Año 8  • No. 315 • Junio 23 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Altera estrés patrones de sueño
Alma Espinosa
El estrés y el sueño favorecen la homeostasis y el equilibrio del organismo de los seres
Mediante estudios en animales y humanos se ha demostrado que la presencia de situaciones estresantes provoca alteraciones del sueño; sin embargo, cada ser vivo responde de distinta manera a los estresores, incluso algunos muestran una respuesta de satisfacción, explicó Javier Velázquez Moctezuma, director de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante su participación en el curso internacional La función biológica del sueño: nuevas aproximaciones, organizado por el Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana, el académico dio a conocer que quienes responden más al estrés tienen un mayor porcentaje de vigilia y consecuentemente tienen una disminución del sueño de ondas lentas.

Para llegar a estas conclusiones, que son apenas unas cuantas de la gran cantidad de estudios que se han hecho al respecto, se ha sometido a las personas a situaciones estresantes antes de dormir; por ejemplo, se exhibe una película turística de un país como Inglaterra o una muy violenta, para posteriormente observar su sueño. También se ha estudiado a personas un día antes de ser sometidas a cirugías o que sufren procesos infecciosos.

En el caso de los animales, comúnmente ratas, se utilizan diferentes estresantes, pero el que utiliza su grupo de trabajo es la inmovilización; no obstante, también se les somete a cambios de temperatura, choques eléctricos, ejercicio e incluso se manipula la conducta sexual.

En ambos casos se han tenido respuestas disímbolas ante un mismo tipo de estrés, lo cual llevó a los científicos a plantearse la pregunta si también tendría diferencias en el patrón de sueño, lo cual fue afirmativo. “El estrés se hermana con el fenómeno del sueño de diversas maneras porque ambas conductas tienden a favorecer la homeostasis y el equilibrio del organismo de los seres”, expresó.

Ante académicos y estudiantes reunidos en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa, Javier Velázquez recordó que la historia del estrés comenzó en 1936 cuando el investigador Hans Selye asentó que “el estrés es la respuesta inespecífica del organismo ante cualquier demanda extraordinaria”.

Tal idea contenida en un breve artículo desató toneladas de investigaciones sobre el estrés. Aseguró que actualmente existen muchísimas concepciones de lo que es el fenómeno y para los investigadores es terrible confrontar tantas interpretaciones del mismo y tratar de homogeneizar la información que aparece publicada.

Respecto de la definición de Selye, el investigador de la UNAM dijo que ante la demanda, el organismo reacciona y entra en un proceso de habituación, esto quiere decir que ingresa en un proceso donde la respuesta fisiológica tiende a disminuir, incluso a desaparecer. En caso contrario, en que el organismo no se habitúe a la demanda o estresor, entrará a una siguiente etapa que es de extenuación, donde empieza a deteriorarse rápidamente, que lo lleva a presentar otros estados patológicos, incluso la muerte.

A lo de Hans Selye recientemente se agregó que el estresor debe tener ciertos componentes, ser percibido como amenaza porque de lo contrario nuestro organismo no genera respuesta. Esto va a depender de cuestiones genéticas, de desarrollo y experienciales, entre otras. Todos podemos experimentar la misma situación y en algunos generará una respuesta muy grande y otros tendrán respuesta grata, confió.