Año 8 • No. 304 • Abril 7 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Halla investigador UV relación
entre maltrato y enfermedades
Fernanda Melchor
El estudio sobre el papel del abuso en los trastornos digestivos fue premiado en
2007 por la Asociación Mexicana de Gastroenterología
Veracruz, Ver.- El 85 por ciento de mujeres que fueron o son víctimas del maltrato físico, psicológico o sexual, presentan trastornos funcionales del aparato digestivo que limitan su calidad de vida y su desempeño laboral, afirma una investigación encabezada por José María Remes Troche, miembro del Instituto de Investigaciones Médico-Biológicas (IIMB) de la Universidad Veracruzana (UV) de esta campus.

El estudio, denominado “El papel del abuso físico, psicológico y sexual en los trastornos funcionales digestivos”, fue nombrado Mejor trabajo de investigación epidemiológica en el 2007 por la Asociación Mexicana de Gastroenterología. Asimismo, recibió una distinción por parte de la Asociación Americana de Gastroenterología debido a la pertinencia social del análisis.

A lo largo del año pasado, Remes Troche y un grupo de colaboradores realizaron encuestas anónimas a las víctimas de maltrato que acudían a la Casa de Mujer, un centro atención integral auspiciado por el DIF municipal. Esto con la finalidad de “sondear”, a través de cuestionarios, la presencia de trastornos funcionales digestivos en esta población.

Para el investigador, la causa principal de este fenómeno se debe a una “hipersensibilidad” de procesos fisiológicos normales. “Aparentemente, todo el aparato digestivo tiene terminaciones nerviosas; éstas llegan a un área del sistema nervioso central que es responsable de que podamos percibir algo como molesto o no”, explicó el académico.

Esta área, denominada eje intestino-cerebro incluye zonas prefrontales del cerebro y partes del sistema límbico y del hipocampo donde también se integran las emociones. Este eje sería, según el investigador, el vínculo que une a las enfermedades funcionales con los trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, de tal manera que una persona que ha sufrido de abuso físico, psicológico o sexual posee una percepción problemática de los procesos fisiológicos del cuerpo.

Esta hipersensibilidad ya ha sido estudiada por diversos centros de investigación, entre ellos la Universidad de Carolina, en Estados Unidos. “La relación entre trastornos funcionales y el abuso ya fue descubierta hace 20 años”, afirmó Remes Troche. “Lo que resulta interesante en nuestro estudio es que invertimos esta asociación: en lugar de atender mujeres con trastornos funcionales y preguntarles si tiene depresión, atendimos a un grupo que ya sabíamos que sufrían del estrés abuso físico, psicológico y sexual”, encontrando que el 85 de ellas
sí los padecen.

Enfermedades emocionales
Se dice que un paciente padece un trastorno funcional cuando presenta síntomas de una enfermedad sin que exista una patología real. Por ejemplo, cuando una persona siente agruras sin una causa orgánica aparente, como una úlcera. Los trastornos funcionales más comunes del aparato digestivo incluyen reflujo, distensión abdominal, dolor, inflamación, náuseas, vómito y estreñimiento.

Estadísticamente, estas molestias son la primera causa de toda consulta gastroenterológica y la segunda en toda consulta de medicina familiar. Además, los costos económicos directos e indirectos de su tratamiento son muy elevados: los pacientes deben gastar en medicinas, estudios, consultas con especialistas, y frecuentemente experimentan ausentismo laboral y escolar, así como degradación de su calidad de vida.

Para Remes Troche existen tres hipótesis adicionales para explicar por qué las mujeres, en general, presentan más estas afecciones. En primer lugar porque acuden a consulta médica más a menudo que los varones; en segundo, existen estudios que señalan la presencia de receptores de estrógenos, tanto en el tracto digestivo como en las zonas cercanas al hipotálamo, que pueden mediar esta conexión compleja que parece hay entre el intestino y el cerebro. Asimismo, las mujeres poseen una percepción del umbral del dolor distinta de los hombres, que hacen que los síntomas sean más molestos y requieran una consulta médica.

El tratamiento de trastornos funcionales del aparato digestivo es complicado y presupone la existencia de una buena relación médico-paciente. Ya que el tratamiento tradicional con medicamentos puede no ser suficiente para curar las molestias, Remes Troche recomienda recurrir a medicamentos antidepresivos en dosis muy bajas, así como a terapias tipo “placebo” que reduzcan los niveles de estrés. La terapia conductiva, la meditación, la acupuntura o el yoga podrían ayudar a paliar estas molestias, siempre y cuando el paciente permanezca bajo la supervisión de un especialista.