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El
pasado 8 de marzo, celebramos un aniversario más del día Internacional
de la Mujer, instituido gracias a la propuesta de Clara Setkin en
la segunda Conferencia de Mujeres Sindicalistas. Esta fecha se celebra
no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero, como un homenaje
a todas las mujeres que continuamente luchan por la igualdad tanto
social como laboral, y por la posibilidad de formar parte en la
adopción de decisiones sociales y para ser reconocidas como constructoras
y pilares de una sociedad regida en su mayoría por los hombres.
Una de las primeras manifestaciones internacionales que consagraban
la igualdad de géneros como derecho humano fundamental, fue la carta
fundacional de las Naciones Unidas, llamada comúnmente carta de
San Francisco.
A pesar de lo asentado en las leyes, acuerdos, convenciones, etc.,
que pugnan contra la discriminación, y postulan la igualdad de géneros,
la realidad es muy distinta, en el mundo existen 98.6 mujeres por
cada 100 hombres y se calcula que de los mil 300 millones de personas
pobres en todo el mundo, el 70 por ciento aproximadamente son mujeres.
Hablando ya de la mujer mexicana, podemos decir que su lucha por
la igualdad también ha sido muy difícil. La mujer mexicana ha prestado
una aportación importantísima a las causas más nobles, de una manera
generosa y desinteresada, compartiendo con el hombre esponsabilidades
y peligros, y siendo el pilar principal en toda familia mexicana.
Es a partir de la Revolución, cuando esta lucha por la igualdad
y en contra de la injusticia empieza, un caso muy particular es
el de Hermelinda Galindo secretaria particular, de Don Venustiano
Carranza, la cual mostrando la valentía y la capacidad que pueden
tener las mujeres, se pronunció por los derechos políticos de la
mujer en el estado de Veracruz. Ya en el año de 1922, la mujer conquista
algo que en esa época parecía imposible, es decir el tener derechos
como ciudadano, pues ya que gracias a una iniciativa de Felipe Carrillo
Puerto gobernador de Yucatán, se concede el voto a la mujer, siendo
Yucatán el primer estado en conceder este derecho. Más adelante,
el 6 de Abril de 1952, ante un a multitud de más de 20 mil mujeres,
don Adolfo Ruiz Cortines, candidato a la presidencia ofrece a las
mujeres el voto universal, después de tomar posesión como presidente,
envía la iniciativa al Congreso, aprobándola este, concediendo a
las mujeres el derecho al voto y a ser votadas; fortaleciendo la
democracia y ampliándola a un campo más grande.
Finalmente quiero por este conducto rendir un homenaje, a una mujer
honorable, entregada, y dedicada a su trabajo, me refiero a la fallecida
Digna Ochoa, a quien todos los abogados debemos tomar como ejemplo,
por su espíritu de apoyo y servicio a la comunidad. Invito a todos
los hombres, a que colaboremos junto con las mujeres, para lograr
esa igualdad, que todavía tiene un largo camino para que se realice.
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