen no está presente en el feto se forman órganos
sexuales femeninos por default.
Sin embargo, remarcó que no es sólo la presencia de
este gen lo que determina la sexualidad: “El desarrollo de órganos
sexuales masculinos en el feto sólo se produce si su cerebro,
durante la gestación, segrega ciertas hormonas (como la testosterona)
en cantidades adecuadas, por eso las alteraciones en la generación
de esas sustancias pueden hacer intersexuales a los niños”.
Explicó que ese desarrollo es más complejo de lo que
se piensa, pues hay casos en que un feto puede tener el gen TDF, su
cerebro producir hormonas masculinas, pero su cuerpo no asimilar esas
sustancias por alguna deficiencia biológica.
“Esto provoca que no se desarrollen sus órganos sexuales
aun cuando genéticamente tiene esa tendencia masculina, o que
desarrolle los órganos sexuales pero no otras características
de masculinidad que determinarán en el futuro la preferencia
sexual”.
El universitario advirtió que esa incongruencia, provocada
por factores genéticos y hormonales, resulta socialmente inconveniente,
pues la gente no acepta que de manera natural hay cierta tendencia
a la diversidad: “Como sociedad pensamos en hombre y mujer,
y cargamos a los géneros con características que creemos
aceptables, pero la diversidad biológica ha puesto innumerables
puntos medios entre ambos”.
Dijo que en los años sesenta, cuando los científicos
pensaban que el sexo era producto de la educación, se practicaron
operaciones para cambiar de sexo a niños cuando por defectos
biológicos no tenían bien desarrollados sus genitales.
“El resultado era desastroso. Obligaban a niños a vivir
como niñas o viceversa, lo que generaba más problemas
de los que resolvía”.
Por otra parte, advirtió que el suministro de hormonas puede
ayudar en algunos casos a “masculinizar” o “feminizar”
a una persona, ya sea de niño o de adulto, pero sólo
en cuanto a algunas características y sólo en algunos
casos; no puede considerarse un factor que determine todos los demás. |
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