Año 8  • No. 315 • Junio 23 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  No hay una escuela que los forme
El corrector se hace
con la práctica
Enrique García Santiago
Dentro de la Secretaría de Hacienda, no existe una categoría que incluya a los correctores, de ahí su mal salario: Antonio Martín
No existe en México ni en el mundo una escuela que forme a los correctores editoriales, éstos se van haciendo con la práctica, coincidieron en señalar expertos en edición, durante la mesa redonda “Lapsus cálami” que se efectuó en la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV).

Andrea Leticia Ramírez Campos, de la Editorial de la UV; Tomás Granados Salinas, de la empresa editora Libraria, y Antonio Martín, socio fundador de “Cálamo & Cran”, disertaron sobre la formación del corrector y el raquítico salario que perciben, al no existir una categoría que lo incluya dentro de la Secretaría de Hacienda.

Andrea Leticia Ramírez Campos, Antonio Martín y Tomás Granados Salinas
disertaron sobre la formación del corrector

En el marco del ciclo Al pie de la letra, charlas en torno al libro y su edición, convocado por el Centro de Formación de Profesionales del Lenguaje y su Edición “Cálamo & Cran”, Ramírez Campos señaló que el corrector es alguien que cuida de la palabra escrita y no tiene un perfil profesional, sino que se va haciendo a través de la práctica.

Por su parte, Tomás Granados definió al corrector como “un amante de la comunicación más que de las reglas; es un neurótico funcional capaz de convertir la manía en precisión; además, debe ser un experto informático en el doble sentido de la información y de la informática, es decir, de las computadoras y del conocimiento”.

Antonio Martín, sostuvo que “la corrección es mal pagada porque los tirajes son pocos” y al no haber gran demanda, obviamente los pagos disminuyen; además, afirmó: “Los correctores no deben ser abanderados de la Real Academia; debe existir cierta flexibilidad, es como quien va allanando la autopista y va colocando bien las señales de tráfico o como quien va conduciendo por primera vez procurando que el coche de la lectura no se vaya a salir de la carretera”.

El también fundador de la Asociación de Correctores (Unico), AC, dijo que en términos más estéticos, “el corrector es un técnico de control de calidad del texto y de la escritura”, pues el texto –agregó– va pasando de unas manos a otras, desde el que lo ha creado, el que lo ha traducido, el corrector de estilo; el texto se va transformando y en cada uno de esos pasos siempre hay alguien que va chequeando si ese paso se ha dado bien; entonces, somos parte de ese proceso de producción, lo que hacemos es controlar la calidad del texto en su aspecto material.

Explicó que creó Unico con el objetivo de mejorar, dignificar, difundir y fomentar la profesión, además de conseguir su reconocimiento profesional. Unico es una asociación que defiende los derechos de los correctores de estilo y de pruebas.

Actualmente Antonio Martín promueve el Curso de Corrección Profesional, mismo que se impartirá en octubre y el cual es una réplica del que se ofrece en Madrid y Barcelona.

El curso tiene una duración de 49 horas lectivas y 20 de autoestudio, el cupo es limitado; el costo es de seis mil pesos para quienes paguen antes del 30 de junio y siete mil para quienes lo hagan después de esta fecha.

Para mayores informes consulte la página www.calamoycran.com, al teléfono 818-08-88 y 044-2281-399125, a los correos electrónicos rmarian.aguilarl@calamoycran.com, cursos_mex@calamoycran.com, o en José Emparan número 39, Colonia Tatahuicapan, en Xalapa, Veracruz.