La
enfermedad de Chagas es una de las seis enfermedades prioritarias
del Programa del Banco Mundial de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), después del paludismo es la más
seria y extensa enfermedad de los seres humanos en América
Latina; en México esta enfermedad es un problema de salud
pública que afecta a 11 estados, entre ellos Veracruz.
Hasta hace muy poco, la literatura médica sólo hablaba
de la miocardiopatía chagásica en adultos, pero Paz
María Salazar Schettino, doctora adscrita al Departamento
de Microbiología y Parasitología de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), ha encontrado
casos en niños veracruzanos. |
Paz
María Salazar Schettino, doctora adscrita al Departamento
de Microbiología y Parasitología de la UNAM
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Parte de esta investigación fue expuesta en la XCI Reunión
Nacional de Profesores de Microbiología y Parasitología
y el III Congreso Nacional para Estudiantes, que organizó
la Asociación Mexicana de Profesores de Microbiología
y Parasitología y la Facultad de Medicina de la Universidad
Veracruzana (UV), del 15 al 17 de mayo pasados.
Desde hace casi 10 años, investigadores de la UNAM han trabajado
en el tema miocardiopatía chagásica infantil, de la
investigación han resultado valiosas aportaciones para el
estudio de la enfermedad de Chagas en el país, un estudio
integral sobre la enfermedad de Chagas en Veracruz y sugerencias
para su control.
La enfermedad de Chagas –explica la doctora– ataca principalmente
al corazón, la transmite la chinche de campo conocida como
“besucona” u “hocicona” y el parásito
que va dentro de esta chinche es arrojado en su materia fecal. La
gente se rasca, se contagia el parásito y éste afecta
directamente al corazón.
“Hace ya 10 años iniciamos en Veracruz un trabajo de
investigación gracias al apoyo de la doctora Edith Rodríguez
y la Secretaría de Salud. Encontramos que en la parte de
La Huasteca, que comprende Tuxpan, hay niños entre 11 y 13
años ya afectados del corazón por esta enfermedad”.
Para este estudio novedoso no sólo en México sino
en toda Latinoamérica, contaron con la ayuda de electrocardiógrafos
que la OMS dio en comodato a la UNAM para las jurisdicciones de
Tuxpan, Coatzacoalcos y Córdoba.
Se empezaron a hacer estudios en todas las casas que tenían
chinches y les hacían la serología y los electrocardiogramas,
así empezaron a detectar a niños que presentaban alteraciones
electrocardiográficas, o sea que su corazón estaba
afectado. De esta manera inicia este proyecto hace unos tres años.
Salazar Schettino ha mencionado algunos factores que facilitan la
infestación y permanencia de los triatominos en las viviendas
y, por lo tanto, la interrelación huésped-vector.
Uno de ellos es la convivencia con perros y gatos que representan
una fuente de alimentación para los triatomas; el material
de construcción de la vivienda es otro factor en la transmisión
de la enfermedad, ya que puede proveer al vector las características
para la permanencia y su reproducción en ella.
Con base en los hallazgos del análisis de riesgo, es recomendable
y evidente que debe mejorarse la vivienda, especialmente el material
de construcción; asimismo, la ventilación inadecuada
podría mejorarse si se recomienda la redistribución
de puertas y ventanas, de modo que la penetración del aire
pueda ser fluida. |