Año 2 • No. 43 • octubre 29 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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Calidad genética caprina
Carolina Cruz
 


Veracruz, Ver. La producción actual de cabras en nuestro país alcanza los nueve millones de cabezas, de esta cifra, el 80 por ciento son criadas en condiciones precarias y con métodos tradicionales, con resultados obvios: un bajo parámetro productivo de una especie que dota al ser humano de importantes derivados, como la leche y la carne. Lo anterior lo expresó el presidente de la Asociación Nacional de Caprinocultura, Jaime Armendáriz Martínez en el marco de la "XVI Reunión nacional sobre caprinocultura", que concluyó la semana pasada en el puerto de Veracruz, misma que fue realizada por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia-Veracruz.

La cabra fue uno de los primeros animales en ser domesticados para la manutención de las familias; acompaña al hombre desde la época nómada, cuando transitaba en compañía de ellos por los páramos en busca de una tierra donde asentarse temporalmente. Luego, con la llegada del sedentarismo la cabra fue relegada por otras alternativas, preferentemente por la vaca, como dotadora de leche y carne, principalmente.

Sin embargo, al contrario que con el ganado vacuno, que fue objeto de cuidados y supervisiones en su producción e incluso de transferencias de tecnología e investigaciones, los caprinos fueron cada vez más relegados en aspectos de producción. Actualmente la mayoría de la producción de cabra se da en ámbitos domésticos con un enfoque tradicional, de pastoreo y auto aprovechamiento.

Esta especie, en condiciones adecuadas, resulta más eficiente que las vacas en cuanto a producción de leche, aunque para ello es necesario que se introduzcan las técnicas apropiadas, porque actualmente su producción se realiza con los métodos tradicionales heredados de generación en generación.

El objetivo de la reunión fue concientizar a los productores de que con la cabra es posible mejorar su nivel de vida, siempre y cuando le den un manejo adecuado a la especie, que implica el cuidado y el incremento de las crías, el control de crecimiento, así como el manejo sanitario preventivo-curativo del rebaño.

En opinión del profesor investigador de la Universidad de Chapingo, México cuenta con una población conformada en un 80 por ciento de cabras criollas y asegura que resultaría conveniente incrementar las razas productoras de leche, como la Saamen, Alpina y la Toqqenburg; las de doble propósito como la Nubia y la Granadadina, así como la Boer, especializada en carne. Para incrementar la calidad genética, antes el productor debe resolver los problemas relacionados con la producción, entre ellos el manejo adecuado de la especie.

La leche de cabra es tan rica como la de vaca, incluso un poco más baja en grasas, ya que sus ácidos grasos son de cadena corta, más fácilmente digeribles por el organismo humano, además, su consumo se recomienda para paciente con úlceras gástricas o duodenales. En cuanto a la carne, contiene menos colesterol que otras carnes rojas, como la del cerdo, borrego o la vaca, porque este animal tiende a acumular las grasas en las vísceras.

Las más recientes investigaciones sobre la especie y su producción fueron expuestas, en esta reunión de especialistas, al tiempo en que se constituyó un foro de discusión, análisis y transferencia de tecnología para los productores.