En
este sentido, el académico planteó: “Las universidades
tienen que ser la vanguardia de una lucha por la ilustración,
por la crítica, por la tolerancia, por el pluralismo, pero
también por el rigor, por la exigencia; lamentablemente las
universidades se aíslan y generan unas situaciones de feudo,
eso es traicionar el espíritu de una universidad que quiera
hacer algo más que dar clases”.
Ante la pregunta sobre cuál debería ser la misión
de las universidades en dicho contexto, Luis Salazar respondió
que “la universidad debe ser capaz de ofrecer una visión
crítica que sea importante para la sociedad, debe querer
ser un referente cultural y crítico”.
En cuanto a la situación política del país,
el columnista opinó: “El PRI ha sido derrotado pero
el priísmo sigue vigente, transversalmente, en todos los
partidos, tiene que ver con la historia política del país:
muy complicada; sigue siendo cierto que la obra de Martín
Luis Guzmán, La sombra del caudillo, es quizá la mejor
descripción de la manera en que actúan, piensan y
se mueven buena parte de nuestros políticos ahora, de todos
los partidos”.
¿Cuáles
son los factores que generan esta situación?
El problema es que hay un proceso complicado, entrar a la política
en México tiene que ver con asumir actitudes que son muy
autoritarias, todos los partidos en México están organizados
de manera muy autoritaria, dependen de amistades, favores, lealtades
personalizadas, eso genera una especie de selección negativa.
Es una clase política acostumbrada a entender el poder como
privilegios e impunidad, más que como responsabilidad y servicio,
y mientras no haya más exigencias, será muy difícil
que no sean ellos quienes estén en las listas de candidatos.
¿Se
puede hacer algo para evitarlo?
Algo se ha avanzado aunque todavía falta mucho, porque ahora
por lo menos la Suprema Corte de Justicia interviene en muchos casos,
porque hoy tienen que atenerse a muchas más leyes, construir
una democracia es una cuestión de siglos, eso hay que tenerlo
en cuenta; lo importante es saber cómo lograr que la sociedad
empiece a reconocer que la política puede ser otra cosa,
y debe involucrarse y plantear exigencias mucho más fuertes
para que todos estos personajes, desde el gobernador de Jalisco
hasta el de Oaxaca realmente no puedan ser como son.
En
su opinión, ¿puede decirse que existe una izquierda
en México?
Creo que después que se perdió el referente marxista
y socialista, la mayor parte de la izquierda en México se
hundió en una crisis de identidad, de proyecto, y no ha salido
de ahí, se añade a que han ingresado a la izquierda
política mucha gente que trae todos los vicios del PRI, toda
esa visón de “quítate tú para ponerme
yo” que no asumen compromisos serios ni con valores, propuestas
o principios y se ha descompuesto mucho.
¿Cuál
es el estado actual de esta postura ideológica?
La izquierda política mexicana no ha logrado superar cierto
espíritu dogmático; por ejemplo, cuando publicamos
un documento señalando que para nosotros no había
fraude en las elecciones del 2006, inmediatamente el recién
electo jefe del Distrito Federal dijo: “Cerraron los ojos
y abrieron las carteras”, es una respuesta aparte de grosera,
torpe, ¿por qué no mejor vamos a debatir, a discutir
quién tiene la razón?
De
acuerdo con su perspectiva, ¿a qué se debe esta actitud?
La izquierda política tiene esa actitud cuasi religiosa de
tener verdades casi sagradas que es imposible, ni siquiera con el
pétalo de una crítica, poner en cuestión, y
en lugar de construir un partido sobre propuestas, programas, valores
ilustrados –quiero decir racionales, críticos, tolerantes–,
pues no, prefieren quizá porque tenga más eficacia
política inmediata, crear mitos, dogmas, símbolos
sagrados, dirigentes intocables y lamentablemente no resultaron
dirigentes capaces de debatir y de autocriticarse.
Usted
menciona que Nexos ha sido criticada por políticos
identificados con la izquierda, ¿a qué cree que se
deba esta actitud?
Quizá se deba a la manifiesta desconfianza de Nexos hacia
la izquierda; es más bien, de su parte, una irritación
generada por el hecho de que no se asumen ciertas verdades, dado
el carácter crítico de Nexos que sí lo comparten
prácticamente todos los colaboradores.
Lo mismo ocurrió con los zapatistas, en lugar de decir “vamos
a discutir, el problema es muy complejo”, no; en ese sentido
lo que hace la izquierda política es responder como si en
lugar de ser simplemente interlocutores críticos fuéramos
el enemigo, porque hay esa sensación de que estás
conmigo o con los demás y contra mí.
¿Qué
le falta a la izquierda mexicana?
No se ha logrado construir una izquierda democrática, con
proyecto, ojalá que de estas crisis empecemos a sacar algo
positivo, si algo falta en México es una izquierda fuerte,
pero no lo hemos logrado, hay que reconocerlo que nos ha faltado
algo, pero no sé qué.
Estaríamos felices de tener una izquierda mucho más
moderna, mucho más crítica e ilustrada, más
capaz incluso de mostrarnos en qué nos equivocamos y por
qué, incluso esta grosería de la descalificación
inmediata y sin cortapisas, porque si algo creemos en Nexos es que
hace falta una izquierda responsable y democrática, eficaz,
con propuestas
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