Año 2 • No. 55 • marzo 11 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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  Obras de Chávez, Mozart y Brahms
Otro gran concierto de la OSX
Gina Sotelo
 

Este viernes 8, la Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la batuta de su director titular, Carlos Miguel Prieto, interpretó un equilibrado repertorio que incluyó la Tocata para percusiones y orquesta, de Carlos Chávez, seguida por la Serenata No. 9 en re mayor Posthorn, de Mozart, y terminará con el Concierto No. 2 para piano y orquesta, de Brahms.

Carlos Chávez (1899-1978) estudió piano con Manuel M. Ponce y Pedro Luis Ogazón, armonía con Juan B. Fuentes y, de manera autodidacta, fuga contrapunto y composición, analizando no sólo las obras de grandes maestros, sino también la música india y mestiza. A partir de sus Madrigales (1921) y Nocturnos (1922), abrazó el impresionismo. Su estancia en Europa lo convenció de que "había que realizar lo nuestro, construir nuestra escena y actuar en ella, realizar lo que se pudiera, mucho o poco, bueno o malo, pero propio y un poco diferente".

A pesar de que ya se han cumplido más de 200 años de su muerte, el nombre de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) todavía resuena. Sin duda, él es el mayor ejemplo de fecundidad en la historia de la composición, pues tiene catalogadas 626 obras, y si no hubiera fallecido a tan temprana edad, quién sabe hasta dónde podría haber llegado y qué habría compuesto.

Asimismo, Mozart ha pasado a la historia por ser el paradigma del niño prodigio. A la edad de ocho años, siendo ya un concertista reputado al que su padre llevaba de gira por diversas ciudades de Europa, hizo su primera sinfonía, y a los 13 su primera ópera. Podía ser un compositor puramente religioso, masónico, humorístico, dramático, frívolo, erótico o abstracto; moldeaba la música como le apeteciera, sin ningún límite ni dificultad.

Otro genio, a no dudar, fue Johannes Brahms (1833-1897), quien estudió piano desde los siete años, y a los 13 cursa teoría y composición con Eduard Marxsen. En 1853, durante una gira con el violinista húngaro Remenyi, conoció a Joseph Joachim y a Liszt, pero también a Clara Schumann, por quien sintió un apasionado amor que, con el tiempo, se fue transformando en veneración.

En este concierto de la OSX, actuó como solista el pianista Arturo Nieto-Dorantes.