Michel Y Divon MD Asaf
Ferner MD Henry Nissel
MD Ph a and Mahgnus Westergreen MD PhD.
New York and Estokolm Suecia.
Am. J. O bsyet. Gynecol. 2002 187 4 1081-1083
Traducido por: Pedro O. Coronel Pérez
Instituto de Ciencias de la Salud
ERESUMEN
Objetivo. El propósito de
este estudio fue evaluar la asociación entre
el género fetal y el embarazo prolongado.
Diseño de estudio. Todos los nacimientos
en Suecia entre 1987 y 1996 fueron evaluados para
participar en este estudio. Los criterios de inclusión
comprendieron: (1) producto único, (2) ausencia
de notorias anomalías congénitas o
cromosómicas aparentes, (3) edad gestacional
precisada al principio del segundo trimestre mediante
ultrasonido, (4) edad gestacional al parto de 37
semanas 259 días. Inicialmente calculamos
la media de la edad gestacional al nacimiento y
el porcentaje de embarazos prolongados para el género
fetal. Subsecuentemente, el análisis Mantel
Hensel (chi.cuadrada) fue utilizado para el cálculo
semanal y su correspondiente 95% de intervalos de
confianza, para el nacimiento de un feto masculino
después de 37 semanas de gestación.
Resultados. La población
bajo estudio comprendió 656,423 nacimientos.
333,192 fueron hombres 323,231 fueron mujeres (relación
hombre/mujer 1.03) La edad media al nacimiento fue
significativamente mas alta en fetos masculinos
(280.6 ± 8.9 ± vs 279.8 ± 8.9
días, respectivamente; (P<0001). El porcentaje
de embarazos que tuvieron su parto mas allá
del término fue mas alto en los hombres que
en las mujeres (26.5% vs 22.5% [P<.000001] a
41 semanas de gestación y 7.6% vs 5.5% [P<.000001]
a las 42 semanas de gestación respectivamente).
La probabilidad semanal para un parto de un feto
masculino más allá del término
fue 1.4, 1.39, 1.50 a las 41, 42 y 43 semanas respectivamente.
Conclusión. El género
masculino predispone significativamente al embarazo
prolongado, extendiéndolo hasta 43 semana
donde hay 3 nacimientos de hombres por 2 de mujeres.
Palabras clave. Embarazo prolongado, género
fetal proporción hombre/mujer.
INTRODUCCIÓN
El embarazo prolongado ocurre aproximadamente de
6 a 11% de embarazos en los Estados Unidos.1 La
definición mas común del embarazo
prolongado es de 42 semanas de gestación
(294 días después del último
periodo menstrual [UPM]).2 La prolongación
del embarazo mas allá del término
ha sido asociado con resultados perinatales adversos,
tales como trauma en el nacimiento, síndrome
de aspiración de meconio y aumento en el
índice de la mortalidad perinatal.3 Datos
mas recientes de mortalidad perinatal sugieren que
el embarazo prolongado debería ser definido
como una edad gestacional (EG) al nacimiento de
41 semanas de gestación.4 Ventura y colaboradores
reportaron que aproximadamente 439,000 de 4 millones
de nacimientos en Estados Unidos durante 1999 ocurrieron
a las 41 semanas de gestación, mientras que
aproximadamente 285,000 nacieron después
de 42 semanas de gestación.
En vista del gran número de embarazos que
nacen a las 41 o 42 semanas de gestación,
es evidente que el embarazo prolongado debe considerarse
un problema importante de salud pública.
Varias alteraciones maternas, fetales y anormalidades
placentarias pueden predisponer a la
prolongación del embarazo. Aunque los detalles
de estos sucesos patológicos esperan una
definición futura, es claro que el error
mas común como causa de embarazo prolongado
es la falla en la determinación de la fecha
del embarazo por parte de la paciente.5
Además la prolongación de la gestación
ha sido asociada con primiparidad,3 historial de
parto después del término,6 y anomalías
congénitas mayores del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal
del feto (tales como anencefalia e hipoplasia adrenal).7
Una evidencia más respeto a la complejidad
del mecanismo que envuelve a la iniciación
del trabajo de parto, es la proporcionada por deficiencia
recesiva de la sulfatasa esteroide placentaria ligada
al cromosoma X.
Esta deficiencia enzimática cromosómica,
lleva a una baja anormal en la producción
de estrógenos en el feto masculino afectado,
con una subsecuente prolongación del embarazo.8
La presencia de una enfermedad ligada al cromosoma
X (tal como una deficiencia de sulfatasa esteroide
placentaria) puede resultar en una elevada proporción
de fetos masculinos que nacen después del
termino. Por lo tanto el objetivo del presente estudio
fue evaluar la asociación entre el género
fetal y el embarazo prolongado.
