Año 2 • No. 55 • marzo 11 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Basta de asfixiante neoliberalismo
El futuro de las Ciencias Sociales
no es una utopía

Ohtli Lizardo Enríquez González (Facultad de Historia)
 

Hoy, ante las cruentas exigencias que el mercado impone, es muy difícil concebir a las ciencias sociales más allá de un ámbito epistémico. Incluso se ha llegado a plantear su desaparición tras la tecnificación de las sociedades; ahora lo que se necesitan son manos, fuerza de trabajo, no abstracción. La realidad se ha vuelto un enfermizo juego de compra-venta.

En estos tiempos, cuando los hombres parecen haber desaparecido para dar paso a las estructuras opacas en las que se subsumen y hasta reprimen, es vital el replanteamiento de este campo de conocimiento. Se ha generado un impresionante desarrollo en terrenos como la informática y la tecnología. Junto a esto, el incremento lacerante en el ritmo de vida imbuida en la movilidad de las macroeconomías y la industrialización permea totalmente el ejercicio de la conciencia humana.

Las velocidades láser a través de las cuales gira actualmente el mundo son extremas para la ciencia social y en un determinado punto se quiebran, se difuminan. Es necesario activar el área social no sólo como "Teoría Suprema" que en la vida cotidiana no encuentra acomodo, sino como una praxis adecuada a las exigencias presentes. La ciencia social es aplicable a todos los quehaceres y de ella depende en gran medida la respuesta a nuestras interrogantes individuales y grupales en torno al pasado, presente y futuro.

Aunque en aparente crisis, éste es un buen momento para replantear los fundamentos de dichas 'ciencias' y orientar sus esfuerzos hacia el mejoramiento de las condiciones de vida. Parece ser una tarea imposible cuando la mayor preocupación es saber si el día de mañana habrá algo que comer en casa, sin embargo hay que intentarlo. Basta del instrumentismo de que ha sido presa para justificar políticas y planes económicos rancios. La práctica de este cúmulo de conocimientos en realidades concretas capaces de estar a la par de un desarrollo tecnológico parece ser un rumbo viable para alejarse de tal crisis. Debe hacerse patente que el complejo aparato va guiado por el latido humano y es por él que se mueve.

El objeto es encontrar el carácter humano en las actividades diarias donde vivimos y respiramos neoliberalismo, conformar sociedades concientes de las circunstancias reales de su entorno, alcances y limitaciones. No es utopía, sino más bien el creer y trabajar por la apertura de estas ciencias sociales y su campo de acción. El fomento a la investigación y la creación de foros de discusión sin duda alimenta las actividades académicas de cualquier institución. Sobre todo, contribuyen a elaborar una conciencia propia de las circunstancias que rodean nuestro acontecer, el manifiesto y el invisible.