Año 6 • No. 245 • Noviembre 6 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  López Velarde, cronista de la revolución
cultural en México: Ángel José Fernández
Edgar Aguilar
La posición de López Velarde fue muy clara: no estuvo de acuerdo con los procedimientos y las decisiones del partido católico, sostuvo
Provinciano, católico, Ramón López Velarde llega a la capital mexicana allá por 1914, después de haberse recibido como abogado y después de haber abandonado el sacerdocio. Formaría parte de los primeros gobiernos de la Revolución Mexicana. Conformaría, a su vez, una obra poética que sorprendería e inquietaría a más de uno.

El Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV), y el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), durante el Primer Coloquio Nacional de Investigadores de Poesía Mexicana “Otoño y poesía”, presentó en el Auditorio de la Unidad de Humanidades “Jesús Morales Fernández” la ponencia “López Velarde, Pegaso y la nostalgia de la provincia”, impartida por Ángel José Fernández.

El académico de la maestría en Literatura Mexicana habló de lo que fuera el primer libro del poeta nacido en Jerez, Zacatecas, y de la agitada vida política que en ese periodo de la escena nacional vislumbraba la obra lopezvelardiana: “La capital era reflejo de la revuelta situación del país. ¿Acusador de los que abominaban de la vanguardia? Lo cierto es que López Velarde consiguió, con La sangre devota, la consolidación de una nueva escritura donde lo insólito apareció por fin en nuestras letras”.

Al respecto, José Fernández recordó que fue en 1966 cuando Octavio Paz señala que el fenómeno literario de Ramón López Velarde había sido el detonante de la poesía en movimiento, al considerar, para la imagen, una nueva dinámica, al modo de que Tablada lo fuera el aspecto gráfico como antítesis de la poesía de González Martínez.

“Frente al éxito de La sangre devota en 1916, Ramón López Velarde, antes que abrirse al lector con la imagen fácil e inmediata, se encerraba en una búsqueda de otros horizontes líricos. Sentaría, sin embargo, otros modos de expresión que reflejaran, con precisión, la profundidad de su crisis espiritual”, precisó el también experto en poesía mexicana del siglo XIX.

De su lucha por conseguir y depurar aún más sus rasgos estilísticos, nacería su segundo libro, Zozobra, impreso en 1919. “Nadie duda ahora que éste sea el libro más importante de López Velarde”.

Pegaso: crónica de la revolución cultural
Entre marzo y julio de 1917 colabora el poeta zacatecano en la revista Pegaso, junto con González Martínez y Efrén Rebolledo. A pesar de recibir algunos ataques por su interés por el mundo de la provincia y su catolicismo, su prestigio literario comienza a consolidarse.

El académico exploró el contenido político de la publicación semanal: “Es importante la presencia en México de los Estados Unidos frente a los acontecimientos de Europa, sobre todo los que sucedían en Alemania, Francia e Inglaterra, así como en Rusia; esto es, en Pegaso mostraba y daba noticia tanto de los actores como del escenario de la Primera Guerra Mundial”.

Y enseguida reparó: “Junto a los acontecimientos internacionales, que ocupaban la mayor extensión del espacio gráfico, apenas y se asomaban en Pegaso los síntomas de la crisis interna del país: la quiebra de sus finanzas, la tierra sin trabajar, y con particular énfasis, mostraba una campaña publicitaria: la proposición respecto de una alianza mexicana con el coloso del norte que estaba a punto de ingresar a la guerra europea”, apuntó.