Año 2 • No. 46 • noviembre 19 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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Interpretar las religiones
David Carvajal López (Facultad de Historia UV)

 

En las últimas semanas, a propósito de los problemas generados por el terrorismo que ha hecho presa al mundo de hoy, principalmente aquellos atribuidos a grupos musulmanes "fundamentalistas", de los que se ha insistido que se trata de una mala interpretación de la religión musulmana, se han recordado momentos en que otras religiones han interpretado el contenido de sus mensajes religiosos en sentido violento, ejemplo: las Cruzadas, empleándose los mismo términos ("una mala interpretación") para calificarlos, como sucedió en el cristianismo.

Cabe recordar, sin embargo, que las religiones, aún siendo en su mayoría verdades consideradas absolutas, invariablemente están sometidas a interpretaciones diversas de acuerdo con la circunstancia histórica, a pesar inclusive de la existencia de grupos que monopolicen la lectura de los mensajes religiosos.

Veamos un caso para ejemplificar esta situación. En junio de 1833, el Obispo de Puebla, Francisco Pablo Vázquez, escribió una pastoral advirtiendo a sus diocesanos la llegada del cólera morbo. Como buen clérigo ilustrado, aprovechó la oportunidad para inculcar las conductas propias del catolicismo de la época. A partir de la cita de Amós 3:6 "No hay mal en la ciudad que no haya hecho el Señor", reprochaba: "¿No lo merecen (al cólera) sin excusa alguna, el despecho que en las conversaciones se habla de las verdades y prácticas venerables de la religión y la libertad con que los jóvenes y hasta las mujeres leen libros heréticos y obscenos, y periódicos en que se atacan los dogmas fundamentales y se mofan de las instituciones más santas de la Iglesia?"

En cambio, los comentaristas de la Nueva Biblia Latinoamericana, una edición católica de las Sagradas Escrituras, en principio, tradujeron el mismo pasaje de la siguiente forma: "¿Sucede alguna desgracia en el pueblo sin que venga del Señor?" y en sus notas al pie aclaraban que esta frase, tomada en conjunto con los versículos que le preceden, tiene un sentido dentro del texto:"Las comparaciones que Amós usa en estos versos tienen un significado claro: él habla porque Dios lo obliga a hablar".

En esta situación ¿cuál es la mala interpretación y cuál la buena? Posiblemente muchos no estén de acuerdo con las palabras de Vázquez, sin embargo, él mismo era doctor por la Universidad de México, y escribía en calidad de obispo, por ende, aunque su Pastoral causó controversias y protestas, no puede dudarse que hablaba desde una postura tan legítima para su época, como los autores de los otros comentarios, respaldados por el Imprimatur del Arzobispo de Concepción, Chile.

Evidentemente, las interpretaciones de las religiones, más que catalogarse en buenas o malas, deben ser analizadas en sus causas, en sus circunstancias históricas. Para nosotros resultan "malas" o mejor dicho, perjudiciales, aquéllas que intentan imponerse afectando a individuos que nos las comparten, criterio que no indica si son "buenas" o "malas" en sí mismas, antes bien, su análisis permitiría abrir espacios de diálogo cultural, siempre necesario para la convivencia.