Año 2 • No. 56 • marzo 18 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Tus Cartas

 Información General

 Date Vuelo

 Arte Universitario

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

 
¿Quién dijo que Marx no sabía de arte?
Ética, estética y la filosofía de la praxis según Adolfo Sánchez Vázquez

Iván Maldonado Rosales
 

A pesar de la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, el socialismo hoy es más necesario que nunca en la búsqueda por construir una sociedad más justa, democrática y plural. Tal es la convicción del doctor Adolfo Sánchez Vázquez, quien, si bien desde su juventud abrevó en las tesis marxistas y militó activamente en varias organizaciones, se apartó del férreo dogmatismo del realismo socialista y, a partir de una interpretación humanista de Marx, fue construyendo su filosofía de la praxis en relación con los ámbitos a que ha dedicado años de estudio: la ética y la estética.

Sobreviviente de esa generación de exiliados españoles que llegó al puerto de Veracruz el 13 de junio de 1939 a bordo del vapor Sinaia, escapando de la Guerra Civil, y que halló asilo en nuestro país a iniciativa del entonces presidente Lázaro Cárdenas, Sánchez Vázquez compartió sus conocimientos con docentes y estudiantes de la Facultad de Artes Plásticas de la uv, al ofrecer el viernes 8 la conferencia La estructura de la obra de arte en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa.

Al comenzar su exposición, el maestro emérito de la unam precisó dos cuestiones: lo que entendemos por obra de arte, y el sentido en que empleamos el término estructura. Tras señalar que una obra es el resultado o fase final en que desemboca una actividad práctica humana (praxis), materializando un proyecto o intención de la conciencia, dijo que la caracterización de la obra de arte difiere de los productos cotidianos, pues crea una nueva realidad que cumple una función estética. Aunque también puede ejercer otras funciones –religiosa, moral o política–, su intención fundamental es despertar una percepción que no puede conseguir un acontecimiento cotidiano.

Puntualizó que lo estético hace que el ser humano observe con placer la creatividad de una obra de arte, es decir, la forma en que un autor ha trabajado la materia para dejar testimonio de su actitud ante el mundo. “Arte es la praxis que forma o transforma ese material, formando así cierto contenido cuando ésta formación o actividad transformadora ha conducido a un producto que, para nosotros, por su estructura, por el efecto que produce, tiene el status que atribuimos a una obra de arte”.

La estructura de la obra de arte tiene que ver con su organización interna, la cual constituye un mundo específico que se desprende en dos vertientes. Es heterónoma por su inserción en mundos externos que la condicionan, y autónoma por su capacidad de superar, de trascender o de sobrevivir a esas relaciones externas con su correspondiente mundo histórico, social y cultural. “Las obras de arte –añadió– establecen vínculos con el exterior en un doble plano: uno que se mantiene ajena a la obra, y otro que se interioriza en ella, y que acaba por formar parte intrínseca de la obra misma”.

La dicotomía forma-contenido, agregó, no da razón de la estructura de la obra de arte, pues ignora el contenido del material que trabaja el autor para darle una intencionalidad estética. De ahí que proponga la tríada forma-materia sensible-contenido, la cual entronca con la tesis de Goethe, quien concebía que la obra de arte era unidad material, unidad espiritual y unidad de contenido.

Así, concluyó, la obra de arte es una totalidad que se transparenta mediante tres aspectos: material o sensible (las propiedades que adquiere el material por la creatividad del autor); formal (principio de organización del material sensible), y significativo o ideológico (toda obra de arte significa en cuanto a que trabaja con materiales ya de suyo significativos).

Adolfo Sánchez Vázquez nació en Algeciras, España, en 1915. Es maestro emérito por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), donde imparte seminarios sobre estética, filosofía política y moral, y ha recibido el doctorado honoris causa por las universidades Autónoma de Puebla, Autónoma de Nuevo León, de Cádiz y Complutense de Madrid. Entre sus libros, se encuentran Filosofía de la praxis, Las ideas estéticas del joven Marx, Estética y marxismo e Invitación a la estética, entre otros.