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Ya conociendo lo que es un aura, se puede comprender la clasificación
de la migraña. La migraña sin aura es la migraña
más ordinaria, de ahí que también se le conozca
como migraña común, en este tipo, se puede o no encontrar
en menor frecuencia el síndrome característico (el
aura), y siendo así, se presenta más que nada nauseas,
vómito, fotofobia y fonofobia. El dolor de cabeza es unilateral,
de carácter pulsátil y de intensidad moderada o severa
y los ataques pueden durar de cuatro a 72 horas para acabar en la
cefalea.
La
otra clasificación de la migraña es con aura o clásica,
en este tipo, el aura puede durar más de 60 minutos y aparecer
minutos antes o junto con el dolor de cabeza con intervalos libres
de menos de 60 minutos, se pueden presentar todos los signos y síntomas
del aura. Se dice que el aura es una aviso previo al dolor de cabeza
y que puede acontecer de horas hasta dos días.
La
migraña es más común en mujeres que en hombres
y aunque hay una discrepancia en cuanto a saber la edad más
susceptible a la migraña, se puede tener un intervalo de
10 a 55 años de edad. La migraña se puede asociar
al control hormonal, pues la mayoría de las migrañas
de las mujeres son menstruales y se tiene la teoría de que
se debe a la caída de estrógenos antes de la menstruación,
este subtipo de migraña -por clasificarla de alguna forma-,
empieza dos o tres días antes de comenzar la regla y termina
de dos a tres días después, siendo cierta esta teoría,
habría que ampliar el pensamiento a que no sólo la
regla influye en la migraña ocasionada por el control hormonal,
sino también al tomar anticonceptivos orales, durante el
embarazo, menopausia y a otros procesos fisiológicos donde
se encuentre el incremento o disminución de hormonas en la
mujer, que es la que más sufre este padecimiento.
Las
causales de una migraña pueden ser diversas, cada vez se
encuentran más factores que desencadenan un ataque migrañoso,
entrando de nueva cuenta a un territorio que hay más por
conocer, pues no se sabe con certidumbre que es en sí lo
que la ocasiona, aunque lo más seguro es que se deba a una
predisposición genética, ya que la mayoría
de los pacientes dicen tener familiares que padecen o padecieron
migraña, por lo que el campo de la genética relacionado
con este padecimiento es todavía muy corto.
Además
de las teorías de la herencia y el control hormonal en mujeres
como factores desencadenantes, encontramos estímulos alimenticios
como el consumo de tiramina, sustancia que se encuentra en quesos
y plátanos maduros entre otras comidas, la feniltilamina
en el chocolate, café, cola y té, el glutamato monosódico,
el nitrito sódico, y también por otros alimentos como
los cítricos y la ingesta de alcohol. En cuanto a estímulos
ambientales, tenemos las luces brillantes, los olores intensos,
los cambios de clima y de presión. Los factores psicológicos
tal vez sean los más importantes, pues son lo que cada vez
afectan a nuestra sociedad y de todo el mundo, aquí encontramos
al estrés, la misma relajación después del
estrés, hambre, depresión, inquietud, anorexia, insomnio
y dormir de más. Los pacientes con dolores de cabeza y malestares
del aura, no necesariamente demuestran migraña, para esto
hay un diagnóstico que debe realizar cuidadosamente el especialista,
que en este caso será el neurólogo para saber si en
realidad es una migraña y no otro tipo de cefalea; cada pregunta
hecha al paciente es de suma importancia, desde cuestionarle cómo
son sus ataques, desde cuándo le han afectado, qué
es lo que come, qué ha notado el propio paciente respecto
a su actitud, sus actividades, hasta posiblemente conocer ciertos
problemas que terminen en el estrés u otra causa psicológica.
La
terapéutica para una migraña puede ser diversa, va
desde la convencional farmacológica de la medicina occidental
hasta terapias alternativas de la medicina oriental como la yoga,
la acupuntura, el Tai Chi, etcétera. En el tratamiento más
común, se recomienda reposo sin molestias de ruidos ni luminosas,
eliminar el consumo de alimentos predisponentes, compresas de agua
fría para el cuero cabelludo, ducha de agua caliente para
favorecer a la circulación del cuerpo y la administración
de diferentes drogas, de hecho, hoy en día hay infinidad
de medicamentos empleados, entre los más comunes están
los betabloqueadores y los bloqueadores de calcio para disminuir
la contracción vascular y permitir el paso de mayor flujo
sanguíneo a la base del cerebro, se puede administrar cafeína
o ergotamina para tratar la dilatación vascular que provoca
que se desencadene la cefalea causada por la vaso dilatación
en el cuero cabelludo y músculos de la cabeza.
Cuando
la migraña es producto de la depresión, se administran
antidepresivos como la amitriptilina y para bajar la densidad de
la sangre se utilizan medicamentos como el ácido acetilsalicílico
(aspirina). En una migraña menstrual se administra estradiol
en dosis bajas para compensar la falta de estrógenos, ácido
acetilsalicílico y beta-bloqueadores.
La
migraña es un padecimiento vascular en las arterias que irrigan
la mayor parte del cerebro y por la falta de oxigeno en neuronas
ocasiona el aura, las reacciones que desencadenan la cefalea es
por la dilatación de vasos sanguíneos del cuero cabelludo,
músculos e incluso hasta las mismas arterias cerebrales para
contrarrestar la vasoconstricción, en efecto, esto es lo
que se sabe de la migraña y la mayor parte de la fisiopatología
se basa en teorías de un padecimiento tan viejo y común,
pero todavía falta por descubrir más acerca de él.
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