Año 8 • No. 313 • Junio 9 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Filosofía de la filosofía:
la autoconciencia misma del filosofar

Celia Álvarez
En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el primer significado de filosofía –que procede del griego y está compuesta de dos palabras: philos, “amante de”, y sophia, pensamiento, sabiduría, conocimiento– es el “conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano”.
Aunque se afirma que el filosofar es intrínseco al hombre, no como un saber más que se agrega a otros sino como la actitud natural de los humanos y su respuesta existencial ante la maravilla del universo y del ser, la pregunta ¿qué es la filosofía? se revela en sí como una gran trampa, puesto que la contestación presupone ya una postura filosófica: no se puede responder desde “ningún lugar”. ¿Cómo salir de la trampa? ¿Desde dónde filosofar sobre la filosofía en sí?
Richard Raatzsch, uno de los filósofos alemanes contemporáneos que han alcanzado un mayor reconocimiento por su contribución al esclarecimiento de las nociones y el método de la filosofía tardía de Ludwig Wittgenstein, ayuda en el libro Filosofía de la filosofía, de la colección Biblioteca de la Universidad Veracruzana, a meditar sobre la necesidad de esclarecer los fundamentos de una disciplina que toma por objeto la filosofía misma.

El autor aborda la metafilosofía, que puede entenderse en dos sentidos: en
primer lugar, como la conciencia de que estamos en una época que se encuentra más allá de la filosofía –meta significa, precisamente, “mas allá de”– tras la muerte o realización de ésta, y en segundo término, como la reflexión acerca de la propia filosofía, de su definición, de los diversos estilos de hacer filosofía, etcétera.

¿En qué consistiría y qué cabría esperar de la “filosofía de la filosofía”? El libro del autor germano defiende, de manera clara, la tesis de que la metafilosofía no existe como disciplina autónoma y fundadora de diferentes sistemas filosóficos, sino todo lo contrario: es la expresión de dichos sistemas. Y comparte con ellos sus límites y características.

Los temas que abarca el volumen, donde Raatzsch cita a diversos autores que le han dejado valiosas enseñanzas y le resultan muy cercanos, son los siguientes: “La diversidad de la actividad filosófica como origen y objeto de la metafilosofía”, “Verdad y sentido de las proposiciones filosóficas”, “El reto pragmatista: filosofía como propaganda y temperamento”, “Dos ideales para el filosofar; el chiste y el cálculo”, “Las imágenes de filosofar: lógica e ideología”, “De las imágenes de filosofar hacia actitudes e intereses” y “El conocimiento de la naturaleza humana y la consonancia”.

En la Conclusión, Richard Raatzsch señala que este libro, resultado de las conferencias que ha dictado en diferentes lugares, no es más que un pequeño fragmento de lo mucho que se ha escrito sobre el asunto. “Esto se aprecia no sólo con relación a la multitud de problemas y de soluciones que pueden resumirse bajo el título ‘filosofía-de-la-filosofía’, sino también con relación a un sinnúmero de autores que han tratado el tema”, indica.

Y agrega, antes de reconocer que el texto es una confesión o expresión de su propia actitud como filósofo: “Si hay algo de verdad en la imagen que, en el presente trabajo, fue esbozada sobre la filosofía, entonces el destino característico de cada conocimiento no se desprende de la malicia del mundo en general y de los caprichos de los críticos en filosofía en particular, sino de la naturaleza misma de la filosofía”.

El libro Filosofía de la filosofía, de Richard Raatzsch, se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario situado en Xalapeños Ilustres 37 o en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9.