Año 8 • No. 307 • Abril 28 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Cumplen las BUSS 15 años de transformar su entorno
Se forman en la UV líderes comunitarios

Edith Escalón
• No sólo formamos universitarios sensibles ante la pobreza, sino capaces de desarrollar nuevos procesos de liderazgo social

• El desarrollo comunitario es un hecho; sistematizar el impacto académico, siguiente paso: Alejandro Moreno

En México, la Universidad Veracruzana (UV) se ha convertido en el ejemplo a seguir en materia de vinculación social. En 2008, su programa de Brigadas Universitarias en Servicio Social (BUSS) cumple 15 años en operación, en el que más de tres mil universitarios de 31 disciplinas han apoyado el desarrollo de regiones indígenas, rurales y suburbanas de Veracruz en 50 municipios marginados, incluyendo los 15 con los niveles más bajos de desarrollo.

Además, cumplirá ocho años de operar un modelo propio de vinculación social materializado en las Casas de la Universidad, los centros de aprendizajes múltiples ubicados en las comunidades que han estrechado los lazos entre la institución y la sociedad, sobre todo en poblaciones vulnerables. Gracias a este nuevo paradigma, la UV ha ganado siete veces el Premio Nacional de Vinculación Social.

Actualmente, la Veracruzana trabaja en siete Casas de la Universidad, dos en zonas urbanas: Vecinos del Manglar, en Boca del Río, y Molino de San Roque, en Xalapa; y cinco en zonas rurales de municipios marginados: Coyopolan, en Ixhuatlán de los Reyes; El Conejo, en Perote; La Chinantla, en Uxpanapa; Atlahuilco, en Zongolica; y Tlapala, en Totutla, estas últimas en proceso de consolidación.

Si las BUSS inauguraron en 1993 la presencia permanente de la UV en las comunidades marginadas, al llevar nuevos conocimientos y servicios médicos gratuitos a la gente que no los tenía, las Casas de la Universidad convirtieron a la UV en una universidad extramuros, que mientras acompaña el desarrollo comunitario fortalece la formación de sus estudiantes con experiencias que no sólo los hacen sensibles a los problemas de la pobreza, sino que desarrolla en ellos nuevos procesos de liderazgo.

El asistencialismo, cosa del pasado
En un principio, las BUSS se integraban por un equipo de pasantes del área de la salud –odontólogos, médicos, enfermeras, nutriólogos, psicólogos– que durante un año llevaban a zonas marginadas tanto consultas gratuitas como medicamentos y charlas informativas, en un esquema un tanto asistencialista, reconoció Alejandro Moreno, director de Vinculación Social en la UV.

"Entonces se establecían acuerdos con la gente o las autoridades comunitarias para darles a los muchachos un espacio fijo en el ayuntamiento o en alguna casa particular, pues la brigada vivía un año en la localidad y al siguiente se retiraba, y tocaba el turno de instalar una nueva en otra comunidad."

Fue la gente de Ixhuatlán de los Reyes –donde se construyó la primera Casa de la Universidad– quien tuvo la iniciativa de construir un lugar para hacer permanente la presencia de la UV: "La comunidad donó el terreno, el ayuntamiento puso los recursos para la construcción y la UV, el programa operativo, el diseño y los recursos humanos para echarlo a andar".

Sin embargo, explica Moreno, las Casas de la Universidad nunca fueron sólo albergues de brigadistas, sino el espacio que activó acciones para impulsar procesos de liderazgo y autogestión comunitaria: "El papel de la UV, acorde con el proverbio, no es dar a la gente pescado, sino enseñarle a pescar".

Aseguró que la Universidad apoya a las comunidades para que sean ellas mismas las que resuelvan sus problemas, les ayuda a gestionar por sí mismas su desarrollo, las guía, pero sin suplantarlas a la hora de tomar decisiones y sin jugar el papel de la autoridad: "La UV coordina el liderazgo social de la gente, los recursos económicos del gobierno y su propio capital humano; sin esa coordinación, los esfuerzos aislados se diluyen y fracasan".

