ARTES
La espiritualidad Julio Sánchez Juárez en la obra de
Ana María Moreno Ortega,
Miriam Remess Pérez y Fernando Winfield Reyes
AnaMaría Moreno Ortega, Miriam Remess y Fernando
Winfield son profesores de la Facultad de Arquitectura/
Xalapa (UV) y colaboran en el cuerpo académico
Entornos sustentables.
e¿Por qué hablar de espiritualidad en la arquitectura?
La arquitectura se define como el espacio material y
simbólico que permite la interacción de grupos humanos
y que a la vez promueve la proyección personal
y colectiva; por lo tanto considero que la espiritualidad
en la arquitectura consiste en propiciar
espacios que formen mejores personas.
JULIO SÁNCHEZ JUÁREZ
Cllos arquitectos cuya labor denota originalidad,
funcionalidad y creatividad en el panorama moderno y contemporáneo en México, es fundamental
rescatar y difundir desde el análisis regional las ideas y
la obra del arquitecto Julio Sánchez Juárez y Lechuga
(Ciudad de México, 1931-Xalapa, 2008), incansable
motivador de una visión social de la arquitectura profundamente comprometida con la formación de múl-
tiples generaciones de arquitectos, como proyectista,
constructor, profesor y director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana.
1
Con este propósito se pasa revista a una de sus
obras más simbólicas –la Casa Central de las Monjas de Santa Teresa de Lisieux– a la luz de su pensamiento y de su producción en la etapa de madurez. En ese momento tanto las ideas como la enseñanza
se integraron con su labor constructiva en el afán de
plasmar la espiritualidad en una arquitectura que
puede considerarse como un ejemplo sobresaliente
de simplicidad. No exenta de extraordinaria belleza y
congruencia con el modo a través del cual se aterrizan
sus preceptos en un conjunto de espacios con interesantes planteamientos para la arquitectura regional,
esta obra puede verse como una lección de integración entre la construcción y sus significados.
Creador de diversos proyectos de vivienda, parroquias y capillas en la Ciudad de México, Xalapa y
otras localidades del estado de Veracruz, así como de
edificios para la Universidad Veracruzana tales como
el Instituto de Antropología, la obra construida del
arquitecto Sánchez Juárez y Lechuga puede ubicarse
desde aproximadamente el año 1955 hasta unas semanas antes de su sensible fallecimiento, en febrero
de 2008.
2
Su desempeño como arquitecto de ideas vinculado con su faceta como creador de espacios habla de
una postura reflexiva frente a su oficio, lo que hace del maestro un caso particular dentro de la historia de la
arquitectura mexicana contemporánea.
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La pluralidad de enfoques que le dio a la teoría de
la arquitectura, la reflexión en torno a la labor de enseñanza y la concepción espacial que habla de las posibilidades abiertas del trabajo de un arquitecto, son los ejes
que sirven de guía para una aproximación a su obra.
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En el año 2005 se le otorgó el Premio Nacional al Mérito
Académico de la Asociación de Instituciones de Enseñanza de
la Arquitectura de la República Mexicana y en 2006 la Medalla
Calasanz de la Universidad Cristóbal Colón de Veracruz, como
reconocimientos a su trayectoria y a la promoción de los valores
humanos en su carrera.
2
Todavía en 2008 trabajó en el proyecto de una capilla en
Gutiérrez Zamora, Ver.
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Debe destacarse también como un hecho que lo marcaría
de manera significativa en su vida y, como él mismo lo llamó, en su
proceso de humanización, su participación en la organización de
los trabajos para resolver el albergue para las personas afectadas
por el sismo de 1973 en Río Blanco; este quehacer representaría
para él la posibilidad de interpretar las necesidades apremiantes
de una colectividad.
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