MATERIAL Y MÉTODO
Todos los nacimientos en Suecia entre enero de l987
y diciembre de 1996 fueron evaluados para su participación
en este estudio. Los embarazos fueron seleccionados
por un análisis adicional basado en los
siguientes criterios: (1) producto único,
(2) ausencia de anomalías congénitas
o cromosómicas aparentes (3), fechado exacta
establecida por un examen de ultrasonido al inicio
del segundo trimestre, y (4) edad al nacimiento
a 37 semanas ( 259 días).
Los datos fueron obtenidos del National Swedish
Medical Birth Registry, el cual esta
recolectando información detallada de todos
los nacimientos en Suecia desde l973. Estudios de
validación han mostrado que los errores generales
de codificación y captura de los datos son
mínimos y que prácticamente todos
(99% a 99.5%) los nacimientos en hospitales y hogares
son ingresados al sistema.9
Para identificar las opciones de tratamiento practicadas
por los obstetras suecos, se realizo una encuesta
nacional en 1996. Todas las unidades de labor y
parto fueron interrogadas acerca de si la inducción
de labor llega a ser obligatoria en cierta edad
del embarazo y si es así cuando se realiza.
Inicialmente calculamos principalmente la EG al
nacimiento y el porcentaje de embarazos prolongados
por género fetal. Posteriormente el análisis
Mantel-Haenszel chi-cuadrada, fue usado para calcular
probabilidad semanal, las variables y su correspondiente
95% de intervalo de confianza (IC) en el nacimiento
de un feto masculino mayor de 37 semanas de gestación.
El análisis estadístico fue llevado
a cabo usando el True Epistab software package (versión
5.3 Epistat Services Inc. Richardson Tex). Un valor
de probabilidad de <.05 fue considerado estadísticamente
significativo.
RESULTADOS
La población de estudio consistió
de 656,243 partos con un producto único,
la cual cumplió con los criterios de inclusión.
De estos 333,192 fueron hombres y 323,231 fueron
mujeres (proporción masculino/femenino 1.03).
La media de la EG al nacimiento fue de 280.2±8
días (± SD); la media de la EG al
nacimiento, fue significativamente mas alta en los
fetos masculinos en relación con los femeninos
(280.6±8.9 días vs 279.8±8.6
días respectivamente: P<.000l).
El porcentaje de nacimientos 41 semanas de gestación
fue de 26.5% y 22.5% para hombres y mujeres respectivamente
(P<.000001), con una proporción masculina
/femenina de 1.21. El porcentaje de embarazos que
nacieron 42 semanas de gestación fue de 7.6%
y 5.5% de hombres y mujeres respectivamente ( P<.000001),
con una proporción de masculina/femenina
de 1.4.
La probabilidad media semanal y su correspondiente
95% IC por parto de un feto masculino más
allá de 37 semanas de gestación se
muestra en la tabla siguiente:
PROBABILIDAD
DE NACIMIENTOS DE FETOS MASCULINOS
(Por edad gestacional)
Edad gestacional al nacimiento |
Probabilidad |
95% CI. |
37 semanas |
099 |
0.97 1.01 |
38 semanas |
0.93 |
0.91-0.94 |
39 semanas |
0.89 |
0.88-0.90 |
40 semanas |
0.97 |
0.96-0.98 |
41 semanas |
1.14 |
1.13-1.16 |
42 semanas |
1.39 |
1.36-1.42 |
>=43 semanas |
1.50 |
l.40- l.62 |
La probabilidad de nacimiento de un feto masculino fue significativamente mas baja entre la semana 38 y la 40 de gestación. En contraste, las probabilidades de parto en un feto masculino fueron significativamente más altas después de la semana 40 de gestación; sobre todo hubo un aumento semanario significante en la proporción hombre-mujer en la edad de la gestación al nacimiento, mas allá de la semana 40 de gestación (todos los valores de probabilidad fueron <.005)
Todas las unidades de labor y parto en Suecia respondieron a nuestro cuestionario respecto a las opciones de tratamiento en el embarazo prolongado. La mayoría de estas unidades, (87%) no efectúa la inducción electiva antes de las 42 semanas de gestación y solo un 9% induce el trabajo de parto a las 41 semanas de gestación en embarazos no complicados. Las pruebas fetales (incluidas pruebas sin esfuerzo, combinada con ecosonografía, apreciación del volumen de líquido amniótico) fueron iniciadas a las 41 o 42 semanas de gestación por 5 y 95% de estas unidades respectivamente, El conocimiento o presunción del género en estas unidades, no sirvió como indicación para una intervención.
COMENTARIO
Los resultados de este estudio indican un exceso
de partos del sexo masculino después de 40
semanas de gestación. Este exceso incrementa
conforme aumenta la edad gestacional que, a la semana
43 de gestación, existen 3 nacimientos de
hombres por cada 2 nacimientos de mujeres.
Es bien conocido que en conjunto, el número
de recién nacidos masculinos es ligeramente
mas elevado que el de los femeninos.10 En nuestro
estudio basado en la población sueca la proporción
masculina-femenina fue de 1.03.
