Año 8 • No. 316 • Junio 30 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Presentan en la RAC Obra Negra
de Enrique Estrada
Gina Sotelo


Obra Negra. Retratos recientes se permanecerá en la Galería Universitaria
“Ramón Alvade la Canal”
Obra Negra. Retratos recientes, es la exposición de Enrique Estrada que se exhibe en la Galería Universitaria “Ramón Alva de la Canal”; entre sus retratados están Gabriel García Márquez, Carlos Prieto, Germán Dehesa y Jacobo Borges.

Yendo del claroscuro al tenebrismo, la pintura del chiapaneco Enrique Estrada es una muestra de maestría en su trazo. Los contrastes fuertes entre los volúmenes resultan benéficos a la hora de resaltar el detalle, las texturas. Al estilo de Rembrandt, Caravaggio o Goya, Estrada nos muestra figuras que se erigen sobrias desde la obscuridad.
Gabriel García Márquez es quien hace la presentación de Obra Negra en un esplendido texto titulado Autorretrato de mi retrato. El colombiano escribe: “Hace unos cuatro años, al regreso de un viaje alrededor del mundo, encontré colgado en mi casa de México un retrato al óleo que habría querido atribuirle a Goya, de no haber sido por el anacronismo irredimible de que el retratado era yo. Y tan exacto y tan vivo que un amigo certero se atrevió a decirme que era más parecido a mí que yo mismo”.

La pintura de este artista se remite a la tradición. Enrique Estrada ocupa un lugar especial en el desarrollo de la plástica mexicana. Con una evidente maestría técnica, un pleno dominio de su lenguaje, y una mirada incisiva, mordaz y profundamente humana, Estrada rehabilita nuestros mitos y desmitifica la historia.

Eva Gonda de Garza Lagüera opina que Estrada, experto conocedor de la historia, “puede hacer pintura de la historia, y más aún, historia con la pintura. Le otorga a la historia y a la tradición un nuevo sentido a través del arte”.
La modernidad de este artista consiste en tener como punto de partida su propia experiencia y su proceso. Conocedor del arte de ayer y de hoy, resuelve sus cuadros por medio de gruesas capas de pintura que modelan un espacio y dejan que el pincel actúe.

Cuando se observa la obra de Estrada se admira el cultivo de la forma, el dominio de la pintura en un sentido clásico, además de que se descubre en ella un universo de ironía, crítica y valores humanísticos. Un eje para el conocimiento profundo de la pintura en Estrada fue David Alfaro Siqueiros.

Pero Estrada también experimenta y comienza a aplicar la abstracción orgánica sin olvidarse de lo figurativo; podría decirse que en él pesan las tradiciones de la pintura europea, pero esto significa un símbolo de modernidad.

En cierta época era una obligación de los artistas oficiales cantar los triunfos de la Revolución, tal como ocurre con los muralistas; no obstante, Enrique Estrada provoca y emplea el dispositivo de la ironía en su pintura, rozando el humor sin proponérselo.

Estrada es un observador que descree de la historia y de los logros revolucionarios. Pinta también a Porfirio Díaz y a Ramón Corral como figuras espectrales, viejos decrépitos rodeados de brazos mutilados, y pinta a Victoriano Huerta con un rostro amenazador dentro de un gallinero, como un animal violento y enjaulado.