Año 6 • No. 250 • diciembre 11 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Deben definirse conceptos de políticas públicas y de Estado
Seguirán sin cumplirse derechos
sociales de los mexicanos: Merino

Irma Villa
Se presentará el miércoles 15 de noviembre en la
USBI-Xalapa
En México no existe un concepto de política social, lo que hemos tenido hasta ahora son programas gubernamentales limitados por un gasto público que, por más abultado que sea, siempre es limitado y aquí está el problema de que no se logre disminuir la brecha entre pobres y ricos. Y así continuará porque a Felipe Calderón no le veo una concepción de Estado social de Derecho ni de garantías sobre los derechos sociales.

Esta fue la respuesta que dio Mauricio Merino del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), cuando se le cuestionó si conocía la política social que impulsará Felipe Calderón como presidente de la república mexicana.

Durante su participación en el primer Simposio de Otoño que organizó la Universidad Veracruzana (UV), el doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid aseguró que el gran error que se comete en nuestro país, en llamar "políticas públicas" a los programas gubernamentales, por lo que invitó "a que se corrija primero ese error: política social es una mala forma de llamar a estos programas gubernamentales, a estas partidas para ciertas áreas sociales, y reconozcamos que, así planteadas, siempre tendrán una enorme limitación frente a las condiciones económicas, frente a la forma en que el Estado ha sido concebido, sobre todo a partir del Consenso de Washington", dijo.

Señaló que el nuevo gobierno seguirá la misma dinámica de los gobiernos anteriores –Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox– según la cual "el crecimiento económico, la generación de empleos, la construcción de infraestructura algún día irán a dar capacidad de ingreso a los mexicanos de manera estrictamente individual, aquel que obtenga un empleo, aquel que se beneficie de la última inversión o de la empresa recién creada y podrá quizá superar los límites de la pobreza".

No obstante, agregó, aquel que no tenga esa opción va a quedar igualmente marginado. "Esa es la concepción del desarrollo que ha expresado públicamente Felipe Calderón. No le veo ninguna intención de convertir los derechos sociales en parte de las garantías que, de obligado cumplimiento, debe ofrecer el Estado Mexicano".

Pero, acotó Merino, no basta creer que desde el Poder Ejecutivo se puede resolver el problema social de México, porque éste tiene por lo menos tres anclajes; el primero, citó, es el de la concepción misma del Estado, pues nadie tiene claro realmente lo que queremos decir con Estado.

Segundo anclaje: "Tenemos un proceso económico que ha favorecido la concentración de capitales y que ha llevado incluso a la oligopolización de algunas áreas muy relevantes para la economía mexicana, es el caso de las telecomunicaciones, de la industria de la construcción, de los comercios masivos".

Y tercero: "No tenemos una concepción ética sobre el problema social en México, tenemos distintas "pulsiones" (si me permiten el concepto) de carácter ideológico, a veces de carácter humano, humanista en otros, pero no nos hemos puesto de acuerdo acerca de realmente cuál debe de ser el piso social básico para la convivencia en México. Y por lo tanto, vemos esfuerzos fragmentados, aislados, de las ONG, de sociedad civil, a veces de ciertos grupos altruistas pero no tenemos una acción concertada desde la sociedad civil que tenga claro qué tipo de convivencia es la que estamos buscando", sostuvo.

Al comentarle que el presidente electo, Felipe Calderón, declaró al periódico El País que si bien no se piensa apropiar de la idea de Andrés Manuel López Obrador resumida en la fórmula "primero los pobres", él sí va a asumir una política social muy responsable a favor de los pobres. A esto, contestó: "Pues qué lástima, debería apropiársela porque es una buena idea; que luego el personaje haya sido un problema para el sistema político es otra cosa, pero la idea es buena".

Y es buena –prosigue– porque expresa un problema público de enorme dimensión en México: expresa la mitad de los mexicanos metidos en situación de pobreza reconocida oficialmente, expresa que esta pobreza ha aumentado a lo largo de los últimos años sistemáticamente, expresa que la desigualdad, es decir, la brecha de ingresos y de calidad de vida que separa a los que tienen más de los que tienen menos también se ha agigantado en los últimos años", finalizó.