Ventura y colaboradores 1, analizaron los datos
del U.S. National Data de sus nacimientos en 1999
y encontraron una proporción masculino-femenino
de 1.049. Ellos mostraron que tanto la raza como
la etnia, causan diferencias substanciales en la
proporción del género al nacimiento.
Los recién nacidos en Asia o el las islas
del Pacífico, tienen la más alta proporción
hombre-mujer (1.064).
La diferencia del género entre los recién
nacidos hispanos (1.041) fue intermedia entre los
recién nacidos no Hispanos blancos (1.055
y los recién nacidos no Hispanos negros (1.032).
Los recién nacidos Indios Americanos tienen
la proporción mas baja (01.029) Estudios
europeos reportan una correlación masculino-femenino
de aproximadamente 1.05. 10, 11 Aplicados a nuestros
resultados el reporte mas alto masculino/femenino
(1.064) reportado no explicó el aumento de
embarazos reportados en este estudio.
Como previamente señalamos que la causa mas
común de embarazo prolongado es un error
en la determinación del dato proporcionado
por la paciente. El uso de la fecha de la última
menstruación en la determinación de
la edad gestacional está lleno de imprecisiones.
La falla de la paciente para recordar exactamente
la fecha del primer día de su última
regla combinado con la variación de la duración
de las fases lúteas y foliculares del ciclo
menstrual comúnmente resulta en una sobre
estimación de la edad gestacional.5
Varios investigadores demostraron que la incidencia
del embarazo prolongado disminuye significativamente,
cuando se utiliza el ultrasonido en los inicios
del segundo trimestre para establecer la edad de
la gestación en el momento del parto. 12,13
Por lo tanto, en este estudio usamos la ecosonografía
en el inicio del segundo trimestre de la gestación,
no solo la determinación del dato proporcionado
por la paciente.
Errores específicos del género en
la estimación ultrasonográfca del
embarazo, pueden proporcionar una explicación
alternativa para el exceso del genero masculino
sobre el femenino observado en nuestro estudio.
Davis y colaboradores14 estudiaron el impacto del
género fetal en la precisión de la
estimación sonográfica de la EG demostrando
que las fechas ecosonográficas tienden a
ser más altas que las fechasde la UPM en
fetos masculinos.
Por el contrario, las fechas ecosonográficas
pueden subestimar la EG en fetos femeninos. Sin
embargo estos autores han mostrado que la diferencia
relacionada con el género en cuanto a la
estimación de la edad del embarazo causado
por un examen de ultrasonido a las 16 semanas es
< 1 día. 14 Por esta razón así
es improbable que la sobre estimación ecosonografía,
pueda ser la única explicación de
nuestros resultados.
Además, sobre el hecho de que la probabilidad
del parto de un infante masculino aumente en forma
lineal cada semana después de las 40 semanas
de embarazo, proporciona evidencia contra la posibilidad
de un error con la fecha de gestación del
feto masculino.
En 1969 France y Liggins15 describieron un nuevo
error del metabolismo, que estaba caracterizado
por ausencia de actividad de una sulfatasa esteroidea
placentaria en el embarazo, que fue asociada con
baja producción de estrógenos. Esta
deficiencia enzimática recesiva, ligada al
cromosoma X fue también asociada con la prolongación
del embarazo.8 En más del 90% de los casos
ésta enfermedad se debió a una delección
del gene en el cromosoma X que codifica la producción
de la sulfatasa-esteroide placentaria. La incidencia
reportada es de 1 en 2000 a 1 en 6000 fetos masculinos.
Esta proporción ha sido documentada en diferentes
poblaciones con variedad de antecedentes étnicos
y raciales.16 La aplicación de esta incidencia
en nuestra población, y asumiendo que todos
los fetos con este padecimiento que nacen después
de sus fechas esperadas de parto, pudiendo resultar
en un exceso 10 a 30 productos nacidos durante la
semana 41 de gestación y solamente 4 a 12
infantes masculinos nacidos en la semana 42 de gestación.
Es claro que la deficiencia de sulfatasa esteroidea
no ofrece una adecuada explicación para el
exceso de partos masculinos que detectamos en embarazos
postérminos.
Nosotros demostramos una predisposición significativa
de fetos masculinos para la prolongación
del embarazo comparados con su contraparte femenina.
Es claro que la proporción masculino-femenino
de 1.03, ni la sobreestimación sonográfica
del a EG en fetos masculinos, ni la presencia de
una deficiencia de sulfatasa /esteroide ligada a
un cromosoma X puede explicar nuestra observación.
Estos datos y sus potenciales aplicaciones pueden
ser diferentes en aquellos obtenidos en la población
de norteamericana debido a diferencias en étnicas/raciales
y la práctica obstétrica prevalente.
No obstante, nuestros resultados aumentan la posibilidad
de que un mecanismo especifico de este género,
este involucrado en la iniciación del trabajo
de parto y el parto mismo en el sujeto humano.
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