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Vivimos en una sociedad en la cual
el desarrollo, entendido como supremacía económica y bienestar social,
ha estado peleado con la conservación de los recursos naturales.
Estos bienes naturales han sido muchas veces considerados dentro
de las teorías económicas debido a que son indispensables para la
producción de riquezas. Se ha planteado ya la crisis de estos recursos,
como un freno al crecimiento económico; sin embargo, valdría la
pena analizar más a fondo la problemática que ha surgido en torno
a la degradación ambiental que impera en todos los países, tanto
desarrollados como en vías de desarrollo.
La necesidad de vincular el medio ambiente con el desarrollo fue
reconocida internacionalmente a principios de los años 70, en la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano,
celebrada en Estocolmo en 1972.
Posteriormente se gestó el término "desarrollo sustentable", el
cual plantea la necesidad de hacer compatible la satisfacción de
las necesidades y aspiraciones sociales de hoy, con el mantenimiento
del equilibrio natural y social indispensables para el propio proceso
de desarrollo, actual y futuro; conformando así un nuevo paradigma
que implicará un proceso gradual de transición hacia formas más
racionales de utilización de los recursos naturales.
En 1992 se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y Desarrollo, llevada a cabo en Río de Janeiro, Brasil.
En ella participaron 178 naciones, convirtiéndose en la Primera
Cumbre de la Tierra. El objetivo fue analizar las formas y mecanismos
para lograr un equilibrio justo entre las necesidades económicas,
sociales y ambientales.
Fueron varios los resultados de dicha reunión; entre los cuales
podemos destacar la Agenda 21, que establece las acciones que deberán
emprender cada una de las naciones participantes. Define prioridades,
estrategias, políticas, y metas y contiene un conjunto de recomendaciones
que integran el cuidado del medio ambiente y el crecimiento económico.
La Agenda 21 aborda los problemas de hoy y también trata de preparar
al mundo para los desafíos del siglo que ha comenzado. Refleja un
consenso mundial y un compromiso político sobre el desarrollo y
la cooperación en torno al medio ambiente. Las estrategias, planes,
políticas y procesos nacionales son de capital importancia para
conseguir esto. Hoy, a casi 10 años de que nuestro país firmó este
acuerdo internacional, se está llevando a cabo una Consulta Nacional
Juvenil a cargo de una red de organizaciones de todo el país, la
cual está integrada por jóvenes interesados no sólo en la problemática
ambiental, sino en cuestiones de desarrollo y todo lo que éste implica.
Su objetivo es conocer cuánto sabemos los jóvenes mexicanos sobre
la Agenda 21, la opinión sobre el desarrollo de las agendas 21 nacionales
y locales. Todo esto, porque se ha reconocido la importancia que
tienen los jóvenes en el desarrollo y confiamos en que, siendo un
grupo social de gran importancia, participemos activamente en el
crecimiento social, económico y ambiental de nuestro país.
Si estás interesado en conocer más puedes hacer contacto en: ces_uax@infosel.net.mx
o piou_29@hotmail.com.
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