La
obesidad es una enfermedad que no sólo hace ver mal a las
personas, es una patología que debe ser tratada como tal,
detectarse y atenderse. En los niños con sobrepeso, además
de tener problemas físicos, soportan el rechazo y las burlas
de sus compañeros, desarrollan problemas de salud mental,
se vuelven inseguros, retraídos y se alejan de sus amigos
y familiares porque los señalan como “gorditos”
o “panzones”.
En la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana
(UV) las estudiantes Sara Diana Garduño, Elena Mariot Ricaño
y María Yolanda Torres estudian el síndrome metabólico
–los factores de riesgo– que hablan del aumento de posibilidades
de presentar una enfermedad cardiaca, hipertensión o diabetes.
Para realizar esta investigación, las universitarias estudiaron
a la población de la Escuela Primaria Adolfo López
Mateos en la Colonia Obrero Campesina. Con los parámetros
de peso, talla, nivel de glucosa en sangre, presión arterial,
antecedentes familiares y peso al nacer, llegaron a concluir que
64 por ciento de la población –estimada en unos 400
niños de entre seis y 13 años– tiene sobrepeso
y obesidad.
Las estudiantes reconocen como alarmante este porcentaje, pues las
cifras podrían tornarse en enfermedades crónico-degenerativas,
problemas de hipertensión y demás enfermedades que
si antes se desarrollaban de los 40 a los 45 años, con el
sobrepeso las podrían desarrollar desde los 20 años:
“Si las enfermedades se presentan en edades más tempranas,
las complicaciones serán a una edad relativamente más
corta. Los estilos de vida, los hábitos familiares y los
antecedentes familiares están generando estos problemas y,
lo que es peor, reducen sus expectativa de vida.”
Las alumnas están en la primera fase de la investigación,
que es la detección del problema, pero están buscando
soluciones para desarrollar acciones. Entre sus planes están
no únicamente trabajar con los niños sino con sus
padres: “La educación tiene que ser no sólo
en la escuela, sino empezando en casa”.
La salud, prioridad educativa
La maestra Magdalena Álvarez Ramírez considera que
es importante que la obesidad se diagnostique, prevenga y controle,
porque es la base para varias enfermedades.
“Si los niños fueran sanos, llegarían a la edad
productiva para insertarse al mercado laboral sanos y tendríamos
un bono demográfico sano, produciremos más al país.
Pero si éste es un bono de enfermedades, será una
carga muy fuerte para el sistema de salud, para nuestros gobiernos
y para la sociedad. Serán adultos que necesitarán
medicamento de por vida y especialistas que los atiendan.”
La académica menciona que este tipo de investigaciones es
importante porque las chicas tienen un contacto con la realidad
y adquieren estrategias para contrarrestar problemas de salud pública.
“Queremos inculcar la educación nutricional desde los
padres y hacia la escuela, formular programas que abarquen la actividad
física y la buena alimentación, pero además
darles seguimiento a estos programas fuera de la escuela, en las
casa y con una motivación integral.”
En Veracruz, un problema “de peso”
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición que realiza el
Instituto Nacional de Salud Pública se crea desde la década
de los ochenta para conocer de la manera más objetiva posible
el comportamiento de diversas variables y determinantes de la salud.
Los resultados más recientes (del año 2006) reportan
que la prevalencia de sobrepeso más obesidad en Veracruz
es de 67 por ciento en los adultos mayores de 20 años y 75
por ciento de este grupo de población tiene obesidad abdominal.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad fue elevada en los diversos
grupos de edad; alrededor de una cuarta parte de los niños
en edad escolar, un tercio de los adolescentes y poco más
de los adultos la presentan.
Dado que el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de enfermedades
crónicas, es urgente aplicar estrategias o programas dirigidos
a la prevención y control de la obesidad en estos grupos
de edad.
¿Cómo
llegamos a esto?
De acuerdo con International Food Information Council Foundation,
a partir de que las sociedades en el mundo se fueron volviendo más
prósperas, surgieron las deficiencias nutricionales relacionadas
con el consumo excesivo (por ejemplo, enfermedades cardiacas, colesterol
elevado, diabetes tipo II).