De espectadores a protagonistas
Con este enfoque, además de los servicios médicos tradicionales de brigadistas, las comunidades han accedido a recursos estatales y federales, programas de conservación del medio ambiente, educación para la salud, desarrollo de infraestructura, servicios urbanos, nuevas tecnologías y capacitación para el trabajo, incluyendo orientación para actividades productivas como el cultivo de pinos de navidad, el bordado y la manufactura de tabiques, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Caso paradigmático es la experiencia en expresiones artísticas y culturales. A las Casas han ido desde el Ballet Folklórico hasta el Cuarteto de Cuerdas de la UV, pero de ser espectadora, la gente de las comunidades pasó a ser protagonista: "Los niños actuaron en obras de teatro y las presentaron en otras ciudades; hicieron cuadros en acuarela que expusieron y vendieron en Xalapa, los adultos participaron en una radionovela de la UV; en fin, la gente está cambiando a medida que los lazos con la UV se hacen más estrechos".

Lo mismo sucedió en El Conejo, en 2002, donde por primera vez en la historia de la comunidad cuatro de sus jóvenes se convirtieron en universitarios tras aprobar, como todos, el examen de admisión a la UV. Después de cuatro años actuaron como brigadistas en su propia tierra, para luego integrarse al mercado laboral. Hoy, los cuatro lideran el desarrollo en esta región montañosa.

Sistematizar la experiencia, siguiente paso
Para el director de Vinculación Social en la UV, es evidente el desarrollo individual y colectivo que ha detonado la presencia permanente de la UV en las comunidades, al igual que la sensibilidad y el compromiso social que asumen los estudiantes que participan de la experiencia de vida, del contacto con la realidad y de las necesidades de la población más pobre y marginada del estado, pero, por meritorio que resulte, no son éstos los únicos objetivos.

"No sólo se trata de sembrar en los universitarios la buena voluntad en beneficio de los pobres, de exponerlos a experiencias de vida que los marquen, sino de sistematizar la experiencia de manera que pueda retroalimentar los programas de estudio y que su impacto pueda medirse, incluso en términos de desarrollo social y académico."

Y es que la estrategia de las BUSS, tanto en las Casas de la Universidad como en brigadas alternas, está orientada a que los universitarios pongan a prueba sus conocimientos y metodologías didácticas, de psicología, enfermería, química clínica, agronomía, arquitectura, teatro, música, nuevas tecnologías, biología, ingeniería ambiental y el resto de las 31 disciplinas implicadas.

Al hacerlo, dijo, se enfrentan a la pobreza y experimentan un proceso individual que rebasa incluso su propia disciplina: "Cuando llegan a la comunidad dimensionan primero los problemas de la gente, de inmediato toman una actitud solidaria y, posteriormente, analizan qué han aprendido de la gente y, sobre todo, qué más pueden hacer para ayudar".

"Es cierto que ya logramos la sensibilidad y el compromiso universitario, pero necesitamos ir más allá", advirtió el funcionario, quien reveló que una de las nuevas propuestas consiste en poner en marcha cursos intersemestrales, en el marco del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), en los que se aplique teoría y práctica en las Casas de la Universidad.

Para Moreno, las estrategias de vinculación social se enfocarán ahora a consolidar la retroalimentación académica para mejorar con la experiencia las prácticas profesionales de los egresados de la UV, y a gestionar recursos que permitan dar mantenimiento y, en su caso, actualizar los equipos de salud y tecnológicos ya obsoletos, promover un fondo de becas para los estudiantes y desarrollar nuevas actividades de diferentes disciplinas.

Casas UV-DIF
En 2002, luego de varias visitas a las Casas de la Universidad donde conoció los problemas y las acciones de las comunidades, Rosa Borunda, como representante del DIF Estatal, valoró la apuesta universitaria y decidió apoyarla, tanto económicamente como mediante programas de atención prioritarios para este organismo.

Gracias a sus aportaciones, se construyeron las Casas de la Universidad en Uxpanapa y Atlahuilco, las cuales además de contar con los servicios básicos y los apoyos universitarios, cuentan con área para la rehabilitación física de personas con parálisis o algún tipo de discapacidad. "Sumar los apoyos del DIF a la iniciativa de la UV nos ha llevado a consolidar nuestros programas en menor tiempo, y a brindar más y mejores servicios para la población", comentó Moreno.