La actual coyuntura es sin duda un espacio de retos y oportunidades, siempre influidos por las contingencias. Obviamente, con un liderazgo histórico en declive, los gobernantes tendrán que desarrollar nuevos mecanismos de movilización y participación política, es decir, tendrán que establecer nuevas “reglas del juego” para lograr consenso y manejar los conflictos internos. La pregunta entonces será si se radicalizarán estrategias ancladas en visiones conservadoras de “los valores históricos de la Revolución”, si se emprenderán reformas económicas al estilo chino o vietnamita, o si se reinventa, participativamente, el socialismo cubano.
Ello implica “abordar problemas de fondo, entre ellos: ampliar las formas de propiedad de los medios de producción para incluir la propiedad social y privada, fortalecer la hoy deficiente participación de los ciudadanos en las decisiones de gobierno y en el control de las políticas públicas y rearticular el consenso político en torno a un nuevo modelo de socialismo” y sobre todo aceptar que
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En el socialismo, el diálogo entre los dirigentes y la opinión pública, y los cambios derivados de éste deberían ser parte de la política normal, no una campaña o una consigna para ciertas etapas de crisis. Que el proyecto socialista se renueve depende en buena medida de esa capacidad del liderazgo para interactuar con un pueblo educado, gracias a la revolución, y que por eso mismo tiene su propio criterio.3
Una investigación realizada con FLACSO/PNUD permitió intererrelacionar dos variables relevantes para Rafael Hernández, “El reto, un nuevo modelo”, revista Proceso núm. 1634, 24 de febrero de 2008, México. Enfoques esencialmente compartidos por este autor son los de Carlos Alzugaray, “Una aproximación desde la Isla. El ser y el devenir político de Cuba en los albores del siglo XXI”, Dossier “Cuba el cambio a debate”, revista Encuentro de la Cultura Cubana, Madrid, 2008; y “Cuba en su laberinto”, entrevista realizada a Aurelio Alonso, publicada el 15 de noviembre de 2008 en la revista digital La Ventana, de Casa de las Américas. Sugerentes resultan algunos criterios vertidos en “Sobre la transición socialista en Cuba: un simposio”, revista Temas, núm. 50-51, abril-septiembre de 2007.construir, a partir de la coyuntura abierta por los huracanes del año pasado, los siguientes escenarios para el futuro de la isla.
Escenario I. Paraíso
Aumenta la gobernabilidad con niveles inéditos de participación ciudadana cogestionando los esfuerzos estatales, que los reconoce como aliados legítimos con agendas coincidentes pero no subordinadas. Esto acaece dentro de una reforma integral del proyecto social con ampliación de autonomía de sujetos no estatales, en marco de ampliación del reconocimiento internacional (Grupo de Río, Unión Europea) y cambio de rumbo del gobierno de Estados Unidos (la esperada marca Obama).Existe un clima de calma social y confianza generalizadas en la recuperación postciclones, con un capital social activado que despliega solidaridad en comunidades. El desempeño gubernamental es eficiente y legitimado ante la población, con una ayuda extranjera (Rusia, Venezuela, Europa, etc.) eficientemente recibida y canalizada. La institucionalidad se democratiza, adquiriendo peso decisorio la Asamblea Nacional y los órganos de poder popular; se amplían los espacios deliberativos, los contenidos y la cobertura mediática del debate público, se reducen los poderes discrecionales y se aplican los principios de un Estado de derecho .
Los conflictos con el gobierno de Estados Unidos y las contradicciones internas disminuyen (levantamiento parcial y paulatino del bloqueo, normalización de relaciones entre el Estado y los sectores disidentes no violentos opuestos a la injerencia estadounidense), y no afectan la labor de recuperación ni ésta se convierte en coartada de actores gubernamentales u opositores para ganar y/o restringir influencia mutua. Se garantiza un nivel adecuado de seguridad alimentaria, contándose con créditos foráneos canalizados a innovación tecnológica y recapitalización del agro. Se produce una recuperación sostenida de la producción y comercialización de alimentos, ampliándose la participación de privados y cooperativas autónomas; se reforma completamente el empresariado agrícola estatal, y se frena la especulación de intermediarios con aplicación selectiva y ejemplarizante de la ley y aumento de oferta alimenticia. El Estado continúa garantizando cuotas de abastecimientos básicos cubiertos universalmente por acción estatal; la calidad y cobertura de los servicios sociales continúa satisfactoriamente.
ESCENARIO II. Jungla
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Tianguis en La Habana |
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Pese a los esfuerzos estatales por acotar la iniciativa ciudadana por refuerzo del control estatal, existen brotes de protesta social frecuentes, en expansión, que muestran una frágil gobernabilidad. El capital social comunitario se activa fundamentalmente para contrarrestar la injerencia gubernamental y proteger a ciudadanos frente a ésta. Brotes violentos intermitentes en regiones del interior, disturbios y aumento de la delincuencia urbana, saqueo de almacenes. El desempeño gubernamental pierde cuotas de legitimidad ante la población sin perder el poder, aumenta el peso de las iglesias. Hay cuestionamiento sobre los destinos de la ayuda extranjera; ésta se limita a aliados cercanos del gobierno y decrece. Los conflictos con Estados Unidos y las contradicciones internas se convierten en coartada de actores gubernamentales u opositores para ganar y/o restringir influencia mutua. Incertidumbre mayoritaria en cuanto a la duración de etapa de recuperación.
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Rafael Hernández, “El reto, un nuevo modelo”, revista Proceso núm. 1634, 24 de febrero de 2008, México. Enfoques esencialmente compartidos por este autor son los de Carlos Alzugaray, “Una aproximación desde la Isla. El ser y el devenir político de Cuba en los albores del siglo XXI”, Dossier “Cuba el cambio a debate”, revista Encuentro de la Cultura Cubana, Madrid, 2008; y “Cuba en su laberinto”, entrevista realizada a Aurelio Alonso, publicada el 15 de noviembre de 2008 en la revista digital La Ventana, de Casa de las Américas. Sugerentes resultan algunos criterios vertidos en “Sobre la transición socialista en Cuba: un simposio”, revista Temas, núm. 50-51, abril-septiembre de 2007.
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