Año 2 • No. 43 • octubre 29 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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Logros de un trío dinámico
Consejería estudiantil de la Facultad de Idiomas
Remedios Aguirre Sullivan
 


Ser consejero alumno implica muchas responsabilidades, pero a pesar del duro trabajo que significa, hay quienes están dispuestos a dar su tiempo y esfuerzo poniendo un "extra" para beneficio de sus compañeros y su universidad. Este es el caso de Sergio Alejo Bello, consejero alumno de la Facultad de Idiomas, licenciatura en Lengua Inglesa y sus dos aliados, el consejero suplente, Marco Antonio Romero Ramos y Rafael Berriel Castro, Consejero Técnico. Estos tres jóvenes animosos y dispuestos al trabajo, han logrado, a lo largo de un año, continuar un proyecto pro alumnos de idiomas, iniciado por consejerías estudiantiles anteriores.

Este trío realiza acciones encaminadas al mejoramiento de las condiciones de los estudiantes de la facultad con el apoyo económico de su fideicomiso, la asesoría de algunos maestros y la dirección. Uno de los programas principales que han llevado a cabo, es el de becas alimenticias para estudiantes. "El fideicomiso cubre gran parte de las becas alimenticias, que se dan a alumnos que no son de Xalapa y no cuentan con suficientes recursos para poder apoyar sus estudios. Entonces lo que hacemos es darles por lo menos una comida diaria". Para la selección de becarios, los estudiantes llenan un formato con información sobre su posición socioeconómica, su estado de salud y datos profesiográficos, y es con base en estos datos, que una comisión integrada por maestros y alumnos, realiza una selección. Acerca del número de becas
otorgadas, Sergio comenta que este semestre la cantidad de becarios se redujo, ya que parte del dinero del fideicomiso se destinó a la compra de mobiliario: "tuvimos que emplear una buena cantidad de nuestro fideicomiso para cubrir lo que nos correspondía, aunado con lo de las otras facultades, para poder equipar nuestros salones...pero cuando esto no se presenta, el número de becas es alrededor de 40".

No termina ahí el asunto de las becas de alimentación, porque la consejería tiene otro programa para apoyar a los estudiantes en ese sentido: "Apadrina a un alumno". En él participan maestros de la facultad que aportan anónimamente una cantidad mensual para becar a un estudiante de quien no conocen la identidad. La consejería anterior decidió implantar un programa piloto que funcionó muy bien y hasta ahora, con altas y bajas, el programa marcha. Para dar las becas alimenticias cuentan con la ayuda de una persona a la que, de manera familiar llaman Doña Elsa, ella es la encargada de la cafetería de humanidades y proporciona alimentación a los becarios llevando un control para que aquellos que no hagan uso de este beneficio sean suspendidos del programa para dar oportunidad a otros. "Apadrina a un alumno" beneficia a alrededor de 15 estudiantes.

Los alumnos de idiomas cuentan con un cubículo, el cual han acondicionado gradualmente. Este cubículo está a disposición de maestros y alumnos de la facultad para usarse como salón de clases alternativo, sala de video, estudio y cómputo. Con el apoyo de José Luis Pérez Chávez, académico de la facultad, rehabilitaron computadoras que obtuvieron cuando se renovó el equipo de cómputo en el Centro de Auto Acceso. Tienen una televisión, una reproductora de video y algunas grabadoras que pueden usarse dentro de la facultad para prácticas en clase. La últimas adquisiciones son una computadora nueva y un reproductor de DVD. Además, han recibido donaciones por parte de maestros para formar una pequeña biblioteca y cuentan también con mesas de trabajo.

El día que visité este cubículo estudiantil, este trío de estudiantes se encontraba muy ocupado haciendo los trámites necesarios para que un grupo de 30 estudiantes partieran al la ciudad de Puebla para asistir a un congreso sobre enseñanza del idioma inglés.

Esta ha sido otra de sus tareas: conseguir apoyo para el transporte a congresos de su especialidad. Y por si fuera poco, han ayudado a agilizar la tramitación del seguro facultativo, un derecho de todo estudiante de la UV. La consejería estudiantil de idiomas, es un ejemplo de lo que se puede lograr combinando creatividad, trabajo, y ganas de salir adelante.