Año 8 • No. 305 • Abril 14 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Tampoco se incrementó la inversión privada
Políticas neoliberales estancaron el crecimiento económico
David Sandoval
El retiro de inversión gubernamental en distintos sectores no ha sido subsanado por el sector privado
La política económica adoptada en México a mediados de la década de los ochenta, basada en el enfoque neoliberal, no ha logrado resolver las carencias de nuestro país y ello puede observarse en la desaceleración que ha tenido el crecimiento a partir de 1982 y hasta la fecha, afirmó el académico de la Universidad de Notre Dame, EUA, Jaime Ros Bosch, en una misiva leída en el seminario Nuevas políticas económicas en América Latina, organizado por la Universidad Veracruzana (UV).


Juan Carlos Moreno
Causas de fuerza mayor impidieron al norteamericano presentarse en el seminario, pero su ponencia fue dada a conocer por Jaime Moreno Brid, investigador de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

De acuerdo con diversos índices, entre los que se cuenta el Producto Interno Bruto (PIB) y los índices de Productividad Total de los Factores (PTF), dichas cifras muestran una reducción; el PIB per cápita de 1940 a 1981 fue de 3.2 por ciento, mientras que de los años 1990 a 2005 fue de 1.5 por ciento.

No obstante que el modelo neoliberal planteó la apertura comercial con los países del norte, vía el Tratado de Libre Comercio (TLC), esta iniciativa no ha repercutido aún en las empresas ni en los productores mexicanos; en contraposición, más importaciones han ingresado a nuestro país. En el caso de los productores, casi han desaparecido los créditos al campo, comentó el investigador.

El modelo económico donde el Estado administraba el sistema bancario y las empresas nacionales impedía la participación del sector privado, limitando a su vez las posibilidades de crecimiento, sostenían los impulsores del modelo neoliberal; sin embargo, la adopción de este nuevo modelo no ha generado una mayor inversión privada, por el contrario, no ha logrado suplir la cantidad de recursos con los cuales el Estado apoyaba diversas paraestatales, precisó Moreno Brid.

Agregó que el capital humano en México ha mejorado de la década de los sesenta a 2003; pese a ello, al comparar el grado de escolaridad con el empleo que obtienen, resulta que los jóvenes con mayor escolaridad trabajan en actividades de baja productividad. “La gente se está capacitando y obtienen menos trabajo”, dijo.

Para 1989 la tasa de desempleo en personas con escolaridad de 13 años o más fue de 4.5 por ciento, durante 2002 dicha cifra fue de 9.5 por ciento, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), añadió.

De acuerdo con el análisis de Ros Bosch, la desaceleración que experimenta México a partir de la adopción del modelo neoliberal se debe principalmente a cuatro factores: la baja tasa de inversión pública; un tipo de cambio real apreciado, es decir, que el Estado deja de regular la cotización de la moneda; el desmantelamiento de la política industrial y de infraestructura estatal, y la falta de financiamiento bancario para productores y emprendedores, cayendo hasta en 90 por ciento.

Samuel Lichtensztejn Tezler, investigador de la UV y coordinador del PIDAE, mencionó que ante tal panorama, la comparación con las políticas económicas adoptadas por gobiernos latinoamericanos denominados de “nueva izquierda”, permitiría analizar la pertinencia de seguir con este modelo económico en México o modificar el rumbo para detener la desaceleración.

Para concluir el seminario, Lichtensztejn Tezler manifestó inquietudes e interrogantes hacia algunos planteamientos de estos gobiernos sudamericanos, como la indefinición que existe entre esta “nueva” izquierda y la anterior; dichos gobiernos surgen de crisis financieras importantes, sin embargo, han dejado de tener déficit social.

Señaló que “no hay un único modelo de izquierda en América Latina”, no es utilizado el término “socialista” y se carece de una visión a largo plazo ya que los gobiernos asociados con esta corriente llevan pocos años en el poder: “No tenemos todavía una visión de una economía diversificada, de una economía diferente”.

El seminario, condensó Samuel Lichtensztejn, “nos dio un panorama sobre la realidad latinoamericana importante, de aquellas realidades que están tratando de cambiar pero que se enfrentan todavía a algunos frenos que si bien son propicios del mercado internacional, se tienen nuevos desafíos como la concentración del capital”.