Año 2 • No. 55 • marzo 11 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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No somos negros...
Gina Sotelo Ríos
 

En México ser negro es motivo de burla y homenaje a la vez. Curiosamente, se trata de una población que oficialmente no existe a pesar de que la Constitución indica que todos somos iguales. La realidad diaria demuestra que en el país se niega la personalidad jurídica específica para los negros a pesar de que existe un autoreconocimiento del ser, así como un reconocimiento de otros que los definen como negros. Estas y otras precisiones fueron acotadas por la investigadora de la Universidad Veracruzana, Sagrario Cruz Carretero, en la ponencia Visión histórica de la presencia negra en México que ofreció en el IV Congreso Centroamericano de Antropología en México, celebrado recientemente en Xalapa.

La población negra llegó a México tras la conquista, procedente de África principalmente, y es considerada como nuestra tercera raíz, junto con los europeos. Actualmente la población negra no cuenta con una situación judicial diferenciada, no hay un documento oficial que indique una categoría racial diferencial para los individuos negros. Cruz Carretero inició sus investigaciones al cobijo de Gonzalo Aguirre Beltrán. Sus estudios se centraron en un problema metodológico: localizar a una población negra o afromestiza que según la ley no existe. De Yanga seleccionaron, en 1987, la población de Mataclara como una comunidad con un bagaje afro genético más evidente.

Ante la pregunta de cómo la población negra se ve a si misma, en términos de una identidad colectiva, las encuestas revelaron una negación general para considerarse abiertamente negros, ellos prefieren llamarse morenos o cubanos: "por la idea generalizada que tenían de ser descendientes de migrantes cubanos y la creencia de que todos los cubanos son negros" mencionó la doctora en antropología.

La opinión generalizada de los no negros que habitan en los alrededores de Mataclara manifiesta actitudes racistas, prejuiciosas y estigmatizantes, que tienen que ver con su actividad sexual, olor corporal, higiene, capacidad laboral, intelectual y física: "incluso hay quien relaciona a los negros con el demonio y afirma que ellos iniciaron el narcotráfico en México".

Otro ejemplo de racismo en la comunidad es el rechazo de las uniones matrimoniales de negros y mestizos, aún cuando la tendencia general sea la de refinar o blanquear la población y en el terreno verbal a través de ofensas alusivas al color de la piel y olor corporal.

Una identidad contradictoria es la que define a la población afromestiza de Mataclara, siguiendo a Cruz Carretero, por un lado se refuerza el orgullo de ser negro a partir de la celebración del carnaval y por otra parte se perciben actitudes racistas. Ellos mismos prefieren procrear una descendencia con un color de piel más claro o refinado.

La investigadora concluyó que el racismo es una actitud persistente en todos los lugares donde coexisten grupos diferenciados, es una actitud fuertemente arraigada de la cultura mexicana que se evidencia en los medios masivos de comunicación, especialmente en la televisión: "entre más gueritos mejor".

Sería conveniente que las instituciones -según la antropóloga- reconocieran el racismo y la discriminación como un problema que es necesario atender y no simplemente negarlo, lo que daría esperanza para combatir y reparar el trato diferencial negativo tan larvado en instituciones oficiales y en la sociedad civil: "La identidad y herencia de los negros no será reconocida ni valorada lo suficiente en la medida en que la sociedad sostenga que el valor de un individuo depende de la claridad de su piel".