Año 2 • No. 55 • marzo 11 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Necesitamos mayor organización
En la protección de áreas naturales
Elizabeth Vázquez Narváez
 

México vive un gran atraso en materia de programas de desarrollo y conservación de sus recursos naturales. Así lo demuestra el hecho de que, de un total de 128 áreas naturales protegidas (ANP) reconocidas en diferentes categorías, tan sólo 28 cuentan con un programa de manejo, alrededor de 66 no tienen uno, 25 lo están sometiendo a revisión y 7 se encuentran en proceso de elaboración.

La historia de las ANP ha sido muy azarosa y no es sino hasta la última década en que han adquirido cada vez mayor relevancia, hasta el punto en que se ha constituido un órgano descentralizado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para regularlas, el cual desde 2000 existe bajo el nombre de Comisión Nacional de las Áreas Naturales Protegidas.

Mauricio Trejo Monroy, miembro de dicha dependencia, sostuvo una charla sobre este tema donde señaló que las consecuencias de la aplicación de criterios poco fundamentados para la constitución de ANP aún pesan en la actualidad: "En el afán de proteger ciertas áreas, se impusieron arreglos de carácter expropiatorio, sin que se indemnizara a los dueños de muchos terrenos y este problema de tenencia de la tierra aún se sigue arrastrando".

México tiene una diversidad biológica extraordinaria. Por ejemplo, en sus territorios se puede encontrar el 10 por ciento del total de especies vegetales del mundo; además, cuenta con casi todos los ecosistemas del mundo. Sin embargo -apuntó Trejo Monroy- también hay datos tan contrastantes como el que al menos ocho especies de mamíferos han desaparecido y 202 -40 por ciento del total nacional- tienen algún grado de amenaza de extinción. Frente a tal panorama, las ANP hoy tienen que ser concebidas, de acuerdo con el ponente, "como unidades productivas estratégicas, generadoras de una corriente vital de beneficios sociales y patrimoniales que deben ser reconocidos y valorizados, y cuyo establecimiento y operación continua implica costos".

Actualmente la superficie protegida respecto al territorio nacional es de sólo ocho por ciento, una proporción muy baja que se suma a un presupuesto fiscal insuficiente, que en 2000 alcanzó apenas los 147 millones de pesos. De las más de 17 millones de hectáreas que han sido decretadas ANP, sólo son atendidas 14 millones, y esta superficie cuenta con personal muy básico que no cubre todas las necesidades.

Trejo Monroy insistió en que, en su conjunto, el mosaico de ecosistemas representa la base natural de la economía nacional y, por tanto, debe ser un recurso que se necesita preservar.