Adam
Wajda, instrumentista las últimas tres décadas en la
Orquesta
Sinfónica de Xalapa, resulta un caso sumamente especial. De
inicio, nombres de verdad significativos resultan ser parte de su
familia: el célebre cineasta Andrzej Wajda es su primo; su
esposa es Teresa Moreno, violinista jubilada de la OSX tras 37 años
de trabajo; su cuñado es Alfonso Moreno, uno de los más
notables guitarristas en el panorama internacional; el pianista Piotr
Paleczny –ubicado entre lo mejor de lo mejor en el mundo–
es su compadre. Y por si ello fuese poco, es el generador del Grupo
Musical Polonia, que ha impuesto su sello característico a
un importante renglón de la actividad musical xalapeña.
El violinista cuenta en su haber con reconocimientos de considerable
trascendencia, como la medalla y diplomas de honor del Instituto Yad
Vashem de Jerusalén, en reconocimiento a su familia por salvar
vidas durante la II Guerra Mundial; la Medalla de la Orden al Mérito
del Ministerio de Cultura y Arte de Polonia, así como la Cruz
de Caballero de la Orden al Mérito de la República de
Polonia, entregada por el Presidente de Polonia en 1998 por su labor
en el estrechamiento de las relaciones entre México y Polonia.
Treinta años en la OSX
Wajda reflexiona en torno de sus casi treinta años de permanencia
en la OSX, a la que considera sin duda como la mejor orquesta de su
género en el país.
“Es un gran honor pertenecer a este conjunto. Estoy convencido
de que se trata de la mejor sinfónica mexicana, y esto fue
corroborado en la gira del año pasado en Europa, cuando tocamos
en salas como la de Wuppertal, que es un prodigio de diseño
acústico; en la Concertgebouw de Ámsterdam o la sala
de la Filarmónica de Rótterdam, con admirable respuesta
por parte del público. ¡Fue increíble recibir
esos aplausos con la totalidad de los asistentes de pie!”
Y trae al tema los días en que se le presentó la oportunidad
de viajar desde su natal Polonia hasta Xalapa.
“Todo fue iniciativa del doctor Roberto Bravo Garzón,
cuando fue rector de la UV. Al atraer hacia la universidad a la Sinfónica
de Xalapa, envió al maestro Fernando Ávila a contratar
músicos de mi país. Y aquí es importante patentizar
nuestro agradecimiento a Bravo Garzón, nos trató casi
como un padre. No es sencillo llegar del otro lado del mundo sin conocer
ni el país ni el idioma, lejos de familia, de nuestras costumbres.
Y Bravo nos trató muy bien”
Pero el primer contacto de Wajda con Xalapa se dio en 1972, cuando
se conoció con el artista plástico Fernando Vilchis,
quien tomaba algunos cursos de su especialidad en Varsovia.
“Cuando llegué a Xalapa, Vilchis ya estaba ubicado como
funcionario de la universidad, y la amistad que cultivamos fue una
de aquellas que se manifiestan todos los días y en todo momento.
Por eso nos ha dolido mucho la partida de Fernando. Al fallecer, se
ha ido un entrañable amigo. Y a un amigo siempre se le recuerda
con cariño. Por eso propuse la audición en su memoria
el día 20 de noviembre, en la iglesia de Santiaguito sobre
la calle Úrsulo Galván, en la que todos los integrantes
del grupo Polonia participamos con enorme gusto”
La lejana tierra
Wajda tiene dos hijas xalapeñas, ha integrado una hermosa familia
y sembró raíces definitivas y permanentes en la capital
de Veracruz. Se siente xalapeño, pero no por eso deja de extrañar
su país natal.
“Tengo una hermana y muchos primos hermanos allá, y la
Navidad es la época en que los recuerdos vienen a la mente;
es cuando se recuerda la niñez, a los padres y hermanos, los
años de juventud… y se pone uno melancólico. Esta
celebración cuenta con una tradición hermosa y rica
en el país en que nací. Es entonces cuando nos comunicamos
vía telefónica, cuando se dan las felicitaciones y los
deseos de que la vida continúe siendo amable con todos, con
los de allá y con los de aquí”.
Hace 28 años fundó el Grupo Musical Polonia, con instrumentistas
de la OSX y catedráticos de la Facultad de Música, con
el que ha recibido enormes satisfacciones, como los premios recibidos
en Ámsterdam (septiembre de 2004) y Buenos Aires (febrero de
2005), la Lira de Oro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Música, en dos ocasiones (1985 y 1986); el Diploma de Honor
concedido por el Ministerio de Arte y Cultura de Polonia y el privilegio
de actuar hasta en dos ocasiones ante el papa Juan Pablo II y los
presidentes de México y Polonia. Recientemente recibió
la distinción de los organizadores del Xalapa Fest, un festival
efectuado durante el mes de octubre en el Centro Cultural
Los Lagos.
El grupo Polonia
No deja de llamar la atención la permanencia del grupo Polonia
en el ánimo del público aficionado y el hecho de que
se mantenga en una línea independiente. Wajda menciona la intención
inicial del conjunto: “fue para tratar de sacudirnos un poco
de la rutina de los ensayos en la Sinfónica de Xalapa, pero
poco a poco el proyecto se consolidó como algo que iba mucho
más allá de una práctica sin trascendencia. Todos
estábamos conscientes de que deberíamos funcionar con
un elevado nivel de profesionalismo. La música de cámara
es el renglón más delicado de la interpretación;
allí todos los errores se hacen evidentes y el público
los detecta.
No es como en un grupo sinfónico, donde es posible que un desacierto
pase inadvertido y no sea detectado por el oyente. Por otra parte,
no es sencillo conjuntar a los integrantes. Unos imparten clases,
otros ensayan con alumnos, preparan sus recitales y cumplen con compromisos
profesionales”
Música
popular con música de concierto
Desde que llegó a Xalapa, Wajda se sintió atraído
por la música mexicana y por la idea de interpretarla en
los conciertos. Y desde la primera actuación del grupo Polonia,
hay una parte con música clásica y otra con música
popular.
“No faltaron quienes se escandalizaron y me decían
‘¡Cómo te atreves a tocar Mozart y a Juventino
Rosas en el mismo programa!’ Los mismos integrantes del grupo
Polonia no concordaban con esta estructura de concierto. Era muy
difícil remar contra la idea de que la música de concierto
no debe mezclarse con la popular. Pero fue cuestión de tiempo
para ver que hasta los tres tenores abordan las canciones populares.
Después de eso, todo se nos ha facilitado”
Wajda tiene en mente que los temas conocidos por el gran público
funcionan para atraer a la gente poco relacionada con la música
de concierto, aquella que teme enfrentarse al arte sonoro de Haendel,
Bach o Brahms sólo porque no lo conoce. Y hace un reconocimiento
a su compatriota Teodor Pawlik, un talentoso músico que domina
varios instrumentos, entre ellos el teclado y el clarinete, y que
es el artífice de la mayoría de los arreglos que el
conjunto interpreta. |