En las décadas de los ochenta y noventa el interés
recayó en la nutrición y su impacto en las enfermedades
crónicas, y se centró especialmente la atención
en la grasa dietaria. En los noventa se identificó a la obesidad
y al sobrepeso como un importante problema de salud pública.
El aumento en el sobrepeso y en la obesidad puede atribuirse a un
desequilibrio entre las calorías consumidas y las gastadas,
un desequilibrio que se originó en los cambios graduales
que se fueron produciendo en un complejo conjunto de factores sociales.
Las personas son ahora menos activas en todos los aspectos de su
vida cotidiana; el trabajo y el tiempo libre se transformaron en
mucho más sedentarios.
Los hábitos alimenticios como la composición de la
dieta, las comidas fuera de casa y el tamaño de las porciones
también se fueron modificando. A menudo, existe una falta
de recursos o previsión para diseñar entornos urbanos
y suburbanos que alienten estilos de vida activos, como por ejemplo
con aceras y senderos para caminar.
Otras áreas que deben ser también investigadas son
el impacto que tienen los factores genéticos y psicosociales
en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad.
Glosario
- El estado
nutricio se evalúa mediante índices antropométricos
constituidos a partir de las mediciones de peso, talla o estatura
y edad.
- El
sobrepeso es un aumento mayor de lo normal del peso corporal en
relación con la estatura. Se suele medir con el índice
de Quételet o Índice de Masa Corporal (IMC), que es
el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la estatura en
metros (IMC = peso/estatura2).
- La
obesidad se define como un porcentaje anormalmente elevado de grasa
corporal. En los varones, la grasa corporal normal representa el
12-20 por ciento del peso corporal y en las mujeres, el 20-30 por
ciento.
Fuente:
Food and Agriculture Organization (FAO)
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Enfermedad
que responsabiliza a los padres
Actualmente,
en México y el mundo la obesidad infantil es un problema
de salud pública en el que los padres tienen la mayor responsabilidad,
ya que son quienes proporcionan alimentos a los niños.
La obesidad es una enfermedad crónica que está asociada
al desarrollo de trastornos como la hipertensión, la diabetes,
las enfermedades cardiovasculares, los problemas articulares y la
depresión. Esta secuencia de enfermedades, que empieza ya
a presentarse en la infancia, se acentúa cuando la persona
es adulta.
Esta padecimiento es ocasionado por diferentes factores, como mantener
un estilo de vida poco saludable –que incluye no realizar
actividad física y comer alimentos que no aportan nutrientes
al cuerpo de los niños–.
También existe el problema de la comida rápida, que
día a día va cobrando en los niños mayor popularidad.
Este tipo de comida tiene un alto contenido de grasas saturadas
y cantidades exageradas de sal o azúcares; lo cual puede
desarrollar en los niños enfermedades a corto plazo, como
diabetes mellitus o hipertensión arterial.
El problema de la obesidad infantil se puede evitar con la prevención,
ayudando y enseñando a los niños a que mantengan el
control de sus cuerpos y estilo de vida, así como ayudar
a los padres para que tomen decisiones adecuadas relacionadas con
la nutrición y el ejercicio.
Consejos de prevención para los padres
• Limite a menos de dos horas diarias la cantidad de tiempo
en que sus hijos ven televisión, juegan con videojuegos y
trabajan en la computadora.
•
Evite apurarlos para que terminen sus comidas. Comer demasiado rápido
no les da suficiente tiempo para digerir y sentir la sensación
de estar satisfechos.
•
Busque tiempo para que toda la familia participe en actividades
físicas habituales que todos disfruten como caminar, montar
bicicleta o patinar.
•
Sea un modelo a seguir. Los estudios evidencian que los niños
tienden a ser más activos si sus padres o hermanos lo son.
•
Estimule en los niños el gusto por la comida saludable. Deje
que sus hijos le vean preparando, comiendo y disfrutando comidas
nutritivas y ellos harán lo mismo.
(Por
Nancy Del Ángel Barragán, Rebeca Domínguez
Jácome, Tania Rosales Hernández y Jocabed Vargas Martínez,
egresadas de la Facultad de Nutrición campus Veracruz)
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