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Libertad
Hernández Landa vivió para servir, trabajar y llevar una palabra
amable o una caricia a los desamparados, con quienes compartió su
tiempo y alegría. Creció en una colonia marginada de Xalapa, y desde
muy pequeña observó el trabajo de su madre, quien hacía mucha labor
en la comunidad, especialmente en pro de los enfermos o los que
sufrían abusos. En ese entonces, los derechos humanos eran un tema
prácticamente desconocido. Ya durante la adolescencia, Libertad
sintió el llamado de tal vocación, en la que profundizó con sus
estudios en antropología social, materia que más tarde orientó hacia
la antropología médica y de la salud.
A partir del 8 de marzo, coincidiendo con la celebración del Día
Internacional de la Mujer, el departamento de Salud Pública de la
Facultad de Medicina de la uv, región Xalapa, lleva el nombre de
Libertad Hernández como un reconocimiento a sus aportaciones en
esa disciplina, además de que durante su vida se distinguió por
su trabajo en pro de la mujer y los grupos vulnerables como los
niños.
Entre los logros que obtuvo en el terreno académico, se encuentra
la implantación de un programa cuyo objetivo era proporcionar al
estudiante de Medicina los elementos necesarios para que llevara
a cabo su práctica. Asimismo, el trabajo de investigación que hizo
en materia de salud pública no sólo se ha incrementado, sino se
ha extendido a la mayor parte de las zonas marginadas de Xalapa
y la periferia, y en proyecto está aplicarlo en otros municipios.
Sus trabajos permitieron a las autoridades estatales y municipales
diseñar acciones y estrategias tendentes a mejorar la calidad de
vida de la población.
Durante la develación de la placa que lleva su nombre, estuvieron
presentes Martha Meza, de Diario de Xalapa; el doctor Rafael Cano,
director de la Facultad de Medicina-Xalapa, quien fuera esposo de
Libertad, así como el doctor Luis Gabarrón, quién expresó que Libertad
Hernández Landa era una mujer admirable en todos los campos: como
esposa, como hermana, como hija y como madre. “A todo le ponía mucho
empeño, todo lo hacía con mucho ánimo y entusiasmo y las frustraciones
más difíciles las pasaba siempre con un espíritu animoso y con identificación
hacia las personas más necesitadas. Me da mucho gusto y es motivo
de una satisfacción especial que se haga un reconocimiento a su
labor, además que trabajó hasta el último día de su vida”.
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