Cada
año, la placa tectónica de Cocos –que atraviesa
México de Acapulco a Tampico y es responsable de la sismicidad
en el país– se mueve seis centímetros hacia abajo
de la placa de Norteamérica, aseguró Arturo Iglesias
Mendoza, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), e integrante de
un proyecto sismológico internacional.
“Cocos se está metiendo por debajo de Norteamérica
y la región donde las dos placas están en contacto no
está en compresión sino que hay un retiramiento de la
trinchera, es decir, el punto donde chocan se está moviendo
hacia atrás y esto permite la extensión de las placas”,
dijo el investigador, quien ofreció una conferencia a estudiantes
y académicos de la Facultad de Instrumentación Electrónica
de la Universidad Veracruzana (UV).
Este descubrimiento, resultado del análisis realizado con más
de 100 sismógrafos digitales instalados en una línea
recta de Guerrero a Veracruz, permitirá comprender mejor la
actividad sísmica en el país y tomar precauciones para
la protección civil, aseguró Iglesias, también
colaborador en proyectos de investigación del Centro de Ciencias
de la Tierra (CCT) de la UV.
Ignacio Mora, director del CCT y coordinador universitario de la Red
de Monitoreo Sísmico en Veracruz, destacó la importancia
de la sismografía para los geólogos: “Es indispensable
para tomar radiografías de la tierra y hacer cálculos
y estimaciones que permitan prevenir los efectos de las actividades
sísmicas y volcánicas del país”.
En la conferencia, Iglesias Mendoza explicó que el proyecto
MASE (Mesoamerican Subduction Experiment) busca entender la dinámica
de subducción (deslizamiento de una placa tectónica
por debajo de otra) de la Placa de Cocos y Norteamérica, porque
ésta es la que rige gran parte de la actividad sísmica
en México y porque tiene características únicas.
“En el centro de México no hay astenósfera entre
una placa y otra, o sea, la zona del manto terrestre que está
inmediatamente debajo de la litosfera, aproximadamente entre 100 y
240 kilómetros bajo la superficie de la Tierra.”
Dijo que ésta influye directamente en el movimiento de las
placas tectónicas: “Hemos confirmado la hipótesis
de una subducción plana en Cocos, no hay espacio para astenósfera;
es decir, la corteza oceánica de la Placa de Cocos y la corteza
o litósfera superior de la Placa de Norteamérica están
en contacto”.
De acuerdo con su equipo de investigación, al no existir astenósfera
se esperaría una fricción muy intensa entre ambas placas,
la cual se reflejaría en una constante e intensa actividad
sísmica, misma que no existe, por ello los investigadores piensan
que es otro el mecanismo que permite el movimiento entre las placas
de Cocos y Norteamérica. MASE
en Oaxaca y Veracruz
Para continuar con el estudio de la relación entre sismicidad
y tectónica de las placas, ahora los universitarios instalarán
46 sismógrafos desde San Mateo del Mar, en Oaxaca, hasta
Monte Pío, en Veracruz. Iglesias aseguró que será
importante comparar las dos zonas, pues a pesar de estar cerca,
son diferentes.
Dijo que en esta etapa del proyecto es probable la colaboración
con la UV, la cual tiene casi una década operando el sistema
de monitoreo y haciendo otros estudios respecto de la actividad
sísmica en Veracruz. |