Año 8 • No. 308 • Mayo 6 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Tata Vasco, aclamada
en Coatzacoalcos

Jorge Vázquez Pacheco

Dos funciones satisfactorias dentro de la Expo Feria
Coatzacoalcos, Ver.- La ópera Tata Vasco ha recibido una unánime aceptación en el Teatro de la Ciudad, ubicado en el centro de Convenciones de esta ciudad; por sorprendente que parezca, ésta fue la primera ocasión que el recinto se abrió para albergar una ópera en toda forma, y también la primera vez que su foso se empleaba para lo que el arquitecto Abraham Zabludovsky le diseñó: para dar cabida a toda una orquesta sinfónica.

Las funciones del sábado 26 y domingo 27 de abril, fueron parte de la Expo Feria de este lugar; el desempeño de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) fue del todo satisfactorio para una obra de evidente robustez melódica y armónica.
El trabajo de los diversos grupos artísticos de la Universidad Veracruzana (UV) que tomaron parte en esta puesta en escena es inobjetable. El coro de niños del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI) se desenvolvió con sorprendente soltura; dos de sus integrantes tuvieron participación como solistas en el último cuadro y evidenciaron una preparación musical que marcha de la mano con su conocimiento del drama escénico.

El Coro de la UV tuvo un trabajo pulido y bien proyectado sobre la escena. Cabe mencionar que varios de los solistas en el elenco son integrantes de este coro, como los barítonos Víctor Vázquez, Esaú Molina, Serafín Rodríguez y Agustín Sedas, quienes participaron como los frailes que acompañan a Vasco de Quiroga, el Tata Vasco protagónico. El quinto barítono fue Erasmo Hernández, como el vigía del primer cuadro.

A ellos correspondió uno de los momentos más interesantes que hayamos observado y escuchado: cinco voces graves, al lado del barítono Jesús Suaste, como solistas hacia el inicio del penúltimo cuadro. Eso no es común y –que recordemos– esta escena sólo encuentra parangón con el aria para cuatro barítonos que Giuseppe Verdi escribió en su ópera Don Carlos.

Los momentos emotivos en Tata Vasco son muchos y algunos de ellos de generosa vastedad. Tan sólo la escena final del primer cuadro contiene un emotivo dúo para soprano y tenor que la bella Violeta Dávalos y Ángel Ruz resolvieron con estremecedor poderío. En medio de la densa y potente orquestación sus voces sonaron claras, nítidas, por encima del formidable volumen sonoro generado por la orquesta desde el foso.

Mención aparte hay para los dos “alabados”, cánticos de alabanza en los que Bernal Jiménez depositó un especial momento de inspiración. El primer “alabado” fue responsabilidad del tenor Gumaro López y el segundo, de la mezzosoprano Cecilia Ladrón de Guevara.

El Teatro de la Ciudad contuvo apropiadamente la producción escénica de Sebastián, dotada numerosos simbolismos y con un concepto totalmente novedoso que resultó de enorme interés para la asistencia.

Alejandro Schwartz, director del grupo que ejecutó las coreografías, expresó que es un privilegio trabajar en la obra de un mexicano, con un director nacional y con una orquesta veracruzana, “tan veracruzana como los jóvenes bailarines que tomaron parte en la puesta en escena”.

“Armar la coreografía fue un trabajo que pensamos lograr acorde con la composición plástica de la escenografía”, añade Schwartz. “Fue un proceso integrador, de interacción con las acciones dramáticas y con los participantes. Fue algo realmente sensacional”, finalizó el Director del grupo coreográfico.

César Velázquez, responsable del Coro del CIMI, comentó que la parte asignada a los niños es sumamente comprometedora: “Hay unas partes a tres voces y juegos rítmicos muy complejos. Pero ellos llegaron con mucho ánimo y no les fue difícil sacar todo a flote”.

Finalmente, Fernando Lozano, director titular de la OSX, manifestó su satisfacción por los resultados artísticos y el magnífico rendimiento de los solistas, veracruzanos y capitalinos. Comentarios aparte le mereció el Teatro de la Ciudad, por sus excelentes condiciones físicas y la comodidad que resulta en trabajar bajo tales condiciones.