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Veracruz, Ver. La producción actual de cabras
en nuestro país alcanza los nueve millones de cabezas, de
esta cifra, el 80 por ciento son criadas en condiciones precarias
y con métodos tradicionales, con resultados obvios: un bajo
parámetro productivo de una especie que dota al ser humano
de importantes derivados, como la leche y la carne. Lo anterior
lo expresó el presidente de la Asociación Nacional
de Caprinocultura, Jaime Armendáriz Martínez en el
marco de la "XVI Reunión nacional sobre caprinocultura",
que concluyó la semana pasada en el puerto de Veracruz, misma
que fue realizada por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia-Veracruz.
La
cabra fue uno de los primeros animales en ser domesticados para
la manutención de las familias; acompaña al hombre
desde la época nómada, cuando transitaba en compañía
de ellos por los páramos en busca de una tierra donde asentarse
temporalmente. Luego, con la llegada del sedentarismo la cabra fue
relegada por otras alternativas, preferentemente por la vaca, como
dotadora de leche y carne, principalmente.
Sin
embargo, al contrario que con el ganado vacuno, que fue objeto de
cuidados y supervisiones en su producción e incluso de transferencias
de tecnología e investigaciones, los caprinos fueron cada
vez más relegados en aspectos de producción. Actualmente
la mayoría de la producción de cabra se da en ámbitos
domésticos con un enfoque tradicional, de pastoreo y auto
aprovechamiento.
Esta
especie, en condiciones adecuadas, resulta más eficiente
que las vacas en cuanto a producción de leche, aunque para
ello es necesario que se introduzcan las técnicas apropiadas,
porque actualmente su producción se realiza con los métodos
tradicionales heredados de generación en generación.
El
objetivo de la reunión fue concientizar a los productores
de que con la cabra es posible mejorar su nivel de vida, siempre
y cuando le den un manejo adecuado a la especie, que implica el
cuidado y el incremento de las crías, el control de crecimiento,
así como el manejo sanitario preventivo-curativo del rebaño.
En
opinión del profesor investigador de la Universidad de Chapingo,
México cuenta con una población conformada en un 80
por ciento de cabras criollas y asegura que resultaría conveniente
incrementar las razas productoras de leche, como la Saamen, Alpina
y la Toqqenburg; las de doble propósito como la Nubia y la
Granadadina, así como la Boer, especializada en carne. Para
incrementar la calidad genética, antes el productor debe
resolver los problemas relacionados con la producción, entre
ellos el manejo adecuado de la especie.
La
leche de cabra es tan rica como la de vaca, incluso un poco más
baja en grasas, ya que sus ácidos grasos son de cadena corta,
más fácilmente digeribles por el organismo humano,
además, su consumo se recomienda para paciente con úlceras
gástricas o duodenales. En cuanto a la carne, contiene menos
colesterol que otras carnes rojas, como la del cerdo, borrego o
la vaca, porque este animal tiende a acumular las grasas en las
vísceras.
Las
más recientes investigaciones sobre la especie y su producción
fueron expuestas, en esta reunión de especialistas, al tiempo
en que se constituyó un foro de discusión, análisis
y transferencia de tecnología para los productores.
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