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En
manicomios: dementes, ladrones, alcohólicos y prostitutas
La
locura, un pretexto para
esconder al indeseable social
Edith
Escalón |
Hoy,
las enfermedades mentales siguen estando en el último escalón
de las prioridades gubernamentales: Hubonor Ayala
Con
una investigación sobre el Manicomio de Orizaba, el historiador
ganó el Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2008 |
Lejos
de ser considerado un problema de salud, la locura en Veracruz fue
un buen pretexto para esconder a los indeseables de la sociedad, desde
dementes y ladrones hasta alcohólicos y prostitutas, aseguró
Hubonor Ayala Flores, egresado de la Facultad de Historia de la Universidad
Veracruzana (UV). |
![](images/manicomio.gif)
Hubonor
Ayala Flores, ganador del Premio Nacional de Ciencias Sociales
2008
|
“Más
que centros de salud mental, los manicomios eran cárceles hacinadas
e insalubres que nunca tuvieron una verdadera atención por
parte de las autoridades; lo preocupante es que incluso hoy, las enfermedades
mentales siguen estando en el último escalón de las
prioridades gubernamentales.”
Gracias a una investigación historiográfica en el Manicomio
de Orizaba, Ayala Flores ganó en 2008 el Premio Nacional de
Ciencias Sociales a la mejor tesis de licenciatura, trabajo que fue
publicado por el Colegio de Michoacán, donde realiza estudios
de maestría. |
El historiador explicó que en la sociedad porfiriana de principios
del siglo XX, la existencia de los dementes y de otros “indeseables”
amenazaba el supuesto orden y modernidad social de una élite
mexicana que aspiraba a ser como las sociedades europeas, contexto
en el que surgió el primer manicomio en Veracruz.
“La locura era un pretexto, igual metían al manicomio
esquizofrénicos, maniáticos e histéricos, que
alcohólicos, epilépticos y prostitutas, cualquiera que
era mal visto por la sociedad pretenciosa y moralista de entonces,
incluso era utilizado como sitio de castigo de delincuentes.”
“Las condiciones de asilo eran terribles: fue diseñado
para albergar 60 personas y llegó a tener 120, el tratamiento
era rudimentario, denigrante el racionamiento de alimentos y vestido,
y humillante la insalubridad. De hecho, en un solo mes murieron más
de 30 internos por diarrea, eso nos habla de las condiciones infrahumanas
que prevalecían entonces.”
Explicó que en ese orden carcelario, los asilados entraban
a un régimen de control sin mayores posibilidades de curación:
“Cuando su manutención ya era incosteable sacaban a los
internos del manicomio con el pretexto de que sus males eran incurables”.
Para el universitario, el estudio histórico permite hacer una
comparación que no resulta muy halagüeña, pues
más de un siglo después, éste y otros hospitales
psiquiátricos siguen presentando las mismas deficiencias en
atención gubernamental.
“El enfermo mental está en el último escalón
de las prioridades sociales y de los presupuestos municipales, estatales
y nacionales, de hecho, ni siquiera es un tema que figure en la agenda
política, y por lo tanto no hay suficiente atención,
infraestructura ni recursos.”
El texto titulado Salvaguardar el orden social, el Manicomio del Estado
de Veracruz (1883-1920), analiza cómo se fundó la institución,
devela su estructura, administración, organización y
analiza los actores sociales y el contexto donde surgió y se
desarrolló, trabajo que fue asesorado por Gerardo Antonio Galindo
Peláez y Carmen Blázquez, académicos de la UV.
Para Ayala Flores, este reconocimiento demuestra la calidad de la
formación que brinda la UV en la Facultad de Historia, cuyos
egresados, en los últimos seis años, han ganado tres
premios nacionales de Ciencias Sociales con sus tesis de licenciatura:
“Tenemos que hacer tesis, hacer trabajos de este tipo, porque
el trabajo de investigación complementa la formación
teórica que recibimos y nos convierte en mejores profesionistas”. |
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