Año 2 • No. 56 • marzo 18 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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La voz de tu conciencia
Santiago Gómez Ortiz (Facultad de Derecho)
 

En México al estudiante de derecho se le obliga a distinguir la moral del derecho. Partiendo de las teorías de Kant sabemos que la moral es incoercible, autónoma, unilateral e interiorista, el derecho por el contrario es coercible, heterónomo, bilateral y exterior.

A simple vista, podemos tener una percepción de que existe una pugna; derecho-moral, esta última suele ser confundirla con la ética.

Los términos ética y moral suelen ser utilizados como sinónimos; efectivamente, de acuerdo con su etimología griega o latina significan lo mismo: costumbre o hábito, es decir, es una teoría de las buenas costumbres.

Sin embargo, es necesario distinguir estas dos palabras, podríamos referirnos a la moral como aquellos ideales de perfección que casi siempre son difíciles de alcanzar, mientras que la ética encuentra la realidad de las cosas y entiende que los seres humanos no pueden alcanzar altos niveles de perfección, por ello no pide tanto y mejor se adapta a la generalidad de grupo, esto no quiere decir que permita las malas costumbres, sino establece las exigencias mínimas de las buenas costumbres que somos capaces de observar.

En cuanto hace al gremio de abogados la deontología(que viene del griego deon deber y logos ciencia) se encarga de establecer las reglas éticas para que los miembros se desempeñen con dignidad y elevación moral. Se puede decir que, puesto que la deontología contiene, básicamente obligaciones morales, no es asunto de las facultades y escuelas de derecho enseñarlas a su alumno, y menos en México, donde como vimos lo que se pretende es distinguir moral y derecho, así, en esta analogía la moral es un asunto particular de cada uno.

Congeniamos con el distinguido maestro ibero universitario Miguel Villoro, que hace notar que constituye un error el pensar de esta manera, puesto que no es posible concebir que los individuos por sí solos lleguen a soluciones correctas de moralidad, es claro -dice- que la enseñanza de la moral no pretende reemplazar el acto moral de la persona libre, pero este tiene la responsabilidad de educar su propia conciencia, es decir, las soluciones morales no se dan de manera innata, sino que deben de ser aprendidas en la familia y cuando se tornan más complicadas, es la escuela la que nos debe informar las soluciones a las que ha llegado a través del tiempo. Comentarios a: santiaguss@hotmail